🌎 Capítulo 28

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Sandra

Me sentía sola en aquel asiento del avión. Intentaba disimular las lágrimas, no quería llamar la atención pero era inevitable. Me quedaba mirando un punto fijo pensando en su última mirada. Me rompía ver que tenía que alejarme de él. ¿Por qué no existe la teletransportación? ¿Por qué no inventan pantallas en las que podamos traspasarlas? ¿Por qué el amor es un sentimiento tan bonito y a la vez tan doloroso? ¿Por qué me he tenido que enamorar de una persona a la que no puedo tener?

Me levanté para ir al baño y quedarme allí hasta tranquilizarme. Me estaba dando ansiedad y no era el momento más adecuado para ello.

Jack me había regalado su camiseta y sudadera favorita, en ese momento llevaba la camiseta puesta, así que cerré los ojos y empecé a olerla mientras respiraba profundamente. Intentaba controlar las respiraciones para que la ansiedad no fuera a más. Su olor se metía por dentro de mi nariz y me hacia transportarme al primer día que le di el abrazo, a cuando estaba con él en la cama, a cuando me reía por alguna tontería que hacía.

Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas otra vez y la presión en el pecho seguía estando. Así que seguí por un rato más obligándome a mi misma a tranquilizarme.

Volví a mi asiento y la azafata me preguntó sobre mi salud. Estaba pálida y tenía los ojos rojos.

- ¿Quiere un vaso de agua? - me ofreció y yo acepté sin pensármelo.

Me había tocado pasillo y por más que evitaba no mostrar mi tristeza sentía miradas sobre mi. No tenía cobertura en el móvil para poder escribir a Jack y decirle que necesitaba que me escribiera para poder estar bien.

Acaricié el collar que Jack me había regalado y cerré los ojos, intentado así quedarme dormida. Algunos intentos terminaron en fracaso porque me venían a la mente aquellos paseos por Granada y esos abrazos que me renovaban las fuerzas. Pero después de un rato me pude quedar dormida.

***

La voz del capitán anunciando que en breve íbamos aterrizar hizo que me despertara de golpe. Miré sobresaltada a mi alrededor y quise volver a dormir al ver que no era una pesadilla el que regresaba a casa.

Cuando el avión aterrizó, agarré mis cosas sin ganas y salí lentamente hasta el aeropuerto. Caminé cabizbaja entre la gente mientras arrastraba la maleta.

- ¡Sandra! - la voz de Andy hizo que mirara al frente. Por un momento pensé que Shey era la que me llamaba, pero solo estaba en mi imaginación.

A su lado estaba Conrad y Erick con un ramo de flores blancas y rosas.

Me acerqué a ellos soltando mis cosas en el suelo con desgana y abrazando a Andy con lágrimas en los ojos.

- Ay...como odio verte así - me dijo acariciando mi pelo.

Yo no podía hablar, solo necesitaba llorar. Miré a Erick secándome las lágrimas, aunque era inútil porque seguían cayendo. Él me extendió el ramo.

Mi mente visualizó aquel dia en el que Jack me entregaba en el aeropuerto un ramo de rosas pintadas de negro y moradas. Cuando me levantó y me dio una vuelta mientras sonría de felicidad.

- Negras y moradas... - dije con un pequeño hilo de voz.

- ¿Qué? - Erick no entendió lo que quería decir y con una sonrisa me preguntó para que lo repitiera.

𝔅𝔞𝔧𝔬 𝔢𝔩 𝔪𝔦𝔰𝔪𝔬 𝔠𝔦𝔢𝔩𝔬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora