Capítulo 6

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El clima era frío por la lluvia que hace menos de cinco minutos caía a chaparrones, por lo cual yo cargaba un suéter oscuro encima del uniforme escolar, preparada para entrar a dichosa cafetería donde un desconocido me debe de estar esperando.

Porque sí, había decidido ir a la cita.

Necesitaba aclarar mi curiosidad, y entender a que había venido este misterioso hombre el cual su rostro era más que conocido para mi.

A tan solo metros de la entrada de la cafetería Maxwell detengo mis pasos para pensar por senté sima vez si debo de entrar o no.

Yo tú salgo corriendo.

No sería una mala idea.

Pero también ya estas aquí, así que no hay nada que perder.

En eso tienes razón.

Por fin después de dudar si entrar o no, me decido por entrar y asumir lo que próximamente esta por venir.

En una de las tantas mesas del fondo puedo divisar la figura del hombre el cual ayer tuve la dicha de conocer como Aro, lucia un impecable y elegante traje azul oscuro que hacía resaltar mucho más su pálida piel. La cafetería se encontraba vacía por completo, siendo él, el único en esta, cosa que me parece extraña ya que es una cafetería muy concurrida.

-Veo que su curiosidad ganó la batalla – mencionó, antes de poder hacer acto de presencia frente él.

Será que me vio dudar en la entrada?.

No, no creo.

O si?.

-Dicen que nada es mejor que saciar las dudas y mucho más si la curiosidad está presente. – le respondo para no parecer más nerviosa de lo que ya me encontraba.

-Así como también que la curiosidad mato al gato – dice mirándome fijamente – pero que maleducado soy, permítame preguntarle como se encuentra señorita Scott?.

Y ahí vamos otra vez con esa rara sensación cada vez que menciona mi apellido.

-Siéndole sincera de maravilla, pero con mucha confusión respecto a usted – le respondo sin mínima seña de querer estar aquí todo el día.

-Me alegra saber que se encuentra tan bien – menciona – y con respecto a su confusión permítame aclarársela mientras ordena algo.

Le hizo una seña con la mano a la mesera que se encontraba en la caja para que esta se acercara.

-bienvenidos, que desean ordenar? – la mesera la cual se veía muy agradable, nos pregunta de manera educada.

-Una marquesa junto a una malteada de chocolate por favor – veo como responde mi acompañante dejándome con más dudas de las que antes tenía.

La mesera anotando el pedido se dirige directo a la caja dejándonos solos otra vez.

-Por que presiento que me conoces más de lo que deberías? – pregunto ya teniendo claro la respuesta a esta.

-Porque es cierto, te conozco mejor de lo que te puedes imaginar.

‐Me imagino – digo con ironía – aunque también presiento que tuviste que ver con que esta cafetería se encuentre vacía el día de hoy.

-Por supuesto – afirma el al fin – me encargue de alquilar toda la cafetería por el resto de la tarde para poder hablar contigo.

Quisiera decir que estoy impresionada pero esto era de esperarse.

-Ya veo – digo haciendo énfasis en lo solo que esta el lugar – ahora me gustaría saber que tienes que decir.

-Lo que quiero hablar con usted es....

-Aquí esta su pedido, espero y lo disfruten – la mesera hace acto de presencia interrumpiendo por completo a mi acompañante.

-Gracias – le respondo a lo cual la chica hace un asentamiento para después partir de nuevo a su destino, no sin antes observar con unos brillantes ojos al hombre el cual no hace más que mirarme.

-Me imagino que es completamente de tu agrado ya que es chocolate – menciona acercando la marquesa y la malteada a mi.

Ok, esperen un momento, esto es solo para mi?.

El no piensa comer o beber nada? Es que acaso parezco un cochino al cual alimentar?.

-No pedirá nada para usted? No quiero parecer maleducada – pregunto con la intención de no parecer una tragona al comer frente a él.

-No se preocupe, no tengo apetito en estos momentos. – responde a mis perturbaciones – Adelante puede empezar.

Si usted lo dice, con mucho gusto empiezo.

-Esta bien – le doy el primer bocado a la marquesa, la cual esta muy buena.

-Y, que tal esta? – me pregunta viendo mi acción al probar esta.

-He de admitir que esta deliciosa – le respondo – aunque no se que me inquieta más, si el simple hecho de que este con un completo desconocido – hago una pausa para hacer ver mis palabras un poco más interesante – o el que sepa perfectamente mis gustos por el chocolate?.

–Respondiendo a sus inquietudes, con la primera no tiene de que preocuparse, no pienso hacerle daño – responde calmado – y a la segunda, como ya he dicho antes, la conozco mejor de lo que se imagina.

-Entonces es el momento perfecto para que empiece a contarme su relato para poder entender que relación tengo yo con usted para que me conozca tan bien como dice.

Veo como se endereza rápidamente para mantener una postura más intimidante.

-La razón por la que la he citado es porque siento una gran intriga hacia usted – no logro captar a lo que se refiere – usted es la principal causa de todos mis problemas en estos momentos.

-Y puedo saber cuales son esos dichos problemas? – pregunto con la intención de poder saber por fin a que viene todo esto.

-Podría, pero para eso, tendría que saber toda una historia completamente diferente para usted.

-Tengo todo el tiempo para escucharla si me involucra – le respondo para después beber de mi malteada de chocolate.

-Se que lo tiene, pero esta historia no va ha ser fácil de entender y mucho menos para usted – hace una pausa – pero, puedo asegurarle que pronto la descubrirá solo tendrá que tener un poco más de paciencia.

-Entonces puedo saber para que la cita de hoy si no tiene pensado contármelo ahora?.

-tengo pensado hacer un trato con usted.

-Ah si? Y cual es ese importante trato como para alquilar una cafetería por toda la tarde?.

-Deseo que usted acepte que pueda verla más seguido.

Esto es enserió?.

Tanto drama para esto?.

Esto era lo tan importante que me iba a cambiar la vida por completo?.

Por favor exijo me devuelvan las entradas de esta mala comedia.

-Yo diría que eso suena más a una petición infantil que a un trato – le digo mirándolo fijamente – además que ganaría yo con todo esto?.

-Las respuestas a las tantas preguntas que revolotean en su cabeza – dice para después acercar una carpeta hacia mi – o me equivoco al decir que usted tiene curiosidad al saber porqué la conozco tanto y quien soy?.

-No diré que no deseo saber de sus intenciones y mucho menos de quien es usted, porque esta de más decir que estaría mintiendo – le respondo honestamente – pero que le hace pensar que aceptaré verlo más, siendo usted un extraño para mi? – digo dándole el último bocado a mi marquesa.

-Porque soy la persona con la que tanto sueñas todas las noches, o me equivoco?.

Puedo sentir como el color de mis mejillas abandona por completo mi rostro para dejarlo más pálido de lo normal.

No se que responder a lo que acaba de decirme y mucho menos como sabe que el chico con el que siempre sueño es él.

Ahora si que estoy asustada y muy  confundida, demasiado para ser exactos.

Quién rayos eres Aro Rosenheim?.

La realidad de soñarte a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora