9. Felicidad

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JAMES YA HABÍA DECIDIDO que pared usar para escalar

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JAMES YA HABÍA DECIDIDO que pared usar para escalar.

Entre todas era lo suficientemente áspera como para poder escalarla pero aun así será un gran desafío, pero que se puede hacer.

Cuando llego cerca de la pared, la toco con una de sus manos,

Debo hacerlo rápido pensó mientras comenzaba a subir con Gwen en su espalda.

Emily miró esto con miedo, eran varios metros y subir con un peso en la espalda era muy difícil, además la oscuridad no ayudaba

A mitad de camino se desprendió un trozo que casi le hace caer, pero logró agarrarse rápidamente. Cuando ya estaba muy cerca de la superficie, Emily le dio la mano, lo que le facilitó las cosas.

—Ufff... segundo paso listo —murmuró James con sudor en la frente.

—¿Tus padres tienen un sanador? —preguntó.

—No, t-tendremos que ir a la clínica del pueblo —respondió Emily tartamudeando, al notar la horrible herida en la pierna de Gwen que no se atrevía a ver por mucho tiempo.

—A esta hora ya está cerrada. La llevaré a mi casa, mi madre es una —dijo James mientras comenzaba a correr—. Ve con tus padres y hazles saber que Gwen estará con nosotros, ellos deben saber dónde vivimos.

Emily que lo seguía con dificultad asintió.

Un sanador es el equivalente mágico de un médico muggle. Los sanadores practican y utilizan la magia curativa, una rama de la magia dedicada a mejorar la condición física y mental de un ser vivo.

Su madre ahora estaba retirada de su trabajo en el Hospital San Mungo para Enfermedades y Heridas Mágicas.

Corriendo a toda velocidad por fin llegó, era difícil llevando a alguien en la espalda, aunque Gwen no pesaba mucho, James obviamente tenía menos fuerza física que un adulto.

James pudo ver la puerta, por suerte no estaba cerrada. Entró de repente y sorprendió a sus padres.

—¡James! ¿Dónde estabas? ¡Nos tenías preocupados! —exclamó Euphemia.

—Mamá, cura..la... —pidió James en tono débil mientras se desplomaba en el suelo.

Había hecho tanto esfuerzo que terminó desmayándose.

—¡JAMES! —gritaron sus padres, acercándose a toda velocidad.

Ya era la segunda vez que hacía un esfuerzo increíble para salvar a una persona, era extraño por qué actuaba de esa manera, pero no podía quedarse de brazos cruzados y mirar sin hacer nada cuando pasaba frente a sus ojos.

★★★


James abrió los ojos con dificultad, notó un techo muy familiar, estaba en su habitación.

Su habitación esta llena de pósters de quidditch, la mayoría de su equipo. También hay muchos juguetes y libros. No estaba tan ordenada como la habitación de Edward Rotschild.

—¿Estás bien cariño? —preguntó Euphemia acariciando suavemente el cabello de James.

James miró hacia el lugar y vio a su padre y su madre sentados en una silla muy cerca de su cama. Al ver la preocupación en los rostros de ambos, sintió un calor en el pecho.

—Sí mamá, sólo un poco cansado —dijo James intentando sentarse en la cama.

—Ten cuidado, has gastado mucha energía —su padre lo ayudó a sentarse.

—¿Cuánto tiempo ha pasado? —preguntó notando a través de la ventana que todavía estaba oscuro.

—Unas... dos horas —Fleamont miró el reloj en su muñeca.

—¿Y Gwen? ¿Cómo está?

—Está bien gracias a ti —contestó Euphemia con una sonrisa orgullosa hacia su hijo—. Sin embargo, no debes hacer algo tan peligroso James, si algo te hubiera pasado, ¿qué haríamos tu padre y yo? —añadió con tono preocupado mirándolo a los ojos.

—No seas dura con él, James fue un héroe —Fleamont se mostró muy orgulloso de la hazaña de su hijo.

—Escalar una pared inestable de más de 3 metros cargando un niño es muy peligroso y aún es muy pequeño —respondió Euphemia en tono irrebatible y con el ceño fruncido.

Fleamont no dijo nada más, también creía que era algo muy peligroso para un niño de 5 años, aunque consideraba a su hijo fuera de lo común.

—¿Cómo saben que escalé una pared? —preguntó James dubitativamente.

—La pequeña Emily nos lo contó cuando vino con sus padres.

—Los Shafiq son muy extraños y nada agradecidos —añadió Fleamont frunciendo el ceño.

Tanto Fleamont como Euphemia no creían en la supremacía de la sangre ni en que los muggles fueran ganado. Los Shafiq, en cambio, sí lo creían, por lo que las diferencias entre las familias eran bien marcadas.

—¿Los padres de Emily vinieron aquí? —preguntó James tratando de obtener más información.

—Sí, después de curarle los cortes y detener la hemorragia vinieron con su otra hija. Cuando les dije que le daría una poción para hacer crecer los huesos, dijeron que se la darían en casa. Nos pagaron la poción y se fueron —explicó su madre un poco molesta.

—En ningún momento preguntaron por tu bienestar y tampoco te dieron las gracias. Eso es lo que pasa cuando estudias en Slytherin —añadió Fleamont enojado.

—Bueno, su hija Emily era muy linda a diferencia de sus padres —dijo Euphemia quien considera que no todas las serpientes eran así.

—Pero bueno basta de charla, te traeré la cena y luego te contaré un cuento antes de dormir —su madre besó a James en la frente.

Su padre también se despidió de James con cariño, le dejó el nuevo número de "El buscador". Siendo la revista de quidditch más conocida, James era un fiel lector y le compraban el nuevo número todas las semanas.

Cuando sus padres salieron de la habitación, James con la revista en mano permaneció en silencio mirando al techo absorto en sus pensamientos.

Estaba pensando en sus familia, en su vida, todo con una sonrisa surcando en su rostro.

Es bueno estar vivo pensó abriendo la revista por la primera página.

Su pensamiento era muy diferente al de cuando murió.

★★★

Minutos después su mamá le trajo la comida a la cama, pero no lo dejó comer solo y junto a su padre se quedaron a acompañarlo.

Después de eso, Euphemia le contó una de las historias de Beedle el Bardo.

Los cuentos de Beedle el Bardo son historias mágicas para niños, generalmente famosas. Hoy eligió contarle: El mago y el caldero saltarín.

James escuchó atentamente a su madre, su voz lo tranquilizó.

Los magos no somos muy buenos creando historias para niños pensó mientras escuchaba.

Finalmente, la historia terminó, sus padres se despidieron cariñosamente de el y las luces del cuarto se apagaron.

Yo soy James Potter [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora