Yo soy James Potter [Traducción]

11. Familia Shafiq I

HABÍAN PASADO TRES MESES desde que James comenzó a leer los tres libros.

Este tiempo fue más que suficiente para que James los aprendiera a la perfección. Incluso los leyó varias veces.

Aunque él no pudo hacer la parte práctica, sus padres sí. Así que les pidió que le hicieran una demostración de los hechizos, que analizaran los movimientos de las varitas, entre otras cosas.

Además, en la parte sobre pociones, vio en primera fila cómo su padre preparaba las pociones ya que contaba con todo el equipo necesario. Gracias a esto, pudo captar muchos detalles importantes que no aparecían en los libros.

Finalmente le pidió a su madre para probar algunas cosas prácticas, aunque era más difícil ya que alguien tenía que resultar herido, había algunas formas de aprender, como los maniquíes que tomaban el lugar del cuerpo humano.

También siguió saliendo con Emily y Gwen a regañadientes, ya que a su madre le preocupaba su vida social.

No era que no le gustaran las mujeres, el problema era que eran niñas y aunque ambas eran más inteligentes que el promedio, todavía tenían 6 y 7 años. Así que se convirtió en una especie de hermano mayor, especialmente con Emily, que estaba muy interesada en la magia.

Ella le preguntaba a James sobre la historia de la magia, cómo la controlaba tan bien y más cosas.

Gwen seguía siendo más habladora y rebelde, pero después de tres meses junto a James, su personalidad mejoró, o eso quería creer.

Además, un día de estos, Gwen lo invitó a su cumpleaños.

Como ella había asistido a su cumpleaños, él aceptó su invitación, ya que sería de mala educación rechazarla.

Hoy era el día en que iría a la casa de la familia Shafiq. James ya intuía que sería una reunión muy desagradable y no por Gwen.
El problema era su elitista familia y la gente a la que invitarían.

—Estás muy guapo —dijo Euphemia, intentando peinar el cabello de James, aunque no lo logró.

James vestía un elegante atuendo negro y con bordado dorado a su medida.

—Tendrás que aguantar a esos locos sangre pura —comentó Fleamont a lo que Euphemia le dio un codazo.

—No le hagas caso a tu padre. No todo el mundo es así. ¿Ya tienes el regalo? —James asintió mientras tomaba un objeto envuelto en papel de regalo de encima de un mueble.

—Bueno, ¿de verdad estás seguro que no quieres que vayamos contigo? —su madre lo vio preocupada.

—No mamá, yo iré solo —respondió James, quien no quería que sus padres tuvieran la molestia de hablar con esa gente.

★★★

Después de caminar un rato a las afueras del pueblo, se detuvo frente a una mansión.