Después de años de puro esfuerzo, en donde gracias al apoyo de mis padres logré impulsarme como peleador profesional de MMA. Sin embargo, lamentablemente, el destino tenía otros planes para mí, y entre ellos estaba el morir en una fría noche después...
En la inmensidad del espacio, un objeto esférico se abría paso por la gran cantidad de planetas y otros objetos celestes. La velocidad de dicho objeto era tan impresionante que ninguna nave creada en la Tierra pudiera siquiera igualarlo.
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Dentro del objeto, una persona se encontraba aparentemente dormida mientras estaba sentada con los brazos cruzados. En la computadora frente a él, un pitido en forma de alerta hizo sonar en todo el pequeño espacio en el que estaban, soltando un gas incoloro desde las rejillas de ventilación. El hombre poco a poco se fue despertando, mientras que en su cara se podía ver un claro ceño fruncido por lo que aparentemente era la incomodidad de dormir en un espacio muy cerrado.
Después de despertar del todo, el hombre, con gran maestría, manipuló la pantalla inteligente a un lado de él. Al introducir varios códigos en un idioma extraño, se mostró la imagen en 3D de la Tierra y un resumen sobre las condiciones del planeta, además de la información básica de la especie dominante y su poder de pelea. El hombre, al ver con más detenimiento la información dada por la pantalla, sonrió con desdén para luego observar que solo faltaban 6 horas para que su nave llegara al planeta.
-Espérame, Kakaroto. Por tu bien, espero que hayas cumplido con tu misión de conquistar la Tierra y de matar a todos los terrícolas, o no seré amable contigo, jeje-. La gruesa voz del hombre resonó macabramente dentro de la nave mientras ingresaba al sistema solar.
Dentro de una gran mansión, más exactamente en una gran oficina privada, se encontraba un hombre perro de color azul que miraba una pila de papeles, presuntamente de temas importantes para él. Mientras estaba ocupado, alguien tocó tres veces la puerta que daba fuera de la oficina.
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