Capítulo 4

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-Disculpe señorita me esta escuchando?.

Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría, de repente.

-eh, si, claro que lo escuché – titubee un poco al contestarle – en que puedo ayudarlo señor?.

Ay diosito por favor que no sea ayudarlo a hacerlo rico vendiéndome en el mercado negro.

-Necesito encontrar una casa – tranquila Emna es solo una casa, no te asustes.

Su perfil junto con su voz eran muy formales, su tono calmado y educado eran algo impresionante, igual que su físico el cual era perfecto, yo le calculaba unos 40 años, aunque si me dijera que tenia menos por supuesto que le creería ya que no tenia ni una sola arruga o marca en la cara.

-Eh, si claro, dígame el número de la casa que quiere encontrar y lo ayudare – yo aquí ofreciendo mi ayuda para encontrar una casa cuando nisiquiera se si es un asesino en serie que quien sabe que está planeando y resulta que yo le facilite las cosas y ahora formó parte de su maravilloso crimen, soy su complice.

Es que a mi me pasan unas cosas.

-Ya le digo – vi como saco un pequeño papel, y yo ya estaba delirando que tenia algún tipo de droga que iba a hacer que me desmayara para el después montarme en la camioneta negra y secuestrame para llevarme a México – Aquí esta, este es el número de la casa.

Pude ver en este momento como la sangre me abandonó por completo,no me quiero ni imaginar como me debo de ver delante de este tipo.

De verdad que estoy completamente jodida.

En el pequeño papel se encontraba el número cero setenta, en conclusión la casa de la señora Audrid Scott, mi casa.

-No tenga miedo señorita, no pienso hacerle daño.

Por que siempre escucho esas palabras?.

Hacerme daño? A quien a mi?.

Ay por favor para nada tenía miedo – notese el sarcasmo.

-Si la conozco, precisamente es mi casa.

Se los juro que lo dije dudando, se los juro.

-Entonces usted es la señorita Emma Scott?.

Hasta mi nombre se sabe, ay dios, si no me vuelven a ver no diré nada pero habrán señales.

-Si soy yo – es que definitivamente a mi me gusta la guachafita, hubiese sido otra persona y ya hubiera huido.

-Entonces esto es para usted señorita – me entregó un sobre, el cual saco de un malentin que yo por nada del mundo me había dado cuenta que tenía.

-Qué es esto? – vaya Emma un aplauso, te entregan un sobre y solo preguntas que es? bravo.

-Solo me dieron la tarea de entregárselo señorita no tengo más información sobre el sobre – claro no sabe nada, claro.

-Esta bien no se preocupe – le digo con la intension de tranquilizarme.

-No quiero quitarle más de su tiempo, con su permiso y si me disculpa me retiro, feliz noche y que descanse, hasta luego señorita Scott – lo despedí con un asentimiento y seguí mi camino a mi casa.

-Hola enana – mi tía me recibe en la sala – como te fue hoy?.

-Hola tía, bien, un poco cansada – le respondo – y mi mamá?.

-Esta arriba descansando, el trabajo estuvo agotador hoy.

-Me imagino – me acerco para darle un beso en la mejilla y dirigirme a mi habitación.

La realidad de soñarte a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora