74. Humillación II

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—¡Tenemos que detener esta humillación! —exclamó Slughorn al ver como James continuaba haciendo rodar a Rabastan con todos esos flippendos

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—¡Tenemos que detener esta humillación! —exclamó Slughorn al ver como James continuaba haciendo rodar a Rabastan con todos esos flippendos.

Antennae negó—. Mientras Lestrange tenga su varita y siga levantándose no podemos intervenir.

Los demás profesores se mantuvieron en silencio. Además, Rabastan solo se veía sucio y sus heridas no eran graves.

—Recuérdenme nunca hacer bromas sobre su madre —dijo Sirius viendo todo con sudor en la frente.

Los Merodeadores asintieron repetidamente.

Me está humillando Rabastan apretó los puños avergonzado y furioso a la vez. Su aspecto era un desastre y notaba como las cientos de miradas estaban clavadas en su nuca.

—¡FUMOS! —gritó e hizo que una nube de humo lo cubriera en su intento de camuflarse.

Inútil pensó James con desprecio.

—¡Ventus! —exclamó el Potter y con una ráfaga de viento dispersó el humo en cuestión de segundos, dejando a Rabastan a la vista que también comenzó a ser empujado por aquel poderoso viento.

¿Ventus? Antennae lo vió con sorpresa.

—Ufff... ufff... —gruesas gotas rodaron por toda la cara de Rabastan.

—Supongo que esas son todas tus habilidades —James se cruzó de brazos totalmente decepcionado.

Su objetivo era humillarlo frente a todos y dar un duro golpe al orgullo de todos esos supremacistas sangre pura.

Por eso sus flippendo no eran la gran cosa, tuvo que hacerlo mas debiles para no noquearlo y terminar la pelea desde antes.

—¡¿Qué has dicho cabrón?! —gruñó Rabastan, que consiguió recuperar el aliento.

—¿No escuchaste? ¡Además de débil no tienes cerebro! ¡INÚTIL! —gritó con desdén y fue escuchado por todos, quienes quedaron estupefactos ante su actitud.

¡¿Este es el niño con el que siempre hablo de Quidditch?! William quedó con la boca abierta viendo todo el enfrentamiento desde la tribuna.

¡Humíllalo más James! Gwen se levantó de su asiento y se apoyó en la baranda disfrutando la vista.

—¡Vamos! ¡Atácame! —James estiró ambos brazos con una sonrisa en el rostro.

Eso le dió escalofríos a Rabastan mientras vacilaba, lo había atacado docenas de veces y ninguna había funcionado.

—¡Flippendo! —exclamó James nuevamente.

Esta vez Rabastan sintió un dolor diferente que cuando fue golpeado por los flippendos. ¡Era mucho más fuerte! Y en lugar de rodar, salió volando muchos metros hasta que aterrizó contra el duro suelo.

Sentía como si le hubieran dado un puñetazo en el pecho y le hubiera quitado el aire, le dolía toda la espalda y de algún modo alcanzó a sujetar su varita y se puso de pie lentamente.

Pero esta vez James no le dio tiempo.

Con un rápido movimiento de varita gritó—. ¡Flippendo Duo! —y un destello rojo se disparó directo hacia Rabastan.

Al instante, el niño salió volando y cayó contra la pared de piedra quedando inconsciente, su varita rodó por el suelo.

—Basura —murmuró James, dándose la vuelta y caminando hacia sus amigos.

Lo único que se oía eran sus pasos hasta que el profesor Flitwick gritó el resultado del duelo.

—¡¡James Potter de Gryffindor gana!!

Tras esa simple frase, toda la tribuna de Gryffindor empezó a gritar y aplaudir como loca, muchos empezaron a corear el nombre de James y a abuchear a Slytherin.

Porque no sólo lo venció, también lo humilló y en ningún momento estuvo a punto de perder. Era como si un adulto y un niño se hubieran enfrentando.

James sonrió torpemente ante las ovaciones, volviendo a su actitud amigable.

—¡Bien hecho hermano! —Sirius se lanzó a abrazarlo—. ¡Perdóname si alguna vez hice una broma sobre tus padres o algo así!

Todos en Gryffindor se pusieron de pie a pesar de estar sorprendidos por cómo actuó, felicitándolo y viendo a los de Slytherin con la cabeza en alto mientras estos se apresuraban a retirarse llenos de vergüenza.

Rabastan y su pandilla no eran los únicos que molestaban, las serpientes de otros años también eran muy arrogantes.

—¡Bien hecho Potter! ¡Dejaste a esa arrogante culebra sin palabras! —Gideon palmeó fuertemente el hombro de James.

—¡Tranquilo hermano, le vas a hacer daño! —Fabián sonrió, palmeando su otro hombro con más fuerza.

Gideon y Fabian son gemelos, ambos perteneciendo a la familia Prewett que sigue incluida entre los Veintiocho Sagrados, aunque no son arrogantes ni supremacistas.

Cuando James se unió al equipo ambos lo trataron muy bien, aunque seguían haciéndole bromas.

—¡Vamos a festejar! —el grito de William llegó desde el fondo y todos aplaudieron mientras cargaban a James y lo llevaban hasta la sala común.

Además de estar contentos de que un Gryffindor arrasara con un Slytherin, la mayoría del 30% que apostó a favor de él eran leones y estaban más que contentos de ganar tanto dinero.

Por otro lado, los estudiantes de Ravenclaw, Hufflepuff y Slytherin que habían apostado por Rabastan tenían caras largas y deprimidas.

Yo soy James Potter [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora