𝐄ᴸ ᴵᴺᶠᴵᴱᴿᴺᴼ ᴰᴱ 𝐀ˡᵉˣᵃᶰᵈʳᵒᵛᶤᶜʰ| ʏᴏᴏɴᴍɪɴ. [Pausado].

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 09. 00

Las puertas de la residencia Min, que dan la bienvenida a cualquier invitado con un gran y majestuoso dragón tallado a mano en la madera, se abren en automático. En la entrada de la residencia están de pie el mayordomo y dos trabajadoras domésticas. Los tres hacen una reverencia ante JiMin y JungKook.

JungKook suelta un silbido observando los alrededores más cercanos de la residencia, aunque no puede curiosear mucho porque la residencia se divide de forma confusa. Cada sección de ella es compuesta por grandes pilares con el diseño de la cola de un dragón enredado en cada pilar. En el techo del primer piso se puede apreciar al dragón completo, con ojos enardecidos y elegantes bigotes.

Se puede notar a simple vista que la mansión es arcaica, no sólo en la estructura en la que está hecha, también en sus muebles y decoraciones. Hay muchos cuadros de artistas reconocidos a talla mundial colgados por las paredes. Hay piezas de un excesivo tamaño en cada rincón, tan llamativas y atractivas. El ambiente y el olor que por el aire se siente es como estar dentro de una biblioteca y oler centenares de libros. Asimismo, hay una música de fondo que suena a delicado volumen; de Beethoven.

—Bienvenidos a la residencia Min —dice el mayordomo inclinando la cabeza durante un segundo—. El señor Min lo está esperando en su despacho, señor Alexandrovich.

Las dos trabajadoras domésticas proceden a acercarse a JiMin y a JungKook para retirar sus abrigos, que cuelgan luego en el perchero de madera con diseños de manas humanas. Ciertamente inquietante.

JiMin se queda solamente con el chaleco. No le gustan los sacos, pero sí el resto del traje. Lleva encima un chaleco negro, una camisa manga larga de color blanco y una corbata rojo cadmio. Sus inseparables guantes negros tampoco pueden faltar, así que cubren sus manos. Sus botas Chelsea bien lustradas e impecables complementan su vestimenta.

JungKook es llevado al salón principal por parte de las empleadas domésticas. Una de ellas le ofrece algo de tomar. Mientras tanto, él es llevado al despacho de Min YoonGi siendo escoltado por el mayordomo. En lo que camina por lo que parece ser un laberinto hago de elegantes pilares, consigue fijarse en que hay uno que otro hombre custodiando ciertas zonas de la residencia.

—Señor Min, su visita ya está aquí —el mayordomo comunica a las afueras del despacho, tras golpear un par de veces una de las puertas.

Las puertas, a continuación, son deslizadas lado a lado por HoSeok. El mayordomo le hace una pequeña reverencia y más tarde pasa a retirarse. JiMin ahora queda a manos de HoSeok, a quien había visto el día en el que hizo el trato con Min YoonGi. JiMin supone que debe ser su brazo derecho.

JiMin pone un pie adentro del despacho y debe de admitir que el buen gusto de Min YoonGi lo ha dejado sorprendido. El despacho es tan elegante y sofisticado como el resto de la residencia. Todo es de color blanco, hay un candelabro de diamantes colgado en el centro del techo y en el techo hay una pintura sobre ángeles dispersados por un cielo azul tenue; lleno de nubes esponjosas y blancas.