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Sienna salió de la enfermería con un ligero dolor de cabeza persistente, pero decidida a no perderse las clases. Había perdido suficiente tiempo ya y no quería retrasarse más en sus estudios en Hogwarts. A medida que caminaba por los pasillos hacia las mazmorras, donde se encontraba el aula de Pociones, también recordó vívidamente lo que había ocurrido con el boggart en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Al entrar al aula de Pociones, notó que Snape ya estaba allí, preparando los materiales para la clase del día. Al verla entrar, su mirada habitualmente severa pareció suavizarse ligeramente, aunque solo por un instante.

-Señorita, veo que ha decidido unirse a nosotros hoy -dijo Snape con su tono de voz frío pero con un matiz de reconocimiento.

-Sí, profesor Snape. Lamento haberme perdido la clase anterior -respondió Sienna, tratando de mantenerse firme y sin mostrar ninguna señal de debilidad.

La clase transcurrió con normalidad, aunque Sienna notó que Snape ocasionalmente dirigía miradas inquisitivas hacia ella. Al finalizar la clase, cuando los otros estudiantes se retiraron, Sienna se acercó a Snape con cautela.

-Profesor Snape, sobre lo que ocurrió con el boggart la otra vez...-Snape la interrumpió antes de que pudiera terminar.

-Sé lo que vio, señorita. Los boggarts revelan nuestros miedos más profundos.

-Lo sé, señor. Nunca me había pasado algo así -dijo Sienna mientras debatía si contarle a Snape lo que escuchó en el tren y mientras tenía al boggart.

-¿Qué le aterra, la idea de enfrentar sus miedos? Hable claro, señorita, no tengo todo el día.

-En el tren me desmayé a causa de un dementor, señor, pero lo más extraño fue escuchar una voz de una mujer y cuando estuve frente al boggart la escuché otra vez mientras veía cómo aquel sujeto trataba de llegar a mí.

-Su situación es, sin duda, peculiar, señorita. No es común que los dementores provoquen tales reacciones, pero no es imposible -Snape expresaba interés pero también preocupación por Sienna-. Es evidente que hay algo más profundo en juego aquí. Podría ser un recuerdo reprimido o incluso una conexión mágica.

-Mi familia no me ha dado motivos para un recuerdo malo, por otro lado no entiendo quién quisiera tener una conexión conmigo.

-Primero, debes aprender a defenderte adecuadamente contra los dementores. El hechizo Patronus, aunque avanzado, será esencial. Lupin podría no ser tan inepto y enseñarte, además es el flamante profesor de Defensa -dijo Snape mientras se dirigía a su estante de pociones.

Sienna tenía dudas de por qué el profesor Snape odiaba a Lupin, pero esa era otra cosa que no le importaba. El profesor Lupin era un buen profesor, siempre amable, y cada que lo topaba por los pasillos Lupin le daba una cálida sonrisa y ella correspondía.

Ella respiró profundamente, se giró y dirigió a Snape para mirarlo a los ojos.

-Últimamente he visto al profesor Lupin algo enfermo y vulnerable y, dado su condición, no creo que quiera ayudarme -Snape se sorprendió de ver a Sienna a lado de él. Sin embargo, siguió escuchando-. Usted es un profesor extraordinario y, si acepta y no le molesta y no interfiero en su tiempo, usted me podría enseñar. Prometo aprender rápido y ser puntual, señor.

Snape lo pensó por algunos momentos hasta que dijo-Muy bien, te ayudaré, pero no te equivoques, no lo hago por compasión. Lo hago porque el misterio me intriga y porque, tal vez, haya algo que aprender de tu peculiar situación. Nos vemos mañana después de la cena en mi despacho.

Severus Snape había aceptado ser el mentor en clases extra de defensa. Era un sueño, pero Sienna sacaría provecho y no defraudaría a nadie y mucho menos a Snape.

-Sí, señor, seré puntual.

-Bien, ahora retírate porque ya viene mi siguiente clase -dijo Snape mientras se volvía a dirigir a su escritorio-. Y no comente nada, señorita, esto solo será entre usted y yo.

-Descuide, profesor, y gracias -dijo Sienna mientras caminaba a la salida. Sienna no podía estar más feliz, el profesor que admiraba le daría clases de la materia que por ahora más le apasionaba.

Sienna salió del aula dejando solo a Snape. Mientras, Snape solo veía aquella puerta por donde acababa de salir aquella joven extraordinaria y valiente porque estaba seguro que en toda su carrera de profesor nadie lo había buscado para clases extra, solo ella.

Secrets under the moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora