[Punto de vista en tercera persona]
Habiendo pasado ya un tiempo desde la unión de Yamcha al escuadrón Grulla Plateada, el joven novato experimentó entrenamientos muy rigurosos que no cualquier persona podría soportar. Incluso el maestro Tsuru se compadecía del joven, quien tenía que ponerse al día con los demás miembros de su escuadrón para no ser una carga en las misiones de alta dificultad que llevaban a cabo.
Después de terminar el entrenamiento de ese día, un muy malherido Yamcha, que ahora estaba siendo sanado por Shingen, aunque las heridas de Yamcha no eran mortales, el experimentado joven sabía que tenía que cambiar el pensamiento de Yamcha y hacerlo más decidido y menos arrogante. Y si las palabras por sí solas no ayudaban a cambiar su mentalidad, en ese caso los golpes lo harían, y aún mejor si eran de los enemigos a los cuales debían eliminar.
Una vez que Shingen sanó completamente a Yamcha, a tal punto que incluso ayudó al cuerpo del joven a reparar las heridas musculares causadas por el entrenamiento intensivo, esto era algo parecido a un Zenkai para los humanos. Si prestaba mayor atención en reparar y fortalecer el cuerpo, este último se acostumbraría al daño y tendría mayor resistencia a este tipo de tratos. Aunque era funcional esta técnica, era muy desgastante para Shingen, quien debía poner cada gramo de concentración y poder suficiente para lograrlo.
Después de atender las heridas de un algo dormido Yamcha, Shingen se dirigió hacia sus compañeros que estaban entrenando en un combate de tres.
-Oigan chicos, ya terminé de sanar a Yamcha. Me iré a dormir para reponer el ki perdido. Espero que estén listos para cuando despierte -dijo el sonriente joven.
-Jajaja, no te preocupes, definitivamente estaremos listos cuando termines tu sueño reparador -rió Motobd con notable burla hacia su cansado compañero.
-Jeje, espero que tengas ese rostro cuando vuelva y te patee el trasero -fingiendo molestia ante la burla de su compañero, pero de igual forma Shingen le mostró una sonrisa desafiante para dar a entender que lo que él dijo era cierto.
Habiendo regresado a su habitación, Shingen, al querer dormir y mientras intentaba conciliar el sueño, se puso a pensar en todo lo que él estaba influyendo en la historia de Dragon Ball.
No solo su presencia había hecho que Ten Shin Han, en su afán de nunca quedarse atrás, se fortaleciera junto a él. Aunque Chaozu no era del tipo peleador, ya que su tipo de cuerpo estaba más cómodo usando su telequinesis, eso no evitó que las constantes peticiones de su amigo Ten lo alentaran lo suficiente como para entrenar más duramente.
En el otro lado estaba su otro amigo, Motobe. Este último había sido salvado por Shingen y Ten Shin Han cuando estaban de visita en un pequeño pueblo para probar la comida.
Un año antes…
A lo lejos, cerca de los oscuros callejones, Ten habría escuchado débilmente un pedido de ayuda que venía de ese lugar. Aunque Shingen quería apresurarse y comer, no tuvo otra opción que seguir a su compañero y presenciar cómo un grupo de 5 criminales heridos golpeaban con gran odio a un niño que apenas estaba consciente.
La vista dejó a Shingen y a Ten con un mal sabor de boca, ya que el niño moribundo tenía el uniforme de la escuela Grulla. Con esta razón, Shingen no perdió tiempo y con gran rapidez y fuerza se abalanzó sobre el grupo de delincuentes. Al ver a su nuevo agresor como un monstruo, decidieron abrir fuego. Sin embargo, la realidad los golpeó como un balde de agua fría cuando vieron al niño esquivar los proyectiles y acercarse lo suficiente como para terminar de liquidarlos.
Al terminar de eliminar los cuerpos, Ten se acercaría y comprobaría el pulso del magullado niño. Milagrosamente, aún tenía pulso aunque iba disminuyendo a medida que pasaban los segundos. Esto alertó a Shingen y Ten Shin Han, quienes se vieron obligados a usar su aún imperfecta técnica de sanación. Aun así, lograron salvar la vida del niño, que al despertar vería primero a Shingen, que le había tendido la mano para ayudarlo a levantarse.
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🐉"El Humano Más Fuerte De Dragon Ball"🐉
RandomDespués de años de puro esfuerzo, en donde gracias al apoyo de mis padres logré impulsarme como peleador profesional de MMA. Sin embargo, lamentablemente, el destino tenía otros planes para mí, y entre ellos estaba el morir en una fría noche después...