82. Poción de enraizamiento

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La clasificación al final del partido fue la siguiente:

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La clasificación al final del partido fue la siguiente:

1. Gryffindor: 570
2. Slytherin: 370
3. Hufflepuff: 360
4. Ravenclaw: 70

Si Slytherin quería superar a Gryffindor tendría que sumar cincuenta puntos antes de atrapar la snitch y con ese resultado, ganar el torneo.

Por lo que, los días siguientes se respiraba un aire más tenso en los pasillos de Hogwarts, con la mayoría de los alumnos intentando poner nerviosas a las serpientes y a tratar a los Ravenclaw con mucho entusiasmo, a ver si había un milagro y consiguieran jugar un poco mejor, evitando ser recordados como el peor equipo de la historia.

Además de eso, en el dormitorio de los chicos se estaba organizando una reunión nocturna, con cada día más cerca al partido tenían menos tiempo para ir y dar a conocer su nombre.

El grupo ya lo había decidido, en el césped del campo de quidditch y con letras gigantes escribirían "Los Merodeadores" con un par de flores pequeñas y bombas alrededor.

Y por último, un mensaje que diga "¡Slytherin apesta!" para de alguna manera intentar distraer a las serpientes en el partido.

El hechizo terraforma no resultó tan difícil de aprender y confiaban en que el trabajo saldría decente.

Ahora el problema era que los profesores o el director podrían arreglar el césped y hacerlo crecer de nuevo para borrar el mensaje.

—¿Los ingredientes no son muy raros?

Pero entre todos pudieron encontrar una solución a ese problema, que era la poción de Enraizamiento mágico, usada generalmente por los herbolarios para darle propiedades especiales al suelo y uno de su varios efectos era el de protegerlo por un tiempo determinado.

Justo lo que necesitan para que nadie pueda revertir el mensaje.

Sirius lo miró fijamente—. Ahora es lo único que tenemos, debemos conseguirlo como sea.

Todos guardaron silencio.

—Bueno... lee los ingredientes —James se giró hacia Toby, que también lucia inseguro de poder encontrar todas esas cosas.

—Hojas estándar de árbol mágico, dos bayas de muérdago, una mandrágora cocida, dos tentáculos venenosos y... —tragó saliva—. Diez huevos de hada.

Remus negó de inmediato—. Lo único que tenemos son las hojas y las bayas de muérdago.

—Escuche a Mary decir una vez que el grito de una mandrágora es mortal —recordó Toby.

—Eso no es problema, solo nos ponemos orejeras y evitamos que nos muerda algo —Sirius le restó importancia—. Yo estoy más preocupado por los tentáculos venenosos, ese nombre no da nada de confianza.

Como era habitual, todos buscaron la respuesta en James.

—Es una planta venenosa que expulsa veneno por sus tentáculos y solo es estudiada por los estudiantes de quinto o sexto año.

¿Por qué todo es mortal en esta poción? Remus miró el libro con impotencia.

—¡N-no podemos! Es muy peligroso y para conseguir los huevos tenemos que ir al bosque prohibido —dijo Peter, tartamudeando y muy asustado.

—No tenemos que ir al bosque prohibido —James se apresuró a aclarar al ver los rostros de sus amigos—. ¿Recuerdan el huerto de Hagrid? Atrás hay una colonia de hadas, nos la mostró hace unas semanas.

—¡Es verdad! Listo, problema resuelto, hay que ir allí y conseguir los huevos.

Normalmente visitaban a Hagrid todos los fines de semana, así que tenían la confianza para pedirle algunos sin molestar a las criaturas.

—¿Y que pasa con el tentáculo venenoso? —preguntó Peter, quien todavía no estaba del todo de acuerdo.

—James y yo nos encargaremos de eso. En cuanto a la mandrágora, todos iremos mañana en la noche para sacarla y cocinarla en ese mismo momento mientras James lanza barriera silence —Sirius los vió con seriedad.

★★★

Al día siguiente, al anochecer, cuando todos ya estaban durmiendo o permanecían despiertos estudiando en la sala común, los merodeadores se escabulleron con la capa de invisibilidad en dirección a los invernaderos.

Sería la primera vez que saldrían del castillo a tan altas horas de la noche y además de estar prohibido eso podia costarles una expulsión.

Para esta misión no vino Peter, ya que le ganó el miedo y de todos modos solo entraban cuatro personas bajo la capa, nadie dijo nada, pero Sirius se disgustó un poco.

—No me pises Toby —se quejó el Black cuando sintió que alguien pisaba su costosa túnica.

Toby lo miró un poco indignado—. No fui yo.

—Fui yo, lo siento —susurró Remus.

—¡Alguien viene! —James se detuvo causando que sus amigos chocarán contra su espalda.

—Ouch... —Sirius se cubrió la nariz.

—Huele allí tesoro mío, puede que estén escondidos en un rincón. —era Filch hablando con la señora Norris, una gata mascota que tiene unos ojos amarillos, un cuerpo flacucho y esquelético con un abundante pelaje gris.

Los cuatro niños contuvieron la respiración y observaron cómo la señora Norris pasaba junto a ellos, olfateando.

Sirius sacó su varita, en lugar de que los atraparan, prefería lanzar fumos y huir.

Afortunadamente la capa de invisibilidad pudo vencer el poderoso olfato de la señora Norris.

—Parece que no hay nada.. —Filch puso una expresión de tristeza—. Vayamos a buscar al otro pasillo mi tesoro.

Una vez el par dobló la esquina Sirius preguntó con disgusto—. ¿Por qué llama a su gato tesoro?

El grupo no dijo nada y retomó su camino, saliendo del castillo con éxito. Era una noche clara con muy pocas nubes y la luz de la media luna iluminando los campos oscuros del castillo.

—Hay que ir primero al invernadero tres, hoy vi a los de quinto año entrar —James recordaba al grupo de Erika haber ingresado después del almuerzo.

Por suerte, no estaban muy lejos y el área no era vigilada por Filch.

Yo soy James Potter [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora