[CAPÍTULO N°33: "Operación exterminio"]

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[Punto de vista en tercera persona]

En un valle desértico, un grupo de ladrones conducía a gran velocidad sobre una maltrecha carretera, posiblemente huyendo de algo o de alguien que los asustó mucho.

Los cuatro automóviles, pilotados por los subordinados de una banda criminal, se adentraron en un túnel con dirección a la ciudad más cercana.

-¡MIERDA! ¡MIERDA! Por favor, jefecito, dígame que lo perdimos de vista -suplicaría el nervioso vándalo.

-Jeje, deja las preocupaciones de lado, Poncho. Ese demonio ya no nos sigue, así que dedícate a mirar la carretera mientras les informo a los demás -dijo el hombre calvo, tomando su radio e intentando comunicarse con los otros vehículos en los que venían sus compañeros.

Después de un tiempo tratando de comunicarse sin éxito, el molesto calvo miró más de cerca las ventanas oscuras de su auto y, para su desconcierto, no vio ningún auto cerca. Helado, el hombre calvo miró la parte de atrás de su auto y, con pavor, vio a alguien volando a gran velocidad en su dirección.

-Vete a la mi... -de repente, el extraño sujeto tomó la puerta trasera del coche y la arrancó de cuajo, dejando ver su imponente presencia, donde se podían resaltar su cabello grisáceo y unos brillantes ojos avellana que parecían brillar en la oscuridad del túnel.

Asustados, tanto el jefe calvo como el conductor llamado Poncho entraron en pánico mientras perdían el control del auto.

-¡IMBÉCIL! Mira la carretera, yo me haré cargo de este demonio -valientemente, tomó un fusil de asalto AK-47 y, sin temor alguno, disparó un cartucho completo a quemarropa al sujeto.

Los ensordecedores sonidos del arma dejaron los oídos de los presentes zumbando hasta que el cartucho de las municiones se acabó, dejando en desesperación al jefe calvo.

-¿Qué demonios eres? -asustado, cuestionaría mientras veía cómo el cuerpo de su enemigo estaba ileso y ninguna bala le había hecho el mínimo rasguño, aparte del daño a su ropa.

-¡Soy Batman! -diría el hombre con una sonrisa burlona adornada en su tenebroso rostro, donde resaltaban sus ojos brillantes que harían temblar al calvo y a Poncho, que para ese momento ya estaban ambos con los pantalones sucios.

Saliendo del largo túnel, Shingen caminaría lentamente arrastrando a dos personas por el caliente asfalto de la carretera. Situándose a un lado de la carretera, el líder de la escuela marcial Grulla le daría una cachetada a uno de sus retenidos, haciéndolo despertarse por el dolor.

-¡Auch! ¿Y eso por qué fue? -reclamaría el calvo jefe de la banda.

-Muy bien, ahora que estás despierto quiero que me digas todo lo que sabes sobre 'el profesor', que es tu mayor cliente de tu mercado de drogas y de otros productos ilegales. -Al terminar de preguntar, Shingen aplastaría la pierna del hombre, haciéndolo gritar de dolor.

-¡Te lo diré! ¡Te lo diré! Por favor, ya no me lastimes...

-¡Habla!

-E... el profesor es un hombre que últimamente ha estado comprándome grandes cantidades de cargamento químico y uno que otro lote de fentanilo. Lo único que sé de él aparte de la apariencia de un hombre mayor de unos 50 ~ 60 años,es que usualmente hacemos los negocios en el puerto cerca de la capital del Este, nada más, ¡no sé nada más! -Nervioso y adolorido, el hombre que tenía los ojos cerrados los abrió lentamente y no vio por ningún lado al que creía que sería su verdugo.

La repentina desaparición del aterrador hombre dejó desconcertado al calvo, que como pudo, se puso de pie y cojeando se alejaría del lugar, dejando a su compañero aún inconsciente en el mismo sitio. Sin darse cuenta, un grupo de patrullas lo encontraría y, debido a una llamada anónima, dieron con él y con su compañero.

🐉"El Humano Más Fuerte De Dragon Ball"🐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora