SANDRA
Mi madre no paraba de hacerme preguntas incómodas y no se callaba. Casi que se las contestaba ella misma.
- ¿Cuándo vamos a poder verle? - mi padre me preguntó entrecerrando los ojos.
- Cuando llegue de trabajar - dije cansada de tener que contestar preguntas cada segundo.
- ¿Qué hora es allí? - Mi madre me miraba con una sonrisa.
- Casi las tres de la tarde, lo que significa que sois madrugadores para lo que os interesa eehh... - sonreí.
Las llaves de casa sonaron al mismo tiempo en el que la puerta se abría. Jack apareció con una sonrisa y una rosa blanca.
- ¿Qué planes tenéis para hoy? - Al escuchar la voz de mi madre, Jack abrió los ojos como platos y me indicó que iba a la ducha antes de saludar. Me dio la rosa y me lanzó un beso. Yo le susurré un "te amo" - Ya ha llegado ¿verdad? - mi madre seguía hablando.
- Mamá... Se va a duchar, quiere estar presentable - le dije mostrando la rosa - me la ha traído él - sonreí oliendola.
- Que bien, haciendo la pelota antes de conocer a sus futuros suegros - mi padre refunfuñaba.
- Él no sabía que estabamos en videollamada, me ha traído la rosa porque él a querido - le justifiqué.
Jack no tardó en aparecer, aún con el pelo mojado. Se colocó detrás mía y me dio un beso en la mejilla.
- ¿Cómo te ha ido hoy? - le pregunté sonriendo.
- Mejor que ayer - sonrió mirando hacia mis padres - Buenas...
- ¡Jack! ¡Por fin te conocemos! Hemos aprovechado que Sandra no está para leer todas las cartas que le mandabas - dijo mi padre para ponerlo a prueba.
- ¡Papá!
Jack empezó a reír.
- Espero que hayáis entendido mi letra, a veces escribo como un niño de cinco años - dijo tan tranquilo.
- ¿En qué trabajas? - mi madre empezó a hacer de las suyas. Quería saber de qué estatus social era.
- En una cafetería o... bar - dijo sentándose a mi lado, mientras agarraba mi cintura.
- Oh... ¿Y tienes una casa grande con ese sueldo? - mi madre parecía que estaba haciendo una investigación policial.
- Mamá no empieces....
- Tranquila - Jack me sonreía con una tranquilidad que yo no podía mostrar en esos momentos - no, mi casa es completamente distinta a la vuestra, es todo lo contrario. Aún ni siquiera he pagado las deudas de la luz - a mi madre se le descompuso la cara. Jack lo estaba haciendo aposta - pero vivo como un rey en una vida de pobres.
- Y me gusta tal y como es, los ricos dan asco - le miré sonriendo.
- ¿Necesitas que te enviemos dinero? - mi padre le entregó la oferta.
- Os lo agradezco, pero si lo acepto le estaría dando la razón a mi padre y eso me molestaría más que si a mi casa se la llevara el banco - empezó a reír. Yo aguanté la risa porque sabía que a mis padres les molestaba que Jack no fuera rico.
- ¿Y como se está portando mi hija últimamente? - mi madre cambió de tema, seguro, porque no podía aguantar más las ganas de mandarlo lejos.
Jack me miró pícaro, sabía en lo que estaba pensando.
- ¿En que sentido? - le preguntó a mi madre. Yo le pegué en el costado para que se callara - De maravilla, se porta de maravilla... - dijo por lo bajini para que solo yo lo escuchara - se deja dominar... - me miró de reojo y me susurró para que yo sola lo escuchara.
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𝔅𝔞𝔧𝔬 𝔢𝔩 𝔪𝔦𝔰𝔪𝔬 𝔠𝔦𝔢𝔩𝔬
RomanceAmor...contacto...confianza...una pantalla y miles de kilómetros de por medio. Sí, el amor es algo impredecible. Nunca se sabe cómo, dónde o con quien te enamorarás. Y de entre millones de personas que hay en el planeta tierra puede ser con cualqui...