Epifanía. [RadioApple]

Extra

"Después de que el amanecer trasladará los muros caídos de la antigua ciudad de Lucifer. Tres almas de avistaban en la lejanía, dos figuras adultas y un pequeño cuerpo entre los brazos de ambos, manteniendo el equilibrio sobre la arena escurridiza bajo sus pies.

— Adán... — la fémina llamó al otro con un hilo de voz, parecía que quería llorar por el temblor en sus palabras. — ¿Todos ellos...?

— Si... — respondió él, apretando suavemente el hombro desnudo de su pareja — No hay signos de vida entre los escombros de la ciudad, Eva... Ellos han muerto, lo hicieron cuando apenas el sol se alzaba sobre sus desvanecidos y fríos cuerpos....

Un sollozó se escapó de los labios de la fémina.

— Charlotte... Ella era tan jóven...

Adán la miraba, guardando silencio.

Sus ojos dorados bajaron hacia él bulto entre sus brazos, una pequeña cara arrugada y roja estaba dormida en medio de sus cuerpos.

— No te lamentes, mujer. — dijo, besando la frente de Eva — Recuerda quién es el D-os a quien servimos, sabes mejor que nadie que todo lo que sucede es porque es su voluntad.

Eva alzó la mirada, con sus ojos dorados llenos de lágrimas. La muerte de la hija de Lucifer de verdad que la habitación afectado, quizás porque ahora se había convertido en madre.

— Lo sé, pero...

— Su vida en este mundo habría dudo mala sin sus padres, Eva. Un cachorro de león recién nacido es la presa perfecta para un grupo de llenas adultas. — limpiaba las lágrimas de ella al mismo tiempo que un sonido descendía del cielo.

— Adán... — dijo sorprendida.

— Shhh... — él sonrió, obligándola a ver al frente. — No veas, solo avanza.

Con la poca tela que quedaba de su ropa, Adán le cubrió los ojos a Eva. Guiandola entre la arena con cuidado con destino a las montañas. Adán le sonrió al cielo, escuchando como la ciudad detrás de él caía a pedazos.

— Todo lo que salió mal desde el principio, volvió al surco original. — susurró para sí."

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Alastor estaba sentado con las piernas cruzadas y los brazos sobre su pecho, parecía molesto.

Uh... No fue buena idea dejar que leyera el borrador.

Lucifer sonreía nerviosamente, observando a su hija dibujarlos a los tres completamente felices en la hoja de papel amarilla. ¡Estaba tan incómodo que no sabía qué hacer! No estaba acostumbrado a ver a Alastor a la defensiva.

No comprendo ¿Por qué está molesto?

Lucifer lo miró de soslayo.

— Alastor. — llamó.
— ¿Sí? — respondió el castaño.

Morningstar finalmente lo encaro con una mirada seria y el ceño fruncido.

— ¿Por qué estás molesto? — preguntó finalmente.

Alastor sonrió de lado, mirando al rubio.

— ¿En serio lo preguntas? — entrecerró los ojos — Leí el borrador, señor Morningstar.