JACK
Desde el accidente toda mi vida cambió por completo. El móvil se me había roto, la pantalla la tenía partida en mil pedazos por las pisadas de las personas curiosas que querían ver lo que pasaba.
Intenté salvar la tarjeta para recuperar todas las fotos y todos los contactos, entre ellos el de Sandra, pero estaba partida. Lo había perdido todo, la había perdido a ella.
Pero eso no fue lo peor. La semana siguiente al accidente de mi hermana, el banco me quitó la propiedad. Tuve que desalojar mi casa, el lugar donde había creado tantos recuerdos como pelos tengo en la cabeza. El sitio donde mi mente hacía viva aún a mi hermana. Me dieron solo veinticuatro horas para quitar mis cosas y salir.
Intenté guardar todo lo que mi hermana tenía en su habitación para mantenerla viva. Mis cosas las metí en cajas y llevé mis muebles al local de tatuajes que tenía Terri. Me lo dejó mientras buscábamos otra casa.
Terri estaba viviendo solo y tenía una habitación de sobra, me dijo que fuera a vivir con él mientras tanto, así que eso hice. Me subí las cajas a su casa y me hospedé en aquella habitación que daba a los edificios de enfrente.
- ¿Cómo estás? - me preguntó mirándome.
- Como una mierda aplastada por mil elefantes - no levanté la mirada del suelo.
- No sé si te ayudará, pero ten, para ti - Terri me extendió un caja con el dibujo de un móvil.
- ¿Es nuevo? - pregunté sonriendo débilmente.
- Si, no es de alta generación, pero te puede servir para contactar con las personas y con Sandra, te va a venir bien escribirle - me sonrió con media sonrisa.
- Gracias.
- Jack... Puedes quedarte el tiempo que haga falta, como si quieres quedate para siempre - Terri se levantó a por dos vasos de agua.
- De momento me conformo con encontrar un trabajo y poder buscar un piso - le dije encendiendo el móvil y metiendo mis datos.
- Te ayudo a echar currículum donde sea - me entregó el vaso de agua.
Me eché hacia atrás en el sofá mirando hacia el techo.
Pensaba en demasiadas cosas que el corazón me bombeaba las veinticuatro horas como si estuviera haciendo deporte. No podía hablar con Sandra, echaba de menos la risa contagiosa de mi hermana y me había quedado sin casa.
Me levanté corriendo hacia mi habitación, buscando entre las cajas dónde habría puesto las cartas que me mandaba Sandra. En alguna de ellas estaba su número con la foto que me había mandado. Empecé como loco a abrir cajas, a sacar ropa y objetos.
- ¿Qué buscas? - Terri se puso a mi lado a abrir otra caja.
- Las cartas de Sandra, en alguna de ellas viene su número - dije sin dejar de buscar.
Terri también empezó a buscarlas. Pero parecía que a los del más allá les gustaba jugar conmigo, porque no las encontramos.
***
- ¿Tienes experiencias en restaurantes? - el hombre vestido de chaqueta me miraba seriamente mientras sujetaba con ambas manos unos folios y un bolígrafo.
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𝔅𝔞𝔧𝔬 𝔢𝔩 𝔪𝔦𝔰𝔪𝔬 𝔠𝔦𝔢𝔩𝔬
RomanceAmor...contacto...confianza...una pantalla y miles de kilómetros de por medio. Sí, el amor es algo impredecible. Nunca se sabe cómo, dónde o con quien te enamorarás. Y de entre millones de personas que hay en el planeta tierra puede ser con cualqui...