Yo soy James Potter [Traducción]

60. Fumos

La clase de defensa había iniciado, pero antes de que los estudiantes pudieran sentarse la profesora Antennae los detuvo.

—Hoy no es necesario tomar asiento, tendremos una clase puramente práctica —anunció mientras agitaba la varita.

Todos los escritorios flotaron y se dirigieron a las paredes, apilándose ordenadamente y dejando el centro del aula libre.

—¿Qué hechizo nos enseñará profesora? —preguntó Sirius en voz alta, intercambiando una mirada emocionada con sus amigos.

—Debe levantar la mano para hablar señor Black, todos de pie —ordenó mientras todos los estudiantes formaban una gran ronda—. El hechizo que veremos hoy es Fumos, este crea una nube de humo defensiva que dificulta la visibilidad del oponente y entre sus varios usos es para escapar, confundir o reorganizarse tácticamente en combate. Ahora, observen con atención. ¡Fumos! —exclamó Antennae mientras hacía un movimiento circular con su varita.

De repente, una gran cantidad de humo llenó toda la habitación haciendo que empiece un gran alboroto entre los estudiantes que ni siquiera podían verse.

Segundos después se levantó con una gran ventisca.

James y Sirius se miraron al instante, ambos con grandes sonrisas en sus rostros, este era precisamente el encantamiento que necesitaban.

Si lograban crear una nube de humo que cubriera un gran espacio, podrían quitarse la capa de invisibilidad y comenzar el bombardeo.

—¿Quién hubiera pensado que nos servirían el hechizo en bandeja? ¡Es el destino! —susurró Sirius una vez estuvo cerca a los Merodeadores.

—Todo indica que quiere que la sala común de Slytherin huela a podrido —dijo James divertido.

—Ustedes lo tiene fácil —se quejó Remus—. Nosotros todavía no hemos encontrado nada y ya hemos leído cientos de páginas.

—Tú repartiste la tarea —Sirius miró a su amigo con burla.

—¡Silencio! —exclamó la mujer al ver que todos los estudiantes murmuraban—. Formen una fila y practiquen —añadió.

La siguiente hora y media de clase se la pasaron repitiendo el mismo encanto.

James no podía creer que hubiera sido tan idiota, este encantamiento estaba en "Las fuerzas oscuras: una guía para la autoprotección" el libro de Quentin Trimble que estaban usando este año para el curso.

Cómo era un libro que tarde o temprano leería, lo pasó por alto y no pensó que tuviera un encantamiento tan útil, ya que no solo era para bromear, sino también para una batalla.

Aunque con un ventus uno podría dispersar la nube como lo hizo la profesora.

—¡Sostengan la varita en un ángulo ligeramente inclinado! —gritó Antennae mientras caminaba como una militar observando a todos los estudiantes que agitaban sus varitas—. No así señorita Macdonald, ¡más arriba!