🐉"El Humano Más Fuerte De Dragon Ball"🐉

[CAPÍTULO N°34: "El más fuerte bajo los cielos - Parte 1"]

[Punto de vista en tercera persona]

Mientras tanto, Bulma estaba absorta en su investigación sobre el suero evolutivo que Shingen le dio para que investigara sus usos y repercusiones al aplicarlo a un ser humano. Aunque ella ya sabía que el suero provoca una alteración física tan violenta que los sujetos de prueba mueren antes de tan siquiera completar el proceso de "evolución", lo que ella ignoraba era si el suero afectaba de manera igual a cada persona o si el resultado era un poco diferente pero no demasiado.

Aunque su campo fuerte era la tecnología y la robótica, ella al menos era suficientemente capaz en el ámbito de las ciencias médicas y químicas. Por lo que, tras varios días encerrada en el laboratorio, en los cuales dejó todo el trabajo de construir la sala de gravedad a su padre, este último aceptó ya que también sentía curiosidad sobre el suero que les trajo su yerno.

-¡Uff, lo descubrí! -diría emocionada la mujer-. Este suero lo que hace es algo muy similar a lo que se explica en la teoría de la evolución de las especies, solo que en vez de tardar millones de años en que una mutación aparezca de forma aleatoria mejorando una cualidad precisa de un animal, este suero engaña al mismo código genético de la persona y lo hace mutar en todo lo que el usuario más se desempeña, osea, provoca mutaciones precisás, pero a su vez esto viene con un gran riesgo de que el organismo se niegue a los cambios, lo que terminaría con la muerte del sujetó.

-«Si me llegase a inyectar esto, posiblemente mi cerebro y cabeza se agrandarían dejándome calva... Uy no, mejor dejo esto de lado por el momento.»

Levantándose de su silla, la mujer caminaría a un frigorífico y guardaría las muestras casi vacías para experimentar y, si es posible, refinar todavía más el suero. Dejando el tema de lado, Bulma iría con su padre para dar los últimos retoques a la sala de gravedad, la cual, gracias a decenas de científicos en el trabajo, lograron casi terminarla y solo faltaban uno que otro sistema de seguridad o mejorar todavía más el material interno de la sala para evitar que se rompa fácilmente al momento de usarla.

Acercándose a su padre, la sonriente Bulma ayudaría en lo que pudiera. Sin pedirle permiso, la peliazul tomó varias herramientas y comenzó a instalar placas de hierro en lo que parecía ser el centro de mando de la sala.

-¿Crees que le guste si le doy esto como recompensa si gana el torneo? -preguntó la mujer sin despegar sus ojos del trabajo.

-Mmm, creo que le va a encantar. Además, es una buena motivación para que siga entrenando tanto él como los estudiantes de su escuela marcial. Siento que en el futuro habrá personas o seres más poderosas y peligrosas que el mismo Piccolo Daimao, por lo que siempre y cuando me pidan ayuda, yo estaré encantado de dar una mano -esta declaración honesta de su padre hizo que Bulma se alegrara aún más por su novio y del constante bien que hace al perpetuar la paz en el mundo gracias a su escuela.

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Mientras tanto, Shingen se encontraba peleando contra Motobe y Krillin en sus máximos poderes. Shingen, usando un Cénit Kai x7, se vería presionado por Motobe, quien usaba el Cénit Kai x6, junto a un golpeado Krillin que usaba el Cénit Kai x4.

Sin intenciones de quedar en desventaja por más tiempo, Shingen cargaría contra Krillin, que sin esperarse que fueran a por él, intentaría contraatacar, pero fracasando estrepitosamente, recibiría una patada en la cara que lo mandaría a estrellarse contra la arena, dejándolo fuera de combate.

Desde atrás, Motobe intentaría sorprender a Shingen con una patada hacia su columna. Del mismo modo, fracasaría al ver cómo Shingen se volvería y, con un fuerte agarre, tomaría la pierna de Motobe y descendería a gran velocidad para luego estrellarlo violentamente contra el suelo, dañando gravemente la espalda del debilitado hombre.