23. Disturbio II

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JAMES SE DIO LA VUELTA y comenzó a correr hacia el bosque seguido por Amos

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JAMES SE DIO LA VUELTA y comenzó a correr hacia el bosque seguido por Amos.

Al ver esto, Euphemia suspiró aliviada y siguió a su esposo y a los demás hasta el origen del problema.

James y Amos corrían hombro con hombro. La enorme multitud huía en la misma dirección que ellos, mientras que algunas personas corrían en dirección opuesta. James supuso que eran magos del Ministerio que intentaban alcanzar a las figuras encapuchadas, pero parecían estar encontrando dificultades.

Los faroles de colores que iluminaban el camino hacia el estadio estaban encendidos. Unas siluetas oscuras se tambaleaban entre los árboles y se oían los gritos de los niños, gritos de ansiedad y voces aterrorizadas que resonaban a su alrededor.

James avanzaba con dificultad, empujado de un lado a otro por personas cuyos rostros no lograba distinguir. No podía creer que hacía unas horas estaba disfrutando de uno de los momentos más felices de su vida, y ahora sentía que su corazón latía a mil por hora y una gran ansiedad.

No temía por su vida. Temía que algo le pudiera pasar a su madre, a su padre o a su abuelo. El solo hecho de pensar que esos hombres encapuchados pudieran hacerle daño a su familia o algo peor lo ponía muy ansioso y nervioso.

¿Por qué dudo tanto? No puedo dejar a mamá sola se detuvo abruptamente.

Al principio obedeció por el tono de su madre, no por miedo, aunque era una situación nueva para él, y no es que no lo sintiera en absoluto. El estaba más preocupado por el bienestar de su familia.

Pero ya era demasiado tarde. No podía detenerse porque la multitud corría y lo empujaba, y salir era muy difícil. Sin otra opción, siguió avanzando.

Ya había perdido de vista a Amos.

Intentó posicionarse a un lado de toda la multitud. Finalmente lo logró y casi tropezó con la raíz de un árbol.

—Uf... Perdí mucho tiempo —murmuró mientras sacaba su varita.

Está fue una de las cosas que no olvidó traer y mas aún en una situación tan caótica.

El bosque estaba oscuro pero no en silencio, se oía una gran mezcla de gritos.

—¡Lumos!

De repente, la punta de su varita se iluminó permitiéndole ver en la oscuridad del bosque. Sin perder más tiempo, tomó la ruta de regreso a través de este.

Como no había camino, era mucho más difícil. Si no miraba con atención, podía tropezar. Su ansiedad crecía a cada paso, el pensamiento de que algo le pudiera pasar a su familia lo atormentaba, pues al pensarlo tropezaba. Por suerte, se aferró a su varita y solo se mancho de un poco de tierra.

Tranquilízate pensó James, respirando profundamente mientras se ponía de pie.

Cuando se disponía a seguir caminando, pudo escuchar un grito a poca distancia de su posición.

Yo soy James Potter [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora