JACK
La primera semana pasó como un abrir y cerrar de ojos. Cada vez veía más cerca el final de este sueño. Sandra se iría y volveríamos a hablar sin poder vernos.
Sí, estaban las videollamadas, pero no podría volver a mirarla a los ojos, no podría tocarla, no podría sentir su aliento mientras durmiera en la cama.
Cuanto más cerca veía el final, más me acordaba de las palabras de Sophia y Natasha. Pero algo tenía claro, iba a conseguir que lo nuestro funcionara. Necesitaba tenerla en mi vida. Jamás me había enamorado de tal manera como lo había hecho con ella. Si, podría tener una ex que me marcó y dejó huella en mi corazón. Pero Sandra logró con tan solo palabras escritas en un papel frágil y delicado, cicatrizar esas grietas que despedazaban mi corazón con cada intento de ser amado o llegar a amar.
Deseaba que el tiempo volviera hacia atrás, hacia el día en el que la esperaba en el aeropuerto con la pancarta y las flores. A ese instante en el que mis ojos solo podían verla a ella y el mundo seguía su curso a mi alrededor pero yo no me daba cuenta. Deseaba volver a la primera noche, donde la pude tener solo para mi y demostrarle con acciones que era suyo y ella que era mía. Deseaba volver a repetir ese primer beso, en el que casi no podía respirar por no querer alejarme de ella. Deseaba hasta tener su risa como tono de llamada en el móvil.
Echaría de menos esa curva perfecta hacia arriba en sus labios. Esa vocecita que pronunciaba mi nombre cuando la molestaba o la hacía rabiar. Extrañaría escucharla decirme esquizofrenico o bichito.
Le prometí la frase que siempre le decía cuando me daban los ataques de ansiedad o de pánico por las noches, "bicho malo nunca muere", y lo cumpliría, porque sabía que mi corazón ya no me pertenecía, era de ella. Ella tenía el poder de cuidarlo o de destrozarlo. Le di algo muy valioso y confiaba en que podia salir adelante si ella seguía conmigo.
Parece egoísta pensarlo de esa manera, porque la distancia priva de muchas cosas a los que están enamorados ¿Cómo podría besarla? ¿Cómo podría entregarme de nuevo a ella? ¿Cómo podría agarrar su mano y pasear en una noche estrellada? ¿Cómo podría privarla a ella de encontrar a alguien mejor que yo?
Tanto mi mente como mi corazón tenían una lucha entre ellos. Él corazón se creía que podría tenerla para siempre, pero la mente era realista y le debatía cosas que eran lógicas y razonables. Le hacía preguntas como... ¿Y piensas hacerte pedazos sabiendo que no va funcionar? ¿Piensas estar todas las noches en vela para poder coincidir con su horario y escribirle? ¿Piensas hacerle daño a ella, sabiendo que jamás te podrá tener?
- Jack... - la voz de Sandra hizo que la mirara y dejara de pensar en lo que me agobiaba - ¿Estás bien?
La habitación se iluminaba por la luz que entraba de la calle, las farolas encendidas iluminaban mis muebles y hacian que pudiera verla en la oscuridad.
- Si, solo no puedo dormir - le dije arrimandome a ella y colocándome sobre su pecho.
- ¿Tienes pesadillas? - me preguntó acariciando mi cabello.
Mis ojos se cristalizaron y los cerré apretando los puños aferrandome más a su pecho.
- Si, pero una pesadilla real, que no puedo hacer nada para quitármela de la cabeza - le dije.
- ¿Cuál pesadilla? - notaba que me miraba y acariciaba con cuidado mi espalda.
- En la que te vas.
***
- ¡Tortitas para desayunar! - la voz de Sheyla retumbó por toda la casa - ¡Quién no venga ya, me las como yo sola! ¡Y creedme... Puedo con todas ellas!
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𝔅𝔞𝔧𝔬 𝔢𝔩 𝔪𝔦𝔰𝔪𝔬 𝔠𝔦𝔢𝔩𝔬
RomanceAmor...contacto...confianza...una pantalla y miles de kilómetros de por medio. Sí, el amor es algo impredecible. Nunca se sabe cómo, dónde o con quien te enamorarás. Y de entre millones de personas que hay en el planeta tierra puede ser con cualqui...