𝐂𝐔𝐀𝐑𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐃𝐎𝐒

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Ibamos en el avión, una mañana tan bonita, se podían ver las nubes que apenas se distinguían y el cielo anaranjado y celeste.

¿Yo? Demasiado pérdida de este mundo, mi cabeza se centraba en tantos pensamientos que no me permitía concentrarme en disfrutar lo hermosa que estaba la mañana.

Sentí que alguien estaba hablando, quite uno de los audífonos que usaba y ahí estaba una azafata preguntando algo a Alex.

Un recuerdo invadió mi mente, cosa que hacia eventualmente estos últimos días... Ese día en el que escapaba de México, tenía que huir pero... ¿Ahora? Ahora se sentía extraño sentir que volvería a la normalidad.

─que chingue a su madre pinche señora. ─maldijo Alex y lo mire con duda. ─es que, es que me dijo que si quería algo, yo le dije que agua y la muy pendeja me dijo que no tenían ¿entonces para que chingandos me pregunta? Pinche aerolínea pobre. ─

Comencé a reír por su reacción, así que de mi bolsa saque una botella de agua y se la di.

─ala verga ¿que es, la bolsa que trae la Dora exploradora? ─quito la tapa para beber y yo rei un poco.

─solo traje lo necesario para el vuelo en la bolsa. ─explique.

Seguimos charlando un rato más, entre risas y pláticas tocó un tema que me dejó pensando bastante...

─¿tu papá ya no te llamo? ─pregunto de repente, lo que me hizo dudar.

Saque mi celular del bolsillo, yo había silenciado los mensajes y llamadas de aquellos 2, pero ahora que investigaba me di cuenta que no...

─no, de hecho me olvide que cada cumpleaños me mandaban mensajes... Ahora no hay nada. ─comence a preocuparme.

─a lo mejor se olvidaron o simplemente estan bastante ocupados. ─supuso, pensé un poco y solo asenti.

─probablemente se rindieron sabiendo que yo no iria de nuevo con ellos. ─dije y el asintió.

Pasaron las horas, horas que se hicieron eternas, solo quería llegar a descansar de este vuelo.

─¿en donde nos quedaremos? ─cuestione, el río nasalmente y me miro con ironía.

─pues, en tu departamento ¿o me vas a abandonar como perro callejero? ─pregunto mientras reía.

─¿si sabes distinguir entre Ciudad de México y Monterrey, no? ─pregunte haciendo que el dejara de reír. ─ademas que ese departamento lo deje de pagar y entregue las llaves.─

─se me olvido. ─dijo de repente y lo mire mal.

─Alexis Maldonado, dime que alquilaste un maldito departamento para los días que estemos ahí. ─amenace y el me miro exagerando su rostro "asustado".

─y... ¿Y si no? ─pregunto.

Lo que el no sabía era que yo me había encargado de eso, yo sabía que el realmente no se acordaría de detalles como esos, así que me encargue de conseguir tanto donde quedarnos como el auto que nos llevaría del aeropuerto al departamento.

─si no, yo voy a buscar un lugar donde quedarme. ─dije y el me miro con algo de esperanza. ─sola.─

─no pos, ya dime mejor que soy un pinche pendejo que se le olvidan las cosas y me quieres dejar por eso. ─no pude evitar reír un poco, pero aún así me cruce de brazos.

De repente, tome mi celular y el se acercó para ver, yo comencé a buscar entre mis fotografías hasta que encontré el comprobante en donde nos quedariamos y se lo mostré.

─no mames. ─tomo el celular para leer bien. ─tu si que resuelves.─

Me miro feliz devolviendo mi celular, apartó su vista de mi y simplemente volvi a escuchar música por el resto del camino.


(...)



Por fin, un destino en el que podría tomar un descanso del incómodo avión, habían bebés llorando, niños demasiado inquietos y señores hablando, aunque parecía más que gritaban.

─a la próxima voy a comprar boletos VIP, no mames, ese vuelo fue el peor que tome. ─se aventó a la cama llegando ahí, yo sonreí y me fui a la cama que había alado.

─¿cuando es el evento? ─pregunte cuando estaba recostada en mi cama.

─en cinco días, se supone que un día anterior llegaríamos nosotros, pero por la pinche aerolínea pendeja, tuvimos que llegar hoy. ─explico y rei.

─te pedí el día, no tanta explicación que yo ya se. ─dije y el se levantó para voltearme a ver desde su cama.

─pos, si yo nadamas quería decirte. ─se cruzó de brazos.

Rei un poco y simplemente cerré mis ojos, no había podido dormir todas esas horas gracias a los ruidosos pasajeros que iban al rededor.

─por cierto. ─llamo mi atención. ─ese dia después del evento hay un after Party, sinceramente odio las fiestas, pero si quieres ir, daría lo que fuera por ti. ─sonrio y le devolvi la sonrisa.

─si quiero ir, pero no quiero pensar ahora con la cabeza cansada, mejor descanso un poco y después te diré. ─pedi y el asintio.

Nose cuanto tiempo paso ni a que hora me había quedado parcialmente dormida, hasta que desperté por el ruido que había.

Me levante y pude ver que ya había caído la noche en aquella ciudad, por suerte la habitación que había alquilado temporalmente, tenía una ventana cerca de la cama donde dormía, se veía hermosa la ciudad desde arriba.

Me acerque a lo que vendría siendo la "sala de estar", ahí estaba Alex.

─pinche jugador pendejo, no sabe ni jugar. ─avento su celular enojado, lo que hizo que me sobresaltara.

─¿porque gritas a altas horas de la noche? ─pregunte adormilada acercandome a donde estaba sentado.

─ala verga, pensé que era un puto fantasma. ─bromeo mientras reía y lo mire mal.

─me voy a ir si sigues con pendejadas. ─me cruce de brazos y el paro de reir.

─era broma. ─dijo serio.

─me voy a ir con rivers. ─volvi a mencionar aquella chica sin saber quién era en persona.

─a veces pienso que si me serias infiel con ella. ─dijo de repente y comencé a reír.

─¿va a ir a los Eslands? Estoy emocionada de conocerla. ─admiti y el se cruzó de brazos.

─si, pero no te voy a dejar que vayas con ella. ─respondio con cierto tono celoso.

─¿Celoso Alexis? ─pregunte y el río.

𝑳𝑨 𝑷𝑹𝑶𝑴𝑬𝑺𝑨 𝑫𝑬𝑳 𝑨𝑴𝑶𝑹  (☯•Quackity × tu•☯) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora