Capitulo 10

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El lugar al que habíamos llegado era realmente lo que a mí me encantaba, un lugar para caminar por un bosque, espero y hallan captado el sarcasmo, porque me tenía que traer aquí?.

Es que acaso no habían más lugares a los que ir?.

-Y este es el lugar perfecto para charlar según tú? – le pregunto mirando el lugar.

No me malinterpreten, me gustan los bosques, pero, no precisamente para charlar.

-Qué tiene de malo? – me responde – es la mejor manera de respirar aire fresco, ven vamos.

Empezó a caminar para adentrarse poco a poco en el frondoso bosque donde no había caminería.

Ay señor.

****

Caminamos bastante, mis pies ya no daban para mucho, por más que le preguntara a Aro a donde quería llegar su respuesta era "Ya lo verás", si seguía caminando me iba a derrumbar.

-Hemos llegado – me dijo.

-Ah sí? Pues qué maravil...

Mis palabras se cortaron cuando vi el lugar en el que nos encontrábamos, era una hermosa cascada la que se encontraba al frente de mis ojos, el agua cristalina que corría por todas esas piedras que estaban a su alrededor la hacía ver más hermosa de lo que era.

-Guao, este lugar es espectacular.

-Sabía que te gustaría.

-Y tú cómo sabes de este lugar? – me dirijo a él para preguntarle.

-Señorita Scott, soy una persona aventurera que ama la naturaleza – me responde.

Y ahí va otra vez con esa extraña sensación cada que dice mi apellido.

-Por favor llámame Emma – le digo queriendo eliminar ya esa extraña sensación.

-Pero a mí me encanta llamarte Señorita Scott.

Parece que lo hace a propósito.

Me cae mal.

-Esta bien, pero me haces sentir extraña al dirigirte a mí con tanta formalidad.

-Lo entiendo – me dice – entonces Emma, que quieres saber?.

Incluso mi nombre se escuchaba bien cuando salía de sus labios.

Pero que estoy diciendo?.

Ya hasta se me había olvidado el motivo por el que estoy aquí.

Reacciona Emma.

-Qué quieres de mí? – le preguntó dejando todo mi confusión atrás.

-A ti – su respuesta no era lo que esperaba precisamente, y tampoco lo que quería escuchar.

-Estás jugando conmigo verdad? – le digo con un ápice de ironía.

-Tengo cara de payaso a caso?.

-No es momento de ser cómico, quiero que me digas la verdad que quieres de mí? – vuelvo a insistir.

-Ya te lo dije, te quiero a ti.

Sabía que este tipo no estaba bien de la cabeza.

Piaso de loco.

Mejor hago algo antes de volverme loca yo también.

-Sabes que? Mejor cambiemos la pregunta – le digo – quién eres?.

-Eso ya lo sabes, soy Aro Rosenheim para servirle – hizo una pequeña reverencia con una sonrisa en su rostro.

-ACASO ME QUIERES VOLVER LOCA? – le gritó ya harta de la situación a lo que él se sorprende.

-Vaya si que gritas duro – me responde sobandose los oídos – por qué te volverías loca?, yo sé que soy demasiado hermoso pero no es como para que te vuelvas loca.

Saben esos momentos donde entras en crisis y la única solución que tienes para calmarte es reírte? Pues eso es lo que hice, me reí como una loca de carretera que no le importaba nada ni nadie.

-Qué te pasa? Qué tienes? – Aro me miraba preocupado por mi reacción.

-Nada, estoy de maravilla – me seguía riendo – por fin conseguiste que me volviera loca.

-Si, ya veo – me dice con ironía – está bien, esta vez si te responderé como es debido, discúlpame por lo de antes.

-Seguro? – le preguntó y asiente – por qué sueño contigo? – por su reacción puedo ver que no se lo esperaba.

-Con respecto a eso, es una pregunta que vas a tener que responder tú sola, sé que dije que te respondería todas tus dudas, pero, esta no me toca a mí – me dice con un tono calmado – cuando descubras la verdad por ti sola, me buscarás y en ese momento las cosas ya no van a ser iguales, pero te prometo que te explicaré todo.

No entendía nada, por más que escuchara sus palabras para mí no tenían sentido.

Yo me responderé la pregunta?.

Cómo?.

Todavía no he desarrollado poderes mágicos para ser sabia.

-Sabes, mejor dejémoslo así por hoy – le digo – ya es tarde y mi mamá debe de estar preocupada.

-Claro, no te preocupes ya te llevo.

Caminamos por el mismo camino para llegar a donde se encontraba su auto.

Ni tiempo me dio de tomarle una foto al paisaje.

****

-Que pases una buena noche Emma!.

-Igual para ti Aro.

Me bajé del auto para dirigirme a mi casa, no sé porque siento que está noche será larga.

La realidad de soñarte a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora