Yo soy James Potter [Traducción]

65. Luna llena

Aquel día donde todos creyeron que terminaría como cualquier otro resultó ser todo lo contrario. La sala común de Slytherin se encontró infestada por humo marrón y un terrible olor a podrido.

Cuando la puerta giratoria se abrió, el olor se extendió por todo el pasillo e hizo que los que observaban con curiosidad hicieran arcadas por lo asqueroso que olía.

Por suerte, la profesora Antennae convocó una corriente de viento que llevó el olor a través de las ventanas y lo sacó al exterior.

Docenas de estudiantes de Slytherin tenían los ojos enrojecidos, náuseas y mareos. Madame Poppy, con la ayuda de otros profesores tuvieron que llevarlos flotando a la enfermería.

Por suerte, James no vio entre esos estudiantes a Gwen y Emily.

Sirius quería reírse al ver el estado de Rabastan y sus amigos, pero decidió guardar silencio y no llamar la atención, ya que sabía que si los atrapaban estarían en muchos problemas.

Entonces los profesores junto a Dumbledore lanzaron un hechizo que hizo que una burbuja apareciera rodeando todo su cuerpo y entraron a la sala común.

Después de unos diez minutos, salieron varias chicas en las que estaban incluidas Gwen y Emily, este grupo había logrado refugiarse en sus habitaciones, salvándose del ataque.

—Bien hecho, todos lo estudiantes están fuera —dijo Dumbledore en tono tranquilo—. Ahora volvamos a dentro y arreglemos el problema.

Pasaron una hora dentro de la habitación, lanzando hechizos de limpieza y demás para intentar que el lugar fuera habitable. Fue difícil, ya que el olor se había filtrado a todas las partes posibles.

—¡Debemos encontrar a los culpables! ¡Este incidente es inaceptable! —gritó Slughorn y todos lo vieron con sorpresa, rara vez se enojaba tanto y su rostro parecía una fresa.

Pero era normal, ya que él es el jefe de Slytherin y su sala común fue atacada.

—¡Dumbledore! ¡Hay que hacer una inspección en cada casa! —añadió el hombre mirando al viejo director, que parecía estar en su mundo mientras examinaba un pequeño objeto en la palma de su mano.

—Slughorn, quienquiera que haya sido tiene que ser de tu casa —McGonagall intentó calmar a su amigo—. ¿Quién más tiene la contraseña?

—¿Por qué un Slytherin atacaría a su propia casa y la dejaría en estas condiciones Minerva? —contradijo y la mujer guardó silencio porque tenía razón.

Aunque el dormitorio de las chicas se salvó, muchas de ellas se vieron afectadas porque estaban en la sala común estudiando o hablando con sus amigos y no tenía sentido que fuera una Slytherin, ya que dejó en la sala común un olor terrible que tomaría unos días antes de desaparecer por completo.

—Digamos que consiguieron la contraseña de alguna manera, ¿cómo pudieron entrar y atacar sin ser vistos?

Era raro que un estudiante de otra casa entrara en la sala común de otra y no fuera detectado rápidamente, ya que estaba prohibido.