𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 35. 00

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Si lo que YoonGi esperaba por parte de JiMin, es que él fuese al jardín de la mansión de Park JiHoon a despegar la mente mientras la reunión en el despacho de Park JiHoon se lleva a cabo, YoonGi esperó por puro gusto

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Si lo que YoonGi esperaba por parte de JiMin, es que él fuese al jardín de la mansión de Park JiHoon a despegar la mente mientras la reunión en el despacho de Park JiHoon se lleva a cabo, YoonGi esperó por puro gusto. Porque JiMin está realizando de todo en ese inmenso jardín, menos despegando la mente.

JiMin se fuma el tercer puro consecutivo y simplemente no hay indicios de una mejora estabilidad emocional en él. Los dos primeros puros cubanos que se fumó, lo hizo con la vaga esperanza de recobrar su compostura y hacer de mente cerrada a los recuerdos que le taladran los sentidos. Ha estado fumando con tal estrépito que en más de una ocasión se ha atragantado con el humo.

En el jardín en el que se encuentra, el cual se le es muy parecido al jardín que habita en la mansión de Ceasar, no se ha tomado la mínima molestia por tomar asiento en una de las tantas bancas esparcidas por todo el verde. Parece una aplanadora humana, porque camina de aquí para allá aplanando el piso. Es notable a leguas que está en una disputa consigo mismo y que no es él precisamente quien va ganando.

¿Alguna vez él ha sufrido de aquella emoción denominada ansiedad, en la que su pecho duele y la sensación de catástrofe es inminente? Sí, tantas veces que no hace recuerdo de la cifra exacta. Pero hoy, a diferencia de las dichas tantas veces, no se siente igual. Tiene dificultad para respirar correctamente, sus palpitaciones cardíacas son una real locura, dentro de su cabeza yacen pensamientos difíciles de controlar. Está sumamente inquieto, con ganas de morderse las uñas. La cabeza le da vueltas y siente dolores inexplicables. Hay una angustia atravesada en su pecho, es como un temor injustificado que produce lágrimas; lágrimas que intenta no derramar.

Hace ya mucho tiempo, sin él darse cuenta por ser consumido por un ataque de pánico, que detuvo su caminar de aquí hacia allá. Ahora permanece de pie cual estatua en el centro del jardín, con la cabeza gacha. Sus ojos adoloridos por un exceso de lágrimas que retiene, están congelados sobre el verde césped, expresando en todo su esplendor el miedo que hay en ellos. Contiene la respiración constantemente, coge aire hasta que se manifiesta la sensación de asfixia. Qué feo resulta.

—Tú eres el Hyung de NiKi, ¿verdad...? Alex-Hyung, ¿no?

JiMin se va volteando muy despacio y titubeante, con cada músculo de su cuerpo totalmente tenso. Los nervios a flor de piel llegan junto a una nostalgia, cuando centra su mirada atemorizada en SuNoo, que sentado en una de las bancas le sonríe amigable. ¿Él se merece esa sonrisa? Despierta en él una nueva emoción: plenitud; la sensación de calma en medio de la tormenta. Contemplar a su pequeño hermano menor dándole una expresión carismática funciona como un antídoto a su enfermedad llamada ansiedad.

Es increíble la forma en que rápidamente los músculos tensos de su cuerpo se van aflojando hasta volver a su estado natural. Ya puede despegar los pies de la tierra y reanudar el control sobre sí mismo. Sus palpitaciones cardíacas y su respiración vuelven a la normalidad, como el color de su rostro. Incluso, sus lágrimas son absorbidas hacia adentro de sus conductos. No tiene más ganas de llorar, sus ojos son verdes de nuevo. Aunque éstos brillan, ahora se debe por contemplar a su pequeño hermano menor.

𝐄ᴸ ᴵᴺᶠᴵᴱᴿᴺᴼ ᴰᴱ 𝐀ˡᵉˣᵃᶰᵈʳᵒᵛᶤᶜʰ| ʏᴏᴏɴᴍɪɴ. [Pausado].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora