Después de años de puro esfuerzo, en donde gracias al apoyo de mis padres logré impulsarme como peleador profesional de MMA. Sin embargo, lamentablemente, el destino tenía otros planes para mí, y entre ellos estaba el morir en una fría noche después...
Volando a gran velocidad, Krillin y Piccolo se iban acercando a los terrenos de la torre Karin. Desde abajo, vieron a un grupo de nativos que, al notar la figura de Krillin, alzaron sus manos y, con alegría, lo saludaron, haciendo que Krillin sonriera.
Después de una hora de vuelo, por fin llegaron a una gran planicie donde había un destartalado castillo que, viéndolo más de cerca, parecía estar a punto de derrumbarse. Aterrizando frente a la parte superior del mismo, Krillin lideró el camino, siendo seguido por un silencioso Piccolo.
-Los datos sobre estas ruinas eran ciertos. Según lo informado, esto ha estado abandonado por un lapso de 200 a 300 años -diría Krillin, intentando hacer algo de plática laboral.
-¿Con que 300 años, eh? Ese es el tiempo estimado en el cual Kami-sama se convirtió en Dios de la Tierra, por lo que algo muy antiguo y seguramente peligroso debe estar escondido aquí, puedo sentirlo -opinaría Piccolo, notando un gran pasillo que seguramente llevaba al centro de la edificación.
Mientras ambos pasaban al centro del palacio, notaron una gran estatua situada en una parte alta del salón. A ambos lados de la estatua, había otros soportes que seguramente sirvieron para mantener de pie a otras tres estatuas que no se ven por ningún lado.
-Qué raro... ¿Crees que saqueadores de tesoros robaron las otras tres? -preguntaría Krillin, prestando atención a su alrededor en busca de pistas del anterior escuadrón.
Sin molestarse en responder, Piccolo leería unas palabras situadas en la base de la única estatua presente.
-Garlic Jr... Así se llama, Garlic Jr. -repetiría Piccolo, sintiendo algo de familiaridad con el nombre de la estatua.
Inesperadamente, al terminar de repetir el nombre de la estatua, se escucharían varias risas en todos lados de la gran sala, dejando a Krillin asustado y a Piccolo en guardia.
Al terminar de reírse, tres figuras de diferentes alturas y aspectos harían acto de presencia enfrente de los discípulos grulla. Para asombro de Krillin y Piccolo, notarían las extrañas apariencias de los recién llegados, que no dejaban de reír mientras los veían.
-Por fin!, carne fresca -diría la figura más pequeña, mostrando una gran hilera de dientes muy afilados.
-¡Oye! Ni se te ocurra comértelos. Los anteriores fueron devorados por ustedes mientras aún estaba encerrado en la estatua -se quejaría el más grande, notablemente molesto.
-Jajaja, cálmense Sansho, Ginger. No ven que asustan a nuestros invitados. Debemos tratarlos con la misma hospitalidad que a los anteriores -al decir esto, Krillin y Piccolo arrugarían las cejas y gruñirían enfadados al descubrir que los responsables de las muertes del anterior escuadrón fueron ellos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dando un paso al frente, Piccolo se pondría delante del nervioso calvo y, encarando a las tres presencias, los miraría con rabia al mismo tiempo que expulsaba KI.
