Capítulo 13

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Era sábado y mis ganas de levantarme de la cama eran mínimas, pero debía ir con mi mamá a comprar algunas cosas, el sueño que había tenido anoche me dejó sensible, no les mentiré al escuchar la historia de la Luna y el So mis ojos espesaron a derramar lágrimas, pero es que como se va a desvanecer así? Dejando a su amada sola.

Sin duda era la mejor historia de amor que había escuchado, y fíjense que he leído muchas.

Bajé a la cocina en cuanto me termine de arreglar para encontrarme con mi mamá y mi tía desayunando.

-Buenos días – les digo dándoles un beso en la mejilla a las dos.

-Buenos días pequeña – me responde mi tía – dormiste bien?.

-Si, como una princesa – le respondo, no es como si no hubiera soñado estar en una cabaña con una desconocida.

Después de terminar de desayunar mi mamá y yo nos dirigimos al supermercado para comprar las cosas que nos hacían falta en la casa, por el otro lado mi tía se quedó en la casa porque tenía mucho trabajo que hacer, caminamos unos cuantos pasillo para comprar la comida y algunas bebidas.

Amaba salir con mi mamá, ella y mi tía eran lo más importante que tenía, han sido mi pilar, sé que muchos preguntarán por mi padre, pero la verdad es que ni siquiera sabía quién era, mi mamá estuvo saliendo un tiempo con un hombre que conoció en una noche de alcohol y locura pues aparecí yo, él por su lado no quiso hacerse responsable y no volvió a aparecer, pero mi mamá ha sabido ocupar los dos puestos de madre y padre al mismo tiempo, por eso la admiro mucho.

-Te hace falta algo Em? – me pregunta mi madre.

-No ma, ya tengo todo.

-Perfecto, entonces paguemos para irnos.

****

-Mila alguna vez has escuchado la historia de la Luna y el Sol? – le pregunto a Mila la encargada de la biblioteca.

Después de haber llegado a casa y comer emprendí mi camino a la biblioteca para leer y distraer mi mente un rato ya llevaba unas tres horas aquí.

-Cuál de tantas pequeña? He escuchado muchos relatos sobre esa historia – me dice ella, veo que es una historia famosa – te preocupa algo Emma? Haz leído mucho.

-Me conoces muy bien – le digo a lo que ella sonríe – he tenido mi cabeza en muchas partes estos días, me ha costado mucho concentrarme últimamente.

-La mejor solución para eso pequeña es no preocuparte tanto, cuando tengas algo que te molesta trata de cerrar los ojos un rato y pensar en alguna cosa que te haga feliz, la vida se hizo para disfrutarla pequeña Emma no para desperdiciarla.

-Tendré eso en cuenta, gracias Mila.

-No hay de que – me dice para después seguir su camino.

Cerrar los ojos y pensar en algo que me haga feliz?.

A ver.

Cierro los ojos y pienso en algo que me haga feliz, que me hace feliz? Ah ya, la vez que me comí un delicioso helado de chocolate en aquella heladería italiana, uff eso si fue felicidad pura, ese día parecía una niña pequeña con el chocolate regado por toda la cara y ropa, también pasé pena por cierto.

La señora Mila tenía razón es bueno despejar la mente un rato, pero creo que ya es hora de volver a casa, ya es tarde y no quería preocupar a mi mamá.

La calle estaba sola lo cual es raro ya esta hora normalmente siempre habían carros de las personas que ya venías del trabajo, y horita no se escuchaba ni siquiera un grillo.

Cómo es posible?.

A unos cuantos metros de la casa se encontraba un auto negro, de quién será?.

Entré a mi casa y me llevé una gran sorpresa cuando un hombre que no había visto jamás se encontraba en la sala hablando muy cómodamente con mi tía y mi mamá.

-Emma llegaste – me dice mi mamá levantándose del sillón.

-Buenas tardes – dice el hombre mientras se levanta de su asiento para saludarme.

-Emma el es Theo es un viejo amigo – mi tía me lo presenta.

Viejo amigo?.

-Mucho gusto Emma es un placer conocerte al fin.

-El placer es mío.

El tal Theo era un honbre alto de piel blanca, cabello rubio y ojos marrones era simpático, parecía tener unos cuarenta años más o menos, tenía un acento extraño, parece alemán.

-Veo que haz crecido mucho, ya no eres tan pequeña como cuando te conocí – me dice con una sonrisa.

Por supuesto que ya no soy pequeña, las personas crecen, se supone no?.

-Theo te conoció cuando eras pequeña, tendrías como unos 2 años, por eso no lo recuerdas – me dice mi madre.

Aaah ya claro, por supuesto.

-Bueno creo que ya debería irme ya es tarde, las dejaré descansar, fue un placer charlar un rato – les dice a mi madre y a mi tía para dirigirse a mi – fue un gusto volver a verte Emma, que tengan buenas noches.

Me despedí también para luego subir a mi habitación, que extraño nunca escuche su nombre por parte de mi madre o tía, pero bueno, no es nada malo.

Después de tener la pijama puesta me dirigí a mi cama, mi lugar favorito, agarré mis audífono para sumergirme en mis fabulosas músicas favoritas.

ARO ROSENHEIM

-Y qué piensas hacer entonces Van?

-No queda otra opción, ya es hora de que se entere de todo – le digo a mi amigo que tenía al frente.

-Estás seguro? Y si no acepta?.

-Tiene que aceptar no tiene más opción, ella tendrá que aceptar su destino así como yo acepté el mío.

Llegó la hora Emma, ya es tiempo de que sepas todo lo que estará por venir.

Así que, prepárate Emma Scott.

La realidad de soñarte a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora