JACK
El profesor colocó un bote redondo de cristal frente a nosotros, dentro estaban las direcciones de los estudiantes que iban a participar en el amigo por correspondencia. Debíamos coger uno anónimamente.
Terri se me adelantó, levantándose de su silla y caminado hacia la mesa del profesor. Me miró mientras hurgaba entre los papeles y agarraba uno.
Acto seguido me levanté e hice lo mismo. Natasha me miraba sonriendo y mordiendo su labio. Aquella chica me ponía nervioso. No era la primera vez que rechazaba una de sus ofertas y aún así no se daba por vencida.
Al agarrar el papel volví a mi sitio y me senté para verlo.
Era una calle rara que no había escuchado nunca. Las indicaciones y el código postal parecían de muy lejos. Saqué mi móvil disimuladamente y busqué en internet su origen. Terri miraba su hoja ilusionado.
- Recemos para que sea una tía bien guapa - me susurró haciendo como si rezara. Yo reí y volví a mirar la pantalla de mi celular.
- Pues mi amigo por correspondencia es latinoamericano - le dije mostrándole la pantalla de mi móvil.
- Bien - el profesor comenzó a hablar y pasearse entre nosotros, que a su vez tuve que esconder el móvil rápidamente - ya una vez que tengáis las direcciones... Podéis empezar a contactar con ellos. Cada dos semanas os preguntaremos como vais y os pondremos algunos deberes - nos explicaba - como por ejemplo, el que le preguntéis algo sobre sus culturas o sobre lo que se estudia por allí.
- ¿Y si la persona que me toca no me gusta? - preguntó Sophia, la chica que vi en el supermercado.
- Pues te aguantas - Terri la miró y le sacó la lengua.
- Gracias por su aportación Terri, pero era innecesaria - el profesor lo reprendió - tendrás que seguir escribiéndote con la persona y si no deseas seguir participando se lo dices con educación en la próxima carta y nos lo comunicas.
Sophia asintió recolocandose nuevamente en su asiento. Me miró con indiferencia y yo volví la mirada a mi papel.
Mi mente en esos momentos era una máquina pensante. ¿Cómo sería mi amigo por correspondencia? ¿De donde vendrían sus cartas? ¿Nos llevaríamos bien y ganaría un amigo, o nos llevaríamos como el perro y el gato?
- ¿Tu vas a escribirle hoy? - Terri inclinó su cuerpo desde su asiento hacia el mio y me susurró para que le pudiera escuchar.
- Claro que si, a lo mejor le envio la carta hoy y le llega dentro de dos días - también susurré.
- ¿Puedo quedar en tu casa para escribirla contigo? - me preguntó.
- ¿Algún problema, señorito Terri? - el profesor estaba frente a su mesa mirándolo fijamente.
Terri se colocó bien en el asiento y lo miró sonriéndole.
- No, señor.
- Pues entonces atiende a mis explicaciones - el profesor se dio media vuelta en dirección a la pizarra.
- A sus órdenes, señor - Terri empezó a aguantarse la risa. Al igual que varios compañeros incluyéndome a mi.
El profesor ignoró las burlas y los cuchicheos de sus alumnos y se centró en poner fechas y datos en la pizarra.
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𝔅𝔞𝔧𝔬 𝔢𝔩 𝔪𝔦𝔰𝔪𝔬 𝔠𝔦𝔢𝔩𝔬
RomanceAmor...contacto...confianza...una pantalla y miles de kilómetros de por medio. Sí, el amor es algo impredecible. Nunca se sabe cómo, dónde o con quien te enamorarás. Y de entre millones de personas que hay en el planeta tierra puede ser con cualqui...