Capítulo 15

154 17 3
                                    

El techo de mi habitación se había vuelto lo más interesante para mí en estos momentos había llegado de la escuela y lo único que hice después de eso fue acostarme boca arriba en mi cama para observar el techo y déjenme decirles que ya llevaba dos horas en el mismo estado.

Cualquiera que me mirara en este momento pensaría que había perdido el interés en cualquier cosa, y la verdad es que simplemente estaba mirando el techo, no sabía ni como me sentía, ni que quería, y por supuesto, mucho menos que esperaba, estaba en estado neutro, no sabía si la revelación de Aro me había afectado de verdad y solo estaba disimulando mi sorpresa o si solo tenía miedo, por un lado me sentía fuerte, valiente y con la voluntad de que podría con todo, pero, por el otro lado estaba asustada, muy asustada, no sabía si lo que estaba pasando era bueno o malo y eso me sacaba de los casillas, odiaba que no pudiera controlar lo que le estaba pasando.

Un sonido bastó para sacarme de mis pensamientos.

Era mi teléfono.

Un mensaje había llegado y era de un número desconocido, abrí el mensaje para solo encontrar un corto mensaje; "Te espero afuera".

No había que ser muy inteligentes como para darse cuenta de quien se trataba.

Era Aro.

Me cambié por algo más cómodo y bajé para encontrar a un Aro normal común y corriente como siempre, con traje impoluto, estaba ligeramente reposado sobre su auto, lucía temible y llamativo a la vez, en cuanto sus ojos se cruzaron con los míos mis vellos se erizaron, era obvio que desde que bajé de mi habitación él ya sabía que hacía y a donde iba, malvados dotes de vampiro.

Me pregunto qué poderes tendrá? Odiara el ajo?.

-Hola Señorita Scott – su voz la sentí neutra, como si no me quisiera ver.

Y quien dijo que yo quería verlo?.

-Qué necesitas? – trate de sonar los más desinteresada posible.

-De necesitar nada, de querer mucho – no entendí mucho que quería decir pero siguió – necesito hablar contigo, sube.

Sí, mi comandante!.

-Por qué siempre tengo que subir a tu auto? – le pregunto con la intension de que me dijera ya de una vez lo que quería hablarme.

-Me tienes miedo? – en cuanto lo dijo me miró directamente a los ojos – donde quedó toda esa valentía que tenías?.

Todavía me sigo preguntando cómo es posible que tenga esta conversación con un vampiro, que se supone que no debería de existir, y este tan tranquila?.

Es que esto es normal?.

-Mientras más rápido hables más rápido acabaremos todo esto – le dijo para subir al auto y dejarlo más confundido.

Creíste que ibas a ganar? Pues no Aro Rosenheim, eso no va a pasar.

****

Esta vez fuimos a un pequeño mirador que estaba cerca de mi casa, estaba en medio de la nada y tenía una de las mejores vistas, algunas veces venía aquí a mirar las puestas del sol.

-Y que quieres hablar? – en cuanto apagó el auto le pregunté.

-Ven salgamos – me respondió cerrando la puerta del auto.

Tan serio será lo que me tendrá que decir?.

-Verás Emma, esto que te voy a decir vas a ser muy difícil de creer.

-No creo que sea tan difícil de entender, tú me dijiste que eres un vampiro y aquí estoy hablando contigo – les juro que divide un inicio de sonrisa, sé que se quiso reír pero se retractó inmediatamente.

-Hace mucho tiempo se reveló una profecía: una persona aparecería para acabar con el mal destinado a nacer en Bloodstone, de donde vengo el mal ha asechado por décadas y muchos vampiros han pagado el precio por ello, dicha persona elegida para acabar con el mal tendrá la necesidad de salvar la comunidad vampiresa – hizo una pequeña pausa – tardamos muchos años esperando a que llegara esa persona, el tiempo pasó y pasó y nunca llegó quien salvara nuestra especie, incluso intentamos encontrarlo, pero era imposible, no sabíamos cómo identificar quién sería esa persona, o al menos hasta que apareció.

-Y quién era esa persona? – Aro me miró como si tuviera tres ojos en vez de dos.

De qué me estaba perdiendo?.

-Emma esa persona eres tú – esto lo dijo con mucha exasperación.

Qué dijo?.

Que yo qué?.

Por favor, PAREN EL CARRO.

-Me tomas por loca? – me río mientras le pregunto – pero que mal estoy pagando yo señor? – lo digo dirigiéndome al cielo.

-No es tu culpa, si a alguien tienes que culpar es al destino – me dice calmado.

-Entonces bendito sea el señor del destino – le digo ya al borde de la locura – es que ojalá me lo encuentre, porque créeme que es que le doy unas cuantas cachetadas para ver si yo alguna vez me metí con él.

La cara de Aro era un poema, creo que ahora si piensa que estoy loca, pero como no estarlo, si mi vida ahora parece una película de cuentos de hadas, yo le digo esto a alguien y me internan en un manicomio sin dudarlo.

-Te hemos estado esperando por muchos años Emma, tú eres la salvación de mi especie – yo la salvación de una especie? Primero me creo que Mickael Jackson está vivo.

-Necesito asimilarlo, esto es mucha más información de la que jamás había recibido – le digo dándole una última mirada.

-Emma ese es el problema, no hay tiempo, porque crees que me adelante a revelarte mi identidad, no tengo tiempo, tienes que venir conmigo a mi pueblo.

Cómo es la cosa?.

Ahora si, me perdieron.

-Ven acércate – le dije señalando mi cuello.

-Para qué? – me pregunta confuso.

-Cómo que para qué? Para que más? Obvio que para que vengas a chuparme la sangre a ver si me puedo ir de una vez por todas con San Pedro, capaz así pago todos mis pecados de mi vida pasada – esta vez Aro no dudó en soltar una gran carcajada.

-Estás loca – me dice fingiendo secar una pequeña lágrima de sus ojos.

Loca? No cariño, desquiciada, ahora si, llamen a los médicos, quiero un cupo en un manicomio.

Me rindo.

La realidad de soñarte a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora