Capítulo 35

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No podía creer las palabras que habían salido de mi boca.

Lo había dicho.

Había mentido.

Dije ser la novia de Cassian y ni siquiera le pregunté si estaba de acuerdo.

Pero en que estaba pensando?.

Todo por culpa de esos grises ojos que no me quitaban la mirada de encima ni por un segundo.

Saben, es cierto cuando dicen que en momentos de presión cometes bobadas.

Porque la mía había sido una.

Ahora lo único que rezaba era que Cassian aceptara seguir mi juego para así no caerme con los kilos.

-Vaya, no esperaba eso – dijo Azrael decepcionado – he de admitir que la señorita había llamada toda mi atención y conocer de su relación me decepciona un poco, pero debo felicitarlo por tener a una gran mujer a su lado duque.

-Si, soy muy afortunado de tenerla a mi lado – Cassian colocó sus manos en mi cintura y me acercó más a él.

Dios mío gracias.

-Fue un gran placer conocerla esta noche señorita, espero y pasen una buena noche – el príncipe había dejado un casto beso en el dorso de mi mano – si algún día se aburre del Duque, no dudé en comunicarse conmigo – y mientras lo dijo me guiñó un ojo para después desaparecer entre los tantos invitados.

Señor como pude perder una oportunidad como esa.

Un príncipe no se consigue todos los días.

Y yo que por fin lo tuve, lo dejé ir.

Todo por la mirada de ese amargado vampiro.

Mire a la dirección donde antes se encontraba el vampiro que no me quitaba la mirada de encima pero el resultado era nulo al ya no encontrarlo ahí.

En fin, había solucionado el problema.

-Así que, mi novia eh? – Cassian me miró divertido.

-?No estás molesto? – pregunté.

-Claro que no, además, soy muy afortunado de tener a una gran mujer a mi lado – recitó las palabras que el príncipe anteriormente había dicho.

-De verdad que gracias – le agradezco con una gran sonrisa.

-No hay de que, fue un placer ayudarte.

Agradecía muchísimo que Cassian no preguntara por qué lo hice, porque de ser así habría tenido que mentir otra vez, y ya nos dimos cuenta que me ponía muy creativa en ese tipo de situaciones.

****

Mi pies ya estaban cansados de estar de pie toda la noche con estos tacones, si las circunstancias hubieran sido otras y el evento fuera divertido con música para bailar hasta el cansacio, por nada del mundo me quejaría, pero al andar como maniquí viviente durante horas era un trabajo que no cualquiera podía aguantar.

Y por esa misma razón me escabullí un rato para así poder relajarme de ese ambiente de vegetales.

Camine por los pasillos del castillo, un poco perdida, pero lo único que quería era tranquilidad, la parte del castillo donde me encontraba estaba en total silencio por lo que lo hacían ideal para caminar un rato.

La tenue luz de la luna entraba por los ventanales dándole un aspecto iluminado y pacífico a los pasillos.

Lo único que quería era llegar a mi habitación y arrojarme a mi cama a descansar, igual no creo que mi ausencia afecte en lo más mínimo el tan divertido y agradable evento que se estaba llevando a cabo, espero y noten el sarcamos.

En este pasillo habían varias puertas que no sabía a dónde llevaban, y mucho menos quería averiguarlo, decidí mirar a los lados para ver si alguien se encontraba pero al obtener respuesta negativa, decidí quitarme los tacones que ya me tenían cansada y dejar mis pies completamente descalzos, y la verdad, se sintió muy bien sentir el frío piso bajo mis pies, era relajador.

De pronto todo se vino de relajación mientras caminaba se convirtió en una de susto, al sentir unas manos tapar mi boca para así callar el grito que ya estaba por dar, y así jalarme hacia donde se encontraba.

-Estás loco, casi me convierto en súper saiyajin – dije cuñado por fin me quitaron las manos de la boca.

-¿Qué crees que haces Emma Scott? – un Aro notablemente furioso preguntó.

-Qué más voy a hacer?, no estás viendo que me asustaste – le dije sin entender que quería saber.

-¿De dónde lo conoces? – volvió a preguntar furioso.

-¿A quien? – pregunté curiosa – Tienes que ser más específico "su alteza".

-Maldita sea Emma – suspiró molesto – ¿de donde conoces a Cassian?.

-Ah, Claro Cassian – dije entendiendo por fin – lo conozco de un hotel cinco estrellas, ¿por qué? – le respondí sarcásticamente.

-Te gusta jugar con fuego no es así? – la distancia que anteriormente teníamos, Aro la corto por completo al acorralarme en la pared dejándome sin escapatoria.

-Por supuesto, me encantan las heridas que deja al apagarse – dije sin quitarle la mirada de encima – ¿cual es tu problema? – pregunté al ver su enfado.

-Tú.

-Yo? – pregunté sin entender.

-¿No podías inventar otra cosa? ¿Su novia? Como si eso fuera posible – empezó a balbucear ignorando por completo mi pregunta – y de paso bailas con Azrael, ¿es que no era suficiente ya? Lo único que tenías que hacer era mantenerte bajo perfil, y fue lo menos que hiciste.

Ahora entiendo porque dicen que los hombres son más complicados que la mujeres.

Por qué a este ni con calculadora lo entiendo.

-Disculpa pero de no haber sido por tu mirada de asesino serial las cosas hubieran sido muy distintas – le digo con sinceridad.

-No trates de culparme Emma – habló otra vez molesto.

-Pero quien te entiende? Me dices que no comente quién soy y que me mantenga bajo perfil, listo lo hice, y ahora vienes furioso a desquitarte conmigo, ¿qué más podía hacer? Decir que soy la mucama del castillo? – dije yo también molesta de o situacion.

-Créeme hubiese sido mucho mejor que dijeras eso.

-Si claro, sabes que, ve a un sicólogo, al parecer no te funciona – dije señalándole la cabeza.

-Extenderé tus horarios, haber si así aprendes – dijo por fin dejándome libre.

-Haz lo que te dé la gana – y sin mirarlo y decir más me dirigí a mi habitación dejándolo con sus conflictos solo.

Cada día soportaba menos a este hombre.

Y es que me quiere volver loca.

Claro como él es infeliz dirá "vamos a hacerle la vida infeliz a Emma también".

Idiota.

Lo odio.

La realidad de soñarte a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora