Capítulo 23

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La cena había concurrido bien después de la escenita de la rubia falsa, si es que así se le podía decir, fue una cena muy aburrida nadie en la mesa hablaba, gracias a dios tenía a Elara a mi lado porque gracias a ella fue que podemos llamar a eso una cena, cuando entregaron las comidas mi duda era muy grande debido a que se supone que ellos no comen, pero no quise ser preguntona y decidí ignorar el tema, a parte de mi temor por pensar que la comida me tocaba a mi, la cual era un plantillo en el que había salmón, no me pregunten el nombre porque ni me lo dijeron, dudé mucho del comer el platillo pero Elara al darse cuenta me aseguró que la comida estaba bien y sin más me lo comí, tenía mucha hambre no me juzguen.

Ya era de mañana y me encontraba sentada en uno de los muebles de la habitación, no había pasado una buena noche que digamos, me costó mucho conciliar el sueño, y claro, era normal, no es como si no estuviera en un castillo minado de vampiros, no hay de qué preocuparse, espero noten el sarcasmo.

El día se notaba oscuro, desde que llegué aquí me di cuenta que no era un lugar muy soleado, y era de esperarse por la población que habitaba Bloodstone, yo por mi parte había llamado a mi familia la cual estaba preocupada por cómo me estaba llendo y por supuesto que les conté que muy bien sin ningún problema, obviando la ridicula escena de la barbie barata.

Y en cuanto a Aro, bueno, no hay mucho que decir de él, en cuanto terminó la cena simplemente se levantó de su asiento y desapareció sin decir ni una sola palabra.

Si los días que venían iban a ser iguales a esos, mejor y preparo mi huida a china.

-Buenos días señorita Emma – unos golpes en la puerta se escucharon – puedo entrar?.

-Claro, pase – le respondí al señor Benedict.

-Señorita su alteza la espera en su oficina – me avisó – estoy aquí para guiarla.

Su alteza? Alteza mía? Jamás.

-Oh, por supuesto, lo acompaño.

El señor Benedict me guió hasta la oficina de "su alteza" y agradecía que lo haya mandado porque todavía no me aprendía dónde quedaba cada sala de este gran castillo.

-Su alteza aquí está la señorita Scott – Benedict le avisó pasando las puertas de la oficina.

-Puede retirarse – la voz de Aro se escuchaba neutra.

Eñ señor Benedict se dio media vuelta no sin antes hacer una pequeña reverencia para después desaparecer por la gran puerta.

-Bueno ya que tú no lo dirás lo diré yo, buenos días – le dije con toda la educación que no quería tener con él.

-Dormiste? – me pregunto ignorando por completa mi educación, maleducado, pensé.

-"Su alteza" está preocupado por mi? Increíble eso solo significa que el cielo se está cayendo – Aro me dirigió una mirada que no pude descifrar – me ha llamado solo para preguntarme cómo he dormido o para algo más?.

-Su humor señorita Scott, es algo que ahora no deseo contemplar – y ahí está el amargado que conocí – la llamé aquí para entregarle su nuevo horario vida.

Horario?.

-Si me disculpa preguntar, horario de que?.

-Usted todavía no ha terminado la escuela, por lo que mi deber es cumplir con sus estudios, le he organizado un horario de clases aquí con los mejores profesores – me dice buscando algo en su escritorio – además de clases de defensa personal, esta es necesaria – se dirigió a mí para entregarme un hoja – véalo como algo positivo, así sus días aquí serán mas llevaderos.

La realidad de soñarte a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora