63. Bombardeo I

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Miércoles 26 de enero de 1972

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Miércoles 26 de enero de 1972.

Ese día, los Merodeadores se despertaron emocionados y nerviosos, pues era el día de la segunda gran broma del grupo.

Ya habían decidido que la harían después de que terminaran las clases, ya que ese sería el momento en el que la mayoría de los estudiantes de Slytherin estarían en la sala común.

Sin embargo, su objetivo principal era Rabastan y su pandilla. Por lo tanto, cuando termine la clase deberán seguirlo y una vez que entre en su sala común comenzar el bombardeo.

No podían hacer la broma y que Rabastan acabara por estar en otro lugar.

En cuanto a los merodeadores que se infiltrarían y ejecutarían la broma, serían tres: James, Sirius y Remus. Aunque en la capa de invisibilidad entraban cuatro, sería muy incómodo y arriesgado cuando Slytherin estuviera sumido en el caos y deban ocultarse.

Peter prefirió no entrar porque tenía miedo y Toby aunque también tenía miedo tambien estaba ansioso por participar, pero entendía que James, Sirius y Remus tenían un mejor dominio del encantamiento fumos.

Al final de la clase, los tres corrieron por la capa de invisibilidad y comenzaron a buscar a Rabastan por el castillo.

Buscaron durante veinte minutos y no encontraron rastros de él ni de su pandilla.

—¿Dónde diablos está cuando se le necesita? —preguntó Sirius molesto bajo la capa, siempre que quiere estar tranquilo aparece y ahora que quiere encontrarlo no está a la vista.

—Aún no hemos visto en la biblioteca —les susurró Remus y todos comenzaron su camino hacia la biblioteca.

Cuando pasaban por el sexto piso, Sirius los detuvo de repente—. ¡Miren allí! —señaló con el dedo.

James y Remus pudieron ver a su víctima entrando al baño de chicos.

Juntos caminaron rápidamente y entraron al baño antes de que la puerta se cerrara y pudieron ver a Rabastan entrar en una de las puertas entreabiertas y cerrar con cuidado.

—No me digan que va a hacer caca —se quejó Sirius en voz baja mirando la puerta.

Sin otra opción, tuvieron que esperarlo.

En cuestión de segundos se produjo un fuerte y espontáneo concierto de sonidos provenientes del baño donde se encontraba Rabastan.

James, Sirius y Remus tenían expresiones que rara vez se veían en sus rostros. Por un lado, Sirius quería estallar de risa y bombardearlo con bombas fétidas en ese mismo momento. Remus tenía una expresión incómoda y James tenía una expresión como si hubiera presenciado algo que no debería haber visto o más bien oído.

—¿Qué carajo ha comido? —Sirius contuvo la risa.

Rabastan siguió así durante casi un minuto hasta que finalmente se detuvo, luego se escuchó la cadena y la puerta se abrió.

Yo soy James Potter [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora