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Durante el resto de las vacaciones, Sienna disfrutó de la compañía de sus amigos, Harry, Ron y Hermione, compartiendo risas y aventuras en el cálido ambiente de Hogwarts. Sin embargo, en sus momentos de soledad, solía refugiarse en la biblioteca, donde pasaba horas inmersa en los libros, explorando historias y conocimientos que la distraían de sus pensamientos. Algunas veces salía a los jardines y se encontraba con el cachorro negro, que se había convertido en una extraña pero reconfortante compañía. Otras veces, simplemente se quedaba en su cuarto, contemplando el misterioso anillo negro que había recibido de forma anónima en la cena de Navidad.

Las vacaciones de Navidad en Hogwarts llegaron a su fin, y el castillo volvió a la vida con el bullicio de los estudiantes regresando a sus rutinas. Sienna nunca se quitaba el anillo negro que había recibido anónimamente en la cena de Navidad, aunque trataba de no sobrepensar su origen. En cambio, se enfocaba en sus clases y en los exámenes que se avecinaba.
Cada vez que podía, Snape vigilaba a Potter y a Sienna, aunque parecía dedicar más atención a Sienna. La observaba en el Gran Comedor, en los jardines, y durante sus clases de Pociones y sus clases extra de Defensa Contra las Artes Oscuras.

A pesar de la vigilancia constante, Sienna resultaba ser una chica tranquila y diligente. En sus clases extra de Defensa, Snape parecía ser más blando con ella cuando estaban solos, aunque nunca se dejaba intimidar. Estas sesiones eran intensas y llenas de conocimiento, y poco a poco, ambos comenzaban a tener más confianza el uno con el otro.

Una tarde, durante una de sus lecciones privadas en el despacho de Severus Snape, ambos estaban repasando un hechizo avanzado de protección. La atmósfera en la sala estaba cargada de concentración y respeto mutuo.

-Bien, Sienna, intenta de nuevo -dijo Snape, con su tono severo habitual, pero había un matiz de paciencia en su voz que no pasaba desapercibido para Sienna.

Ella levantó su varita, concentrándose profundamente, y lanzó el hechizo con una precisión que impresionó incluso a Snape.

-Excelente -dijo él, asintiendo con aprobación. Sus ojos oscuros se encontraron con los de ella por un momento más largo de lo usual, antes de desviar la mirada.

Sienna sintió una oleada de orgullo y algo más, algo que no podía definir del todo. Sabía que Snape era exigente, pero también empezaba a comprender que bajo su exterior duro había alguien que reconocía y apreciaba el esfuerzo y la habilidad.

-Gracias, profesor -respondió Sienna, sin apartar la vista de él.

Mientras continuaban con la lección, Sienna notaba que la relación con Snape iba cambiando lentamente. Había una comprensión tácita y un respeto mutuo que crecía con cada lección. Aunque Snape seguía siendo estricto y exigente, había momentos en los que ella podía ver una pizca de humanidad y vulnerabilidad en él.
Al final de la clase, mientras Sienna recogía sus cosas, Snape se acercó.

-Ha mejorado notablemente -dijo con una voz más suave de lo habitual.

Sienna sonrió, agradecida por el reconocimiento, pero el nerviosismo se apoderó de ella y provocó que chocara con una estantería. Al instante, un frasco cayó, pero Sienna no permitió que este llegara al suelo. Lo sujetó con su mano y, al mismo tiempo, notó que Snape también sujetaba su mano. El corazón de ambos latía tan rápido que se podía escuchar al unísono en el despacho de Snape. Por unos segundos permanecieron así, hasta que alguien abrió la puerta.

-Severus, necesito hablar contigo y, si no es molestia, me acompaña el profesor Lupin -dijo Albus, mientras Snape rápidamente se alejaba de Sienna y ella giraba para colocar el frasco en su lugar-. Siento interrumpir, señorita.

Snape, regresando a su tono serio de siempre, dijo:-Puede retirarse, señorita.-Sienna asintió.

-Buenas noches, profesores -dijo Sienna caminando hacia la salida. En la parte de afuera aún se encontraba Lupin, esperando para entrar. Lupin, al ver a Sienna, se sorprendió, pero decidió solo despedirse de su alumna y entrar al despacho.

Sienna regresó a su habitación. La lección había durado muy poco, por lo que llegó una hora antes. Aún sus compañeras se encontraban despiertas y platicando cómodamente. Sienna en su habitación solo podía entablar una conversación con Lyra, pero el resto de las chicas la ignoraban y entre ellas rumoreaba que Sienna sería igual a su abuelo.

-Sienna, has llegado pronto -dijo Lyra-. Estábamos hablando con las chicas que, a pesar de ser nuestro tercer año, nos hablamos muy poco y, bueno, la vida en el colegio vuela rápido. ¿Quieres unirte a nosotras?

-Claro, ¿por qué no? -mencionó Sienna sentándose en su cama. Era el momento perfecto para que la conocieran mejor.

-Ahora sí, continúa, Ross. ¿Entonces te gusta Neville? -dijo Lyra. Sienna comenzó a reír; esas niñas estaban hablando de chicos.

-No voy a negar que no sea un chico lindo, pero no sé, es muy tímido -todas rieron un poco. Cada una fue interrogada y, cada vez, las cinco chicas de la habitación se iban abriendo más de confianza, preguntaban todo tipo de cosas, hasta que llegó el turno de Sienna.

-Sienna, es tu turno. Cuéntanos sobre ti -dijo una chica llamada Cler, que, al parecer de Sienna, resultaba ser algo similar a ella.

-Bueno, no hay mucho que contar de mí. Todos los días me la paso estudiando en la biblioteca y recorriendo los jardines. En vacaciones suelo estar en casa con el abuelo, mientras papá trabaja. Con el abuelo me dedico a cocinar, escuchar música muggle y leer literatura muggle y mágica. Mis amigos más cercanos son Lyra, Hermione, Ron y Harry.

-Uhh, Harry. ¿Acaso te gusta, Sienna? Cuentan que estuvieron muy juntos en vacaciones -dijo la quinta chica, llamada Sarah, mientras todas las chicas reían y trataban de sacar información a Sienna.

-Dinos, Sienna, aquí todas guardamos el secretito -dijo Ross.

-No, no, de ninguna manera. Harry es un gran amigo, al igual que Ron, pero no me atrae -dijo Sienna, algo sonrojada, evidenciando que era la primera vez que la relacionaban sentimentalmente con alguien o, al menos, que se lo habían mencionado.

-Entonces te atrae otro chico, ¿no es así, Sienna? -preguntó Cler, pero observó minuciosamente a Sienna y notó su anillo-. ¿O acaso ese anillo significa algo?

-Tal vez -dijo con diversión Sienna.

-¿O te atrae alguien mayor que nosotras, Sienna? ¿Será de nuestra casa? -preguntó Sarah, algo intrigada.

-¿Diggory? ¿Los gemelos Weasley? -preguntó Lyra, mientras Sienna negaba. Le parecía divertido que sus compañeras se notaran tan interesadas.

-Alguien más grande, tal vez -dijo Sienna.

-¿Dumbledore? -contestó Cler, pero todas comenzaron a burlarse, hasta ella misma.
-No, sí es alguien mayor, pero no tanto Pero, en otra ocasión lo sabrán. Por ahora vayamos a dormir, que estoy muerta.-Sienna se levantó para cambiarse y cepillar sus dientes, dejando a sus compañeras de cuarto aún con la duda.

Mientras Sienna se lavaba los dientes pensaba en los que había dicho, acaso si se sentía atraída por aquel sujeto misterioso que ocultaba a sus compañeras o solo era admiración pero ella estaba segura que aquel sujeto era Severus Snape su profesor de pociones, el mismo con el chocó en le callejón y el mismo que la ha hecho sentir segura mientras están juntos

Secrets under the moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora