Yo soy James Potter [Traducción]

7. Trato

—¿De qué te ríes? —preguntó Gwen molesta, sus ojos azules parecían querer tragarse a James.

—Uhm, es un fenómeno igual que sus dos viejos padres, ¿vieron sus arrugas?, son repugnantes —comentó Crabbe con saña mientras se acercaba, con intenciones amenazantes en su mirada y un puño levantado, listo para atacar.

La leve sonrisa que James tenía en su rostro desapareció. Sus ojos brillaron con frialdad, su expresión estaba desprovista de ira, se volvió estoica como en la época de Edward Rothschild.

Antes de que pudiera golpear a James, la camisa de Crabbe comenzó a levantarse como si una mano invisible estuviera tirando de ella. La tela se levantó y se deslizó por el rostro del chico, cubriéndole la cara por completo.

El niño luchaba por deshacerse de la camisa que le apretaba, mientras los demás observaban esto con asombro.

James aprovechó su tambaleo y le dio una patada en la pierna, lo que lo hizo caer de bruces al suelo. Ahora el niño estaba tendido en el césped con la tela de su camisa cubriéndole el rostro.

Mirándolo fríamente James se acercó y sin pensarlo dos veces su pie derecho fue a su cara, pisandolo con fuerza.

Se escuchó un grito de dolor proveniente de Crabbe, la camisa blanca ahora estaba llena de sangre. Gwen y los otros niños miraron a James en estado de shock y terror.

Goyle al ver a su amigo en ese estado, se lanzó contra él lleno de furia dispuesto a darle un rápido puñetazo.

James con un movimiento fluido esquivó el golpe con una inclinación de su cuerpo, dejando que el puño de Goyle pasara a centímetros de su rostro.

Con una velocidad asombrosa, agarró la mano en el momento en que lo pasó y aprovechando la fuerza y el impulso del ataque, aplicó un hábil giro.

Goyle no pudo resistirse, a pesar de pesar muchos kilos más que James fue lanzado al suelo, su cuerpo cayó y sintió dolor en la espalda por el impacto, por suerte estaban sobre el pasto, ya que sobre el concreto sería más doloroso.

Nuevamente el pie de James impactó en el rostro, pero esta vez en el de Goyle, fracturándole la nariz y provocando un gran sangrado.

James miró a Gwen y a los otros niños—. Si alguno de ustedes se atreve a insultar a mis padres, terminarán como estos dos —dijo en un tono frío e intimidante.

Gwen y los otros niños comenzaron a huir, temerosos de terminar como Crabbe y Goyle.

Emily se detuvo a verlo, pero rápidamente apartó la mirada y siguió a su hermana.

El término traidores a la sangre no era algo que molestara mucho a James, a su familia tampoco. Así que cuando Gwen lo llamó así, pensó que una pequeña broma sería suficiente.

Pero que insultaran a sus padres era algo que él no planeaba tolerar.

Ufff al final solo son niños pensó mientras miraba a los dos niños que seguían tirados en el pasto inconscientes, a pesar de que eran niños los golpes que le lanzarían a James iban a ser muy dañinos, por lo que no creyó que estuviera mal que les diera una lección.