Sandra
Cómo casi todas las noches, volví a desvelarme. Eran las cuatro de la mañana pasadas y no podía pegar ojo. Escuchaba las respiraciones profundas de mi padre desde su habitación. Pero a la vez no quería dormir porque perdería tiempo para hablar con él, con Jack.
Nuestra diferencia horaria era bastante grande y quería aprovechar para seguir hablando con él. Porque sabría que si me dormía, cuando volviera a despertarme allí serían las seis de la tarde y quizás ya no tenga tanto tiempo como para estar pendiente de mi.
- Si, me ha gustado el recibimiento.
- Es raro saber que puedo escribirte desde aqui
- Si, pero es mejor que las cartas, siento que estoy más cerca de ti.
- Ahora que podemos hablar más a menudo... ¿Me podrías explicar una cosa?
- Dime.
Suspiré porque quería hablar sobre lo que me escribió en una de sus cartas, aquella frase que resonaba dentro de mi cada mañana. "Me enganchas de otras maneras". ¿A qué se refería? Me daba miedo meter la pata y que se alejara de mi.
- No se si es buena idea pero necesito saberlo
- Dime lo que sea, sería imposible juzgarte o no escucharte.
Sentí como me sonrojaba.
- En una de tus cartas dices que te engancho de otras maneras, no solo a la hora de esperar mis repuestas, sino de forma diferente ¿Qué querías decir con eso?
- Que después de cuatro meses hablando por carta contigo me he dando cuenta de que puedes llegar a amar a una persona aunque no puedas verla.
Al leer su mensaje noté que el corazón me latía más rápido y con fuerza. Mis mejillas ardían y mis manos temblaban.
- Las personas ciegas también se enamoran, pero no logran ver de quien. Se enamoran de su voz, su tacto, su risa... Y yo siento que me he enamorado con tan solo tu letra.
La felicidad que sentía en esos momento hizo que me bloqueara y me quedara fijamente mirando el móvil. Sin darme cuenta le había dejado en visto por unos tres minutos.
- Perdón, quizás creas que soy un bicho raro o que estoy mal de la cabeza.
- No, para nada, es lo más bonito que me han dicho.
Y si te soy sincera, ojalá no tuviéramos tantos kilómetros de por medio, así podría mirarte, agarrar tu mano y decirte que siento lo mismo por ti.Me senté en la cama sin estar segura de lo que acaba de pasar. Porque era cierto que me sentía como él, pero también estaba Erick. Ya no sentía lo mismo que sentí al principio de hablar con él. Pero seguía estando ahí y no quería lastimar a ninguno de los dos.
- Wow, eso de que el bicho malo nunca muere... Tú lo acabas de matar de un infarto.
Me reí y mire sus palabras con ternura.
- No te vas a librar de esta ansiosa tan fácilmente.
- Es lo que pretendo. Ya me siento raro en el mundo si no te tengo.
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𝔅𝔞𝔧𝔬 𝔢𝔩 𝔪𝔦𝔰𝔪𝔬 𝔠𝔦𝔢𝔩𝔬
RomanceAmor...contacto...confianza...una pantalla y miles de kilómetros de por medio. Sí, el amor es algo impredecible. Nunca se sabe cómo, dónde o con quien te enamorarás. Y de entre millones de personas que hay en el planeta tierra puede ser con cualqui...