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Nunca le había tocado el papel de enamorar a una mujer, después de todo, él no creía en esas cosas en el pasado, ni el hecho de tener una pareja.

Al menos no de la forma romántica.

¿Qué se suponía que debía hacer para cortejarla? Pues iría a lo básico, esos detalles que muestran en las películas y libros.

"—¿Qué tipo de flores quiere?"

—El ramo más bonito y costoso que puedan ofrecer —pronunció desde su cama, hablando por celular.

"—De acuerdo ¿Quiere ponerle alguna dedicatoria?"

—Mm... No lo sé, póngale alguna frase de esas estúpidas y románticas, pero, nada de te amo o mi amor, esas cosas no.

"—Está bien. En unos instantes le llegará por mensaje a este mismo número la factura de compra para que pueda abonarla. Luego de que su pago impacte, le pediremos la dirección de envío."

—Okay —murmuró desinteresado antes de cortar la llamada.

¿Y que más podría darle? ¿Qué le gustaba realmente a Melissa?

***

—¿Entonces quieres saberlo?

—Sí —sonrió emocionada mirando el monitor.

Ya se encontraba de dieciséis semanas y además de la ecografía de control, era una para conocer el sexo de su cachorro. Y afortunadamente estaba en la posición adecuada para saberlo.

—¿Qué esperabas tú?

—Un varón, debido a mi condición de Omega, no me gustaría que naciera otra niña igual. Toda mi familia pertenece a la misma casta, a excepción de mi hermano que es beta. No aspiro que el cachorro pueda ser alfa como su progenitor, pero mientras sea macho, estará bien.

—Pues... Es una niña —le dijo con una sonrisa incómoda, al ver la expresión de la rubia—. Y debes saber que ella está creciendo muy bien y está perfecta.

Melissa observó el monitor y sus ojos se cristalizaron. ¿Una niña? ¿Por qué? Ella quería un varón. Los hombres tenían más posibilidades en el mundo.

—Melissa.

—E-Estoy bien —susurró secándose las lágrimas de los ojos, antes de tomar unas servilletas de papel y secar el gel de su vientre, para acomodarse la ropa luego.

Nada estaba marchando como esperaba, incluso ella ya había comprado algunas cosas para el cachorro pensando que era un varón. Ella estaba segura porque así lo sentía.

Pero se había equivocado.

***

Llegó a su casa y lo primero que vio, fue ese gran ramo de flores y adornos en la puerta. Frunció el ceño y al tomar la tarjeta que tenía, y leer de quien se trataba, lo tomó y lo llevó hasta el contenedor de basura de su vereda, para depositarlo allí y entrar.

Estaba teniendo un día del asco, y no necesitaba que Caelan le sumara más motivos.

Desde su auto el castaño observó lo que Melissa hizo y sonrió, tomando su celular para llamarla.

"—¿Hola?"

—Al menos las hubieras olido o algo así. ¿Sabes que es de mala educación rechazar un regalo y encima tirarlo?

MelissaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora