Capítulo 16

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-Cómo crees que voy a abandonar toda mi vida aquí para irme a salvar ese tal pueblo blodson?.

- Bloodstone – me corrige.

-Como sea, de seguro estás equivocado y yo no soy la persona que estás buscando, solo mírame, ni siquiera puedo calentar el agua sin que se me queme, y créeme que es de lo último porque el agua no se quema – le digo con toda mi dignidad humillada.

-Yo también me hice la misma pregunta – lo escuche susurrar.

-Escuche eso – le lance una mala mirada – ahora con más razón, si tú no me crees capaz, que quedará para ese pueblo.

-Emma créeme que si yo pudiera decidir eso, tú jamás hubieras sido una opción – auch un puñal para mi orgullo – pero, así lo quiso el destino ahora tu deber es aceptarlo.

Alguna vez le he dicho que no lo tolero?.

No?.

Pues tocará hacerlo.

-Y qué pretendes que haga? Que llegue a mi casa y grité a los cuatro vientos que soy la salvación de un pueblo y que me marcho para él porque así lo quiso el destino? – le digo mirándolo a los ojos – me tomarán por loca.

-No te preocupes por eso, yo me encargo.

La seguridad que tenía al decir esas palabras me asustaba un poco, sus acciones me habían demostrado que todo estaba más que planeado y si él dice que se va a encargar es porque ya todo está resuelto, y eso, me tenía sin cuidado.

****

Escuchar a mis amigos hablar tan alegremente me hacía distraerme un poco, mi amigo Víctor ya había regresado y se encontraba charlando con nosotras antes de que empezara la clase de matemáticas.

-Me alegra que todo haya salido bien Vic – le digo.

-Si, ya no hay problema alguno – me responde – las he extrañado mucho, me hacían falta las charlas de la vida.

-Si a nosotras también – responde mi amiga Ana.

La puerta se abrió y el profesor de matemáticas entró por ella pero no venía solo, la coordinadora Greta lo acompañaba.

-Buenos días alumnos – saludó el profesor a lo que los demás respondieron.

-La alumna Emma Scott por favor necesito que venga conmigo – de tan solo escuchar su voz ya me hacía querer lanzar una sill a los cuatro vientos.

Y ahora que hice?.

-Qué hiciste en este tiempo que no estaba Em? – Víctor me pregunta con una sonrisa mientras me levanto de mi asiento.

-Juro por mi a amor a los libros que nada – le respondo.

Sali del salón y seguí a la coordinadora hasta lo que es la oficina del director.

Tan grave es?.

Les juro que no hice nada malo, lo juro por la garrita.

-Señor director aquí está la señorita Scott – la coordinadora le hace saber que estoy presente para poder entrar.

-Buenos días señorita Scott – me responde el director William.

-Buenos días director – le respondo el saludo, ante todo la educación – hice algo malo?.

-No, claro que no – gracias a dios – la mandé a llamar porque hay un asunto muy importante que tengo que hablarle.

Pero que tiene dios en mi contra para que todas las personas me quieran decir cosas importantes?.

Es que a caso soy el Papa Francisco o algo por el estilo?.

-Claro, dígame.

-Vera señorita Scott, ayer recibimos una llamada de administración pública donde nos han dicho que una buena escuela en el extranjero ha optado por regalar una beca completa a un buen promedio de esta institución – y que? Quiere que busque el mejor promedio? – y al parecer usted es la elegida para dicha beca.

JA.

Que viva la república señoras y señores.

-Yo? Pero no soy el mejor promedio de esta institución – y era cierto habían personas con mejor promedio que yo, mucho mejor.

-Ellos han revisado todos los perfiles de los alumnos y el de usted fue el que más le llamó la atención, por eso desean ofrecérsela a usted – me dice buscando algo en su escritorio – tenga – me entrega un sobre – aquí está toda la información, hemos hablado ya con su representante y solo estamos esperando por su respuesta, cuando tome una decisión no dude en comunicármelo, mientras más rápido mejor, no hay tiempo que perder.

-Muchas gracias director – tome el sobre y salí de esa oficina.

Una beca? Mejor promedio? Yo?.

Esa combinación no me cuadraba del todo, este instituto era bueno y sus promedios también, pero, las becas no eran algo que se veía muy a menudo, menos para alguien que ya está en su último año y le faltaba poco por culminarlo.

El simple hecho de que esto me haya pasado precisamente en el momento donde mi vida dio un giro trescientos sesenta grados es lo más estúpido que podría haberme pasado, si fuera otra persona estaría feliz de lo que está pasando en este momento, pero como soy Emma Scott una chica a la que el mundo le está cobrando todos su pecados de su vida pasada mi emoción y alegría es neutra, y todo por el simple hecho de saber quién está detrás de todo esto.

Encendí mi teléfono y le envié un mensaje al número que ayer me había llamado.

-Necesitamos vernos!.

La realidad de soñarte a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora