Capítulo 38

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-Señorita Emma aquí está su desayuno – Mary entró a la habitación con una bandeja en la mano donde obviamente traía mi desayuno.

-Muchas gracias Mary – le agradecí amablemente – eh, Mary, puedo hacerte una pregunta? – la llamé antes de que se fuera.

-Por supuesto, ¿qué quiere saber? – me respondió con una sonrisa.

-¿Es cierto que los vampiros tienen... dones particulares?.

La verdad quería saber acerca de este tema, desde anoche que Aro me salvó quedé con la duda, en las clases de historia del señor Rowan decían que en la colonización vampírica la dios luna otorgó poderes especiales a aquel vampiro sobresaliente que protegiera a su pueblo, por lo que me deja en duda, todos los vampiros tendrán algún don? Cuantos pueden tener? El de anoche era el poder de Aro, volar? Flotar? O no se específicamente sea.

-Si, es cierto – afirmó – pero, no todos, verás los vampiros tenemos un don particular, uno que hace qué destaquemos, pero hay otros vampiros que no poseen ningún don, como en mi caso, yo soy un vampiro sin poder alguno, pero igualmente poseo las cualidades de un vampiro como la velocidad, sentidos desarrollados, e incluso súper fuerza, pero igual con todas esas cualidades sigo siendo un vampiro débil.

-¿Y cómo cuáles donde poseen los que sí tienen? – pregunté con ganas de saciar mi curiosidad.

-Eh, el señor Cyrux, el posee súper fuerza, es uno de los vampiros más fuertes del clan, este don hace que sea diez veces más fuerte que un vampiro común – mencionó – también está el don de la señorita Celine, persuasión, es muy buena consiguiendo que las pesonar hagan lo que ella desee.

Con razón, la mazorca nos salió persuasiva.

-Otro vampiro de mi caso, sería el señor Benedict, el no cuenta con un don es especial, pero es el asistente del rey – siguió hablando.

Por más que escuchara lo que me decía seguía teniendo mucha curiosidad.

Claro porque del vampiro que quieres saber no te ha dicho nada.

Claro que, es solo simple curiosidad, quiero saber a lo que me enfrento.

-¿Y el rey? – pregunté por mera curiosidad. Solo eso.

-El rey – pensó por unos minutos antes de responderme – bueno, el rey es de la familia real, cómo explicarlo? – penso un poco más – has escuchado la historia de los vampiros?.

-Si, que le otorgaron poderes especiales a un vampiro que protegiera a su pueblo y resaltara sobre todos los demás.

-Exacto, el Rey proviene de ese linaje, por lo que él es el vampiro más poderoso de todos, realmente no conozco cuáles son sus poderes, pero si he escuchado que es muy poderoso y que tiene dones que ningún otro vampiro podría tener.

Ósea que el vampirito me salió no solo con uno sino con varios dones.

¡Que maravilla!.

Y yo que pensaba que ya había descubierto su don.

-Ah si, si recuerdo uno de sus dones, leer la mente, El Rey puede leer la mente de cualquier ser que él desee – me dijo.

Cierto, Aro anteriormente había leído mis pensamientos.

No me acordaba.

¡Ay que pena!.

Y yo que he dicho tantas babosadas.

Con razón piensa que estoy loca.

-Gracias Mary – le agradecí con una gran sonrisa.

-De nada, espero que te haya servido – y dicho eso, Mary salió de la habitación.

Ahora sí, que empiece mi maravilloso día.

Y maravilloso porque pienso enterarme de todo lo que tenga que ver con el re.., perdón los vampiros.

****

-¿Profesor ya ha revisado mis informes? – le pregunté al profesor Rowan por mis informes que ya anteriormente le había entregado.

-Si, pero su nota se la haré saber más adelante por ahora solo necesita saber qué debe esforzarse un poco más.

¿Esforzarme un poco más?.

¿Pero este se cree que estamos en Harvard?.

Dios dame paciencia o te lo juro que te lo mando.

-¿Necesita saber algo más o ya podemos terminar la clase? – preguntó con su tono arrogante.

-No, ya está bien, gracias.

Cada día que pasaba con este esquelético era un día más que practicaba mi paciencia.

Porque créanme él no era para nada fácil.

-Hasta mañana pronto profesor – me dirigí a la puerta sin escuchar respuesta alguna y salí de ese salón parecido a retén.

Lo único bueno que tenía por hoy era que mañana era sábado por lo que no tenía que verle la cara al esqueleto mal encarado.

Así que estoy muy feliz.

Empecé mi caminata por los pasillos del castillo, revisé mi reloj y marcaba las cinco en punto, resulta que hoy no tenía más clases por alguna reunión que se debe de estar dando en algún lugar del castillo, por lo que estaba eternamente agradecida.

Y como no tenía más clases no había mejor pasatiempo que ir un rato al jardín.

A diferencia de ayer, hoy no se encontraba Cassian por ningún lado, me imagino que debe de estar en la reunión, aunque ayer dijo que no le gustaban esas reuniones, pero, sabiendo que estaría el rey, era obvio que lo llevaría a rastras a está ella.

Esta vez había caminado un poco más a fondo el jardín, de lo grande que es todavía me quedaban partes que ni conocía, por lo que también el castillo se notaba un poco más lejos de donde me encontraba.

Me paré en frente de una gran línea de flores amarillas que había en la parte donde me encontraba, eran hermosas, y también una especie que nunca antes había visto, y lo que más llamó mi atención de la parte del jardín donde me encontraba era la gran entrada hacia el bosque, nunca antes me había fijado en esta entrada.

Se veían los grandes y frondosos árboles junto con muchas otras especies de flores y muchos arbustos. Pero lo que más llamaba la atención eran los sonoros cantos de las aves. Se notaba que habían muchas.

¿Estaria mal si conozco un poco?.

Mire hacia los lados para ver si alguien se encontraba en la zona, y la respuesta fue negativa.

Total que podría pasar – pensé.

Bueno, y aquí vamos...

La realidad de soñarte a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora