68. Método extraño

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Esa noche, James no regresó al extraño pasillo donde apareció la puerta, ya que estaba estudiando un nuevo libro y no tuvo tiempo

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Esa noche, James no regresó al extraño pasillo donde apareció la puerta, ya que estaba estudiando un nuevo libro y no tuvo tiempo.

Al día siguiente, después de clases y de su entrenamiento de quidditch que se estaba volviendo más intenso por faltar menos de una semana para el segundo partido, James volvió a estar frente a la pared.

—¿Y ahora que? —murmuró.

No sabe por qué la puerta apareció de la nada pero tiene algunas teorías, la primera es que aparece en un momento específico y para comprobarlo sacó de su túnica un reloj.

Faltan 15 minutos para que sea la misma hora que ayer pensó mientras se apoyaba en el tapiz y esperaba pacientemente.

Para su disgusto, pasó el tiempo y no ocurrió nada.

La segunda teoría es en la que James está más seguro, la habitación aparece cuando alguien quiere algo.

Ayer buscaba una habitación para practicar y que tuviera muñecos y libros y cuando apareció tenía todo eso. Si hubiera estado vacía no la tomaría en cuenta.

Quiero una sala grande para practicar magia con muchos muñecos mágicos y libros de magia ofensiva y defensiva pidió en su mente mientras miraba la pared pero el tiempo pasó y se mantuvo sin cambio.

James repitió este pensamiento varias veces pero no pasó nada y probó varios métodos como cerrar los ojos, esperar unos minutos y abrirlos, pero nada. También le dio la espalda a la pared y miró el tapiz de trolls, segundos después se dió la vuelta para sorprenderla pero nada.

Pasaron veinte minutos y las ideas se agotaron.

James, con el ceño fruncido comenzó a recordar todo lo que hizo ayer en el pasillo y lo único diferente fue ir de un lado a otro como un idiota porque estaba indeciso.

Espera... ¿tengo que hacer esas vueltas?

Sin nada que perder lo intentó, se puso junto a la ventana y avanzó hacia el tapiz, lo pasó de largo pero justo antes de llegar al otro extremo se dió la vuelta mientras pensaba en todo lo que quería.

Cuando dió la tercera vuelta pudo volver a ver por el rabillo del ojo la puerta de madera.

James se detuvo incrédulo de que eso haya funcionado, nunca pensó que algo tan aleatorio fuera la clave.

Y eso que la encontré por casualidad.

Sin tiempo que perder entró a la habitación dándose cuenta que era la misma del día anterior.

Solo tiene una diferencia, sobre una mesa se encuentra un tablero de ajedrez y James se emocionó porque con eso, confirmaba su teoría de que daba lo que uno quería y no solo era una habitación que aparecía para practicar hechizos.

Al saber esto James cerró la puerta para ir directo a su sala común.

Falta poco para la cena y aunque el pasillo no es muy concurrido, de vez en cuando pasa alguien y no quiere que encuentren la puerta por casualidad y sepan de la habitación.

Por eso también viene de noche, ya que son muy pocos los que rompen el toque de queda y deambulan por ahí.

James hace poco escuchó que había estudiantes que incluso perdieron 50 puntos por ser atrapados y en poco tiempo se volvieron parias.

Los Merodeadores salían casi todos los días pero gracias a la capa de invisibilidad no fueron atrapados, aunque algunas veces tuvieron que ingeniarselas para esquivar a Filch y su gata.

Si los hubieran atrapado, Gryffindor tendría tantos puntos negativos que ni ganando la copa 10 veces podría recuperarse.

—¿Vamos a explorar? —preguntó Remus sin apartar la vista del libro que estaba leyendo.

Aunque sabía que estaban violando una importante regla, a Remus le gustaba explorar y era uno de los más entusiastas a la hora de mapear el castillo.

—Paso, estoy cansado —Sirius bostezó y se tiró en la cama, acababa de hacer todas sus tareas atrasadas y ahora solo quería dormir.

—¿Estás seguro? —James giró a verlo con una enorme sonrisa.

Sirius se levantó de un salto—. ¿Que significa esa expresión?

Todos miraron a James con curiosidad.

—Encontré algo muy interesante y estaba planeando mostrárselos.

—¿Que es? —Sirius lo miró con impaciencia.

—No, es una sorpresa, solo los que vengan hoy podrán saber.

—Está bien, ¡iré!

★★★

A eso de las 10 de la noche solo quedaron los Merodeadores en la sala común y cuando no hubo moros en la costa se apresuraron a sacar la capa y salir por el retrato.

Si bien James era el que se supone debía guiarlos el le dijo la dirección a Remus y el castaño estaba al frente por su excelente sentido de orientación. Además, no es como si estuvieran muy lejos, la torre de Gryffindor también está en el séptimo piso.

Pasado unos minutos y al estar lo suficientemente lejos James salió de la capa y se camufló con el hechizo desilusionador, un encantamiento reciente que aprendió y aunque solo podia mantenerlo unos minutos seria lo suficiente para que el y sus amigos no se estén tropezando con sus propios pies bajo la capa.

Por suerte, no tuvieron problemas y llegaron al pasillo. Sirius y los demás se quitaron la capa y vieron confundidos a James que se puso frente a un feo tapiz.

—¿Es eso? —Remus no entendió nada.

—Reconozco a ese hombre —Toby se acercó—. Es.. Barnabas el Loco.

El tapiz era el que mostraba a unos trolls con uniformes de ballet alrededor de un pequeño hombrecito.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Sirius.

—Está en el libro de Historia de la Magia.

—¿Ese idiota aparece en un libro? —Sirius lo vió con incredulidad.

Peter vió de reojo el pasillo oscuro y se apegó más al grupo—. Chicos... si viene Filch nos atrapará rápido.

—¿Que es lo que nos quieres mostrar James? —Toby se dió la vuelta.

—Ahí.

Todos siguieron su dedo y al notar la pared que señalaba, un símbolo de interrogación apareció en sus cabezas.

—Es sólo una pared —Remus se mostró preocupado por su salud mental.

La sonrisa de James no vaciló—. Lo es por ahora, pero mírenme.

Bajo la atenta mirada de todos empezó a caminar, se detuvo de golpe y volvió por donde había venido, repitiendo el proceso tres veces.

Mientras tanto, los Merodeadores se miraron entre sí con caras extrañas, pensando que su amigo había perdido un tornillo o que había sido atacado por una planta tóxica como Diggory en Herbología.

James terminó la tercera vuelta y Sirius y los demás no le prestaron atención a la pared que apenas se veía debido a la oscuridad, en su lugar, vieron a su amigo en silencio.

—Hermano.. —Sirius intercambio una mirada con el grupo—. ¿Te volviste a caer por las escaleras o algo así?

James enrojeció un poco al recordar eso, pero negó—. Miren la pared.

—¿Una puerta? —Toby se frotó los ojos con sorpresa—. ¿Eso estaba ahí?

Los demás también la miraron fijamente con la boca abierta.

Ignorando su estado James hizo un gesto elegante y la abrió, revelando una gran habitación iluminada por una gran cantidad de antorchas, estantes, sofás, muñecos y armaduras.

—Bienvenidos a mi humilde morada.

Yo soy James Potter [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora