𝑳𝑨 𝑷𝑹𝑶𝑴𝑬𝑺𝑨 𝑫𝑬𝑳 𝑨𝑴𝑶𝑹 (☯•Quackity × tu•☯)

𝐔𝐍𝐎

Un día la alarma suena para levantarme e ir a el trabajo, se que muchos a mi edad siguen en la escuela, pero para mala suerte la economía de mis padres no es la mejor para mantenerme y meterme a una escuela o hacer gastos como esos, así que decidí hacer mi vida sola.

Me levante de mi cama con la pesadez de mi cuerpo, me sentía cansada, trabajaba 10 horas al día, desde las 3 de la tarde hasta la 1 de la madrugada, prácticamente todo mi día resumido era levantarme a trabajar y regresar a casa a dormir.

─buenos días pelusa. ─dije adormilada a mi pequeña gatita, apenas y cumplía el mes de nacida y era siberiana, por eso el nombre.

Tome a mi pequeña gata y empece a acariciarla un poco, me asome un poco a su pequeño recipiente de comida y pude ver que no tenía nada, así que me levante por completo y fui a por su comida.

Cuando lo hice fui a buscar algo de ropa e irme, tome mi bolso y sali de mi departamento.

No tenía carro por la situación de economía, por eso trate de conseguir un trabajo cercas de mi pequeño departamento por lo que podía ir caminando.

Cuando llegue me puse un mandil que nos daban a nosotros, yo era quien atendía a las personas que iban a comprar, aunque no era tanto trabajo.

Mi trabajo era un puesto no tan grande de comida, pero sobre todo reconocían mayormente el puesto por las enchiladas, muchos la calificaban por ser las mejores enchiladas de Monterrey.

─ey, ¿que tal? Te veo cansada. ─saludo mi mejor amiga Regina.

Regina tenía su horario igual de 10 horas, ella trabajaba como mesera y era casi la misma área mia y de ella, solo que ella entraba desde las 12 del medio día hasta las 10 de la noche, por lo que el resto de mi turno yo no tenía con quien hablar.

─no he podido dormir bien. ─explique un poco tallando mis ojos con ambas manos.

─si se ve, deberías de faltar aunque sea un dia, tu te tomas tu trabajo muy personal. ─intento convencer y negué con mi cabeza.

─sabes que yo no estoy para pedir permisos solo por eso. ─respondi amarrando mi mandil por detrás, así que Regina se acercó a ayudarme.

─si, pero aunque sea sal con personas, no sabemos qué nos depare para el futuro y hay un montón de personas, no sólo yo existo. ─rio un poco y de nuevo negué.

─no soy muy buena socializando y tu lo sabes Regi.─me separe de ella para tomar mi trapeador y comenzar a limpiar aquel lugar, era lo primero que hacia al llegar.

─no, pero puedo presentarte un par de amigos, sirve que ya no estas soltera y no estés tan sola. ─me quito el trapeador de mis manos, ella continuo con la limpieza y la mire mal.

─este es mi trabajo, tu tienes que limpiar las mesas. ─hable cruzandome de brazos y ella río.

─bueno, te dejaré seguir con tu "trabajo".─hizo comillas con sus dedos y me entregó el trapeador. ─¿que dices de mi propuesta? ─pregunto de nuevo al tema y yo negué de nuevo rápidamente.

─ya te dije mi promesa, ambos dijimos eso y así será. ─hable un poco desanimada.

Hace tiempo cuando yo tenía 12 años conocí a un chico llamado Jesús, el siempre me cuidaba y ambos sabíamos que nos gustabamos, pero había algo y era la diferencia de edad tan grande, o bueno, no tanto, el tenía 16 mientras yo apenas y cumplía los 13 un mes antes que el, a la vez ambos dijimos que siempre estaríamos juntos y que en algún momento podríamos volver a vernos, ambos prometimos que jamás tendríamos a alguien más que solo nosotros

Hubo un problema, y es que casi no hablabamos, también uno de ellos era que el se mudaría del país y no pude despedirme de el nunca, yo me prometi que ya no me haría daño con el amor y esa fue la última vez que me enamoré de alguien.

─si, pero no todos son iguales, además tu promesa es estúpida. ─intento animar y se ganó una mala mirada por mi parte.

─Regina, yo soy una persona de palabra, y aunque sea tan estúpida como dices la promesa, no me fallare y mucho menos a aquella niña dolida. ─dije terminando de limpiar el piso y fui a ponerlo en su lugar y después fui a sentarme para esperar a que algunos clientes entraran.

─cierto, pero si te pones a pensar, esa niña dolida quedo así por escenarios que jamás ocurrieron. ─habló.─ al igual se cada uno de tus rechazos y como fue que cada chico hizo sentirte una basura, pero no por eso significa que todos son así hay chicos muy buena gente. ─intento animar pero yo seguía desanimada. ─creo que esa es la razón por la que estas cansada, mirate, hace 1 año trabajas aquí y tu apenas y tienes 19 años, eres muy joven y deberias vivir tu vida como lo mereces. ─

─me lo pensaré. ─menti tomando mi cuaderno para hacer algunos apuntes del día, ella simplemente celebro con unos aplausos y una sonrisa.

(...)

6 de la tarde

Ya casi terminaba el turno de regi, así que quedaría sola, aunque a eso ya me había acostumbrado.

─ya casi te vas. ─avise mientras ella limpiaba una mesa donde había comido una familia de 3 personas.

─no seas exagerada, faltan aún 4 horas. ─rio y me mostro su celular para ver la hora que tenía ella.

En su fondo de bloqueo pude ver un chico, tenía unos ojos preciosos y un gorro Adidas negro, sostenía una Cámara en la que supuse que eran sus ojos, tenía una camiseta blanca que sinceramente hacia relucir su aura.

─¿quien es el? ¿Tu novio? ─dije y me miro confundida, yo apunte a su fondo y cuando entendió a que me refería comenzo a reír.

─no me lo puedo creer nini, es Quackity, un streamer latinoamericano que vive en Estados Unidos, yo soy muy fan de el y... ─siguio hablando hasta que paro y me miro sorprendida. ─¿te gusta? ─

─¡ya te dije que no me puede gustar nadie! ─grite un poco y ella se acercó a mi, mis mejillas estaban un poco rojas así que ella comenzó a reír.

─nini, tus mejillas están rojas. ─rio de nuevo y yo me cruce de brazos, llegó una familia así que los atendi.

Mi pensamiento seguía procesando a aquel chico, era lindo, pero no me gustaba, de eso yo estaba segura, sabía lo que eran los sentimientos cuando alguien te gustaba, y definitivamente no sentía eso por el, además era alguien que jamás podría conocer en mi vida por ser "famoso".