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"—¿Cuándo vendrás, tío Elan?"

—No podré ir pronto, Lottie, estoy bastante ocupado con otros asuntos. Pero apenas pueda, iré a verte y me quedaré muchos días contigo ¿De acuerdo?

"—¿L-Lo prometes?"

—Por supuesto que sí, mi amor, sabes que me encanta pasar tiempo contigo, y siempre que puedo voy a verte. Cuéntame ¿Qué hiciste hoy? —sonrió, mientras terminaba de lavar unos platos y tenía la llamada en alta voz.

Desde su habitación, Melissa estaba revisando sus controles de embarazo, cuando sintió como su vientre se empezaba a tensar. Extrañada se sentó en el borde la cama, y acarició suavemente su panza.

—¿Qué pasa, mi amor? —le preguntó a su bebé, dándole suaves caricias.

Al sentir que se relajaba, guardó toda en una carpeta, y una punzada en la parte baja de su espalda la hizo jadear. Abrió los ojos con temor, y sintió como su vientre volvía a tensarse.

—¡Caelan! ¿Puedes venir, por favor? —lo llamó desde la habitación, llegando él un momento después.

—¿Qué pasa? ¿Te duele la panza? —le inquirió preocupado, al ver que ella estaba con una mano en su vientre y lucía adolorida.

—Creo q-que tengo contracciones.

—¿Qué sientes? —le preguntó sentándose junto a ella, apoyando una mano en su panza—. Se siente muy rígida.

—M-Me está doliendo —jadeó—. Vamos a-al hospital.

—De acuerdo, sólo déjame llevar el bolso de la bebé y el tuyo, y ya vuelvo por ti —le dijo buscando ambos en la habitación, para llevarlos al auto.

—Toma t-también esto, están m-mis controles —pronunció entregándole la carpeta con dibujos infantiles.

—Está bien.

El castaño salió de la habitación, y Melissa cerró los ojos, recostándose con cuidado en la cama. ¿Serían sólo contracciones o es que su cuerpo se estaba preparando para el parto? Ya estaba por entrar en la semana treinta y nueve, por lo que su hija podría nacer en cualquier momento.

Intentó respirar profundo y calmarse, no debía alarmarse, tal vez sólo eran contracciones, nada más.

***

"Observó el vídeo que le habían enviado recientemente, dónde un muchachito de cabello color miel y ojos celestes estaba hablando, riendo luego. Tenía una sonrisa tan bonita, tan cautivadora... Qué era imposible no pensar en él, en su progenitor.

Se veía que era un muchacho feliz, saludable, simpático, pero de mirada firme y segura.

Cecilia respiró profundo y llevó su mano hacia la pantalla, tocando con la punta de sus dedos el rostro del jovencito.

Demasiados años habían pasado ya, pero el dolor seguía allí."

—Caelan ¿Qué ocurre?

"—Melissa está en observación, al parecer la bebé puede nacer en cualquier momento."

—¿Ya está en labor de parto?

"—Aún no, pero le están controlando la frecuencia de las contracciones y los signos de ambas. Por ahora las dos están bien, sólo quería contártelo."

—Gracias, si comienza en labor de parto, avísame por favor, tomaré el primer avión para llegar allí.

"—¿Segura? Esto podría durar horas, incluso dijo el médico que hasta unos días, ya que ella ni ha perdido el ¿Tapón, puede ser? O algo así."

MelissaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora