𝐄ᴸ ᴵᴺᶠᴵᴱᴿᴺᴼ ᴰᴱ 𝐀ˡᵉˣᵃᶰᵈʳᵒᵛᶤᶜʰ| ʏᴏᴏɴᴍɪɴ. [Pausado].

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 52. 00

El soldado Park es el primer soldado en salir de entre las cinco camionetas negras que llevan la insignia de ROK, únicamente para rodear la camioneta y llegar hasta la puerta del asiento copiloto. Abre la puerta y el capitán Lennox es el segundo soldado en salir. Alan carga su fusil de asalto en una sola mano mientras extiende la mirada por todo el estacionamiento en ruinas, examinando cada suceso pasado por todo el lugar retrospectivo y herrumbroso.

Una vez se le ha visto al capitán salir, el resto de sus soldados también bajan de sus camionetas con arma lista para expulsar su carga. Como esta misión fue catalogada como un operativo, el capitán y sus soldados portan el uniforme especial para llevar a cabo un operativo, con el fin de protegerse de los enemigos. El uniforme especial es el siguiente:

El traje negro, pasamontañas con estampado de calavera y guantes con estampado de manos esqueléticas, auriculares que cubren las orejas con micrófono para comunicación, casco de combate con la insignia de ROK y, sobre el casco, unas gafas de visión nocturna. Las extremidades de los soldados son cubiertas por protectores hechos con el mismo material del chaleco antibalas, el cual llevan puesto sin falta. Hay arnés en los brazos y muslos, que adentro guardan pequeños explosivos, navajas y otras armas de emergencia.

—Muy bien, muchachos, nuestro plan es este: matar a cada ruso de mierda y hacer que se desate la guerra entre Rusia y Corea del Sur —el soldado Park habla apenas ve a su capitán abrir la boca por debajo del pasamontañas—. No nos preocupemos por el hecho de que Rusia tenga buenas armas nucleares, Corea nos tiene a nosotros y sólo por eso ya son victoriosos.

—¿Es así, capitán? —uno de los soldados le pregunta al capitán y lo interroga incrédulo con la mirada, no muy convencido por el plan del soldado Park.

—Por supuesto que no. No hagan caso a la enferma obsesión que tiene este loco con matar a todo aquel que se le atraviesa —Alan niega y rechaza el plan del soldado Park, a quien le acaba de meter un cachazo en el casco con su fusil de asalto. Al terminar, dice—: Este es el verdadero plan: si los rusos ponen resistencia, entonces sí hay que darles bala. Al jefe me lo dejan a mí, de ese cabrón me encargo yo.

—¡Sí, capitán! —todos los soldados acatan la orden al unísono, preparando sus armas y listos para poner en marcha el operativo.

—Que les pateen el culo, mi plan estaba mejor —el soldado Park chasquea la lengua frunciendo el ceño por debajo del pasamontañas—. ¡Ojalá mueran todos! Siempre me cayeron mal.

Alan, un pie a la par del soldado Park, inhala una gran bocanada de aire para ver si así puede reprimir sus deseos por darle una regañiza muy severa al soldado Park; por el hecho de su actitud contestona e incitar a sus compañeros a hacer algo que no forma parte del plan inicial. Pero, en vista de que coger aire no atrajo la calma que necesitaba para no perder los estribos, Alan termina estrellando la punta de hierro de su bota contra la canilla del soldado Park.