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El sol se estaba ocultando y las sombras comenzaban a alargarse en los pasillos de piedra. Sienna caminaba lentamente hacia las mazmorras, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Nunca había estado tan nerviosa. Las clases con el profesor Snape ya eran intimidantes, pero una lección privada era una perspectiva completamente diferente. ¿Qué pensaría de ella? ¿Seguiría siendo más serio o le ablandara el corazón al señor de la noche?

Llegó a la puerta del despacho de Snape, tan frío como ya era de costumbre en las mazmorras. Tomó una profunda respiración antes de llamar suavemente. La puerta se abrió casi de inmediato, revelando al profesor Snape, que la miraba con su habitual expresión inescrutable.

—Entre señorita —dijo con su voz suave y helada.

Sienna entró, sintiendo cómo su nerviosismo aumentaba con cada paso. Las paredes de piedra, cada vez más frías y húmedas, estaban cubiertas de estanterías repletas de frascos y tarros que contenían ingredientes para pociones, muchos de ellos extraños. El escritorio de Snape, situado en un extremo del despacho, estaba ordenado meticulosamente, con pilas de pergaminos, plumas y tinteros perfectamente alineados. Snape la guió hacia una sección más despejada del aula.

—Hoy, practicaremos el encantamiento Patronus —anunció Snape, observándola con ojos penetrantes—. Sé que es un hechizo avanzado, pero considero que es esencial para su protección.

Sienna asintió, intentando controlar su respiración. Había leído sobre el encantamiento Patronus, pero sabía que hacerlo correctamente requería una gran concentración y, sobre todo, una emoción positiva muy poderosa.

—Lo primero que debe hacer es concentrarse en un recuerdo feliz, el más feliz que pueda recordar —explicó Snape, manteniendo la mirada fija en ella—. Después, deberá pronunciar "Expecto Patronum" con firmeza.

Sienna cerró los ojos, buscando en su memoria algo que pudiera servir. Recordó un día de verano en el campo que estaba cerca de casa, a lo lejos podía ver a su padre y abuelo sonreír, mientras ella corría libremente entre las flores. Una sonrisa suave apareció en sus labios mientras sentía la calidez de aquel momento.

—Expecto Patronum —dijo con voz clara, pero el resultado fue un simple brillo de luz plateada que se disipó rápidamente.

Snape hizo una mueca, pero no parecía sorprendido.

—Inténtelo de nuevo. Esta vez, concéntrese más en la emoción detrás del recuerdo, no solo en el recuerdo en sí.

Sienna asintió, cerrando los ojos una vez más. Visualizó el mismo recuerdo, pero esta vez se enfocó en la alegría pura que había sentido en ese momento. Se sentía segura y amada, sin las sombras del pasado acechando.

—Expecto Patronum —repitió, y esta vez, una forma más definida de luz plateada emergió de su varita, aunque aún no tenía una forma concreta.

Despues de algunos intentos Sienna no podia conjurar el encantamiento de la mejor manera pero no dejo de rendirse

Snape la observó con atención.

—Aún no es suficiente. Necesita sentir la emoción con más intensidad, como si estuviera viviendo el momento otra vez.

Sienna respiró hondo, tratando de concentrarse aún más. Antes de que pudiera intentarlo de nuevo, sintió una presencia cerca de ella. Abrió los ojos y vio que Snape se había acercado.

—Déjame mostrarte —dijo, y antes de que pudiera reaccionar, tomó su mano.

El contacto la sorprendió, y un escalofrío recorrió su columna vertebral. La mano de Snape era fría y firme, y el choque de sus pieles envió una descarga eléctrica a través de ella. Durante un breve instante, sus miradas se encontraron, y Sienna pudo ver una chispa de algo en los ojos de Snape, aunque no pudo identificarlo.

—Concéntrate en el recuerdo, pero siente también el poder en tu varita —murmuró Snape, su voz tan baja que apenas era un susurro.

Sienna asintió, incapaz de apartar la mirada de él. Cerró los ojos nuevamente, concentrándose en el recuerdo, pero esta vez, la sensación del toque de Snape la ancló en el presente, proporcionando una base más sólida para su magia.

—Expecto Patronum —dijeron juntos, y esta vez, una figura plateada salió de la varita, tomando la forma de un conejo, que se brincaba alrededor de ellos antes de desaparecer en una explosión de luz.

Sienna abrió los ojos, sorprendida por su éxito. Snape la miraba con una leve expresión de aprobación, algo raro en él.

—Bien hecho —dijo, soltando su mano y retrocediendo—. Ahora, debe practicar regularmente para mantener la forma y la fuerza del Patronus.

Sienna asintió, sintiendo una mezcla de orgullo y alivio. Aunque la lección había sido intensa, también había sentido una conexión inesperada con Snape, un entendimiento tácito que no había esperado.

—Gracias, profesor Snape —dijo, mirándolo con gratitud.

Snape inclinó la cabeza ligeramente.

—Puede retirarse por hoy, señorita Grindelwald. Nos veremos en nuestra próxima lección.

Sienna salió del aula, su corazón aún latiendo con fuerza. Mientras caminaba por los pasillos de Hogwarts. Sin embargo al seguir avanzando sintió que alguien iba detrás de ella, si era flch estaria muerta por que el siempre buscaba un castigo para los estudiante, los odiaba a todos o eso aparentaba.

No podía dejar de evitar sentir temor así que busco de manera discreta su varita que estaba entre la capa, al tenerla en las manos con firmeza giro

—Lumus— dijo Sienna mientras su varita iluminaba el pasillo, sienna noto que a sus pies estaba un perro negro—Ohh eras tu el que me seguia—Sienna se inclino a acariciarlo.

Me asustaste pero no debes estar aquí si filch te ve no me quiero imaginar que te haría—el perro solo la miraba como si entendiera lo que decía—Te llevare afuera, mientras toma— Sienna extendio a varita y aparecio unos trozos de pan, que le sirvieron para alimentar al perro negro. Mientras caminaban hacia la entrada el perro trataba de llamar la atención de Sienna, hacia caminadas chistosas que más de una vez hicieron sonreír a Sienna.

—Hemos llegado, eres un perro muy gracioso—Sienna lo acarició por última vez—Debes irte

El perro inclinó la cabeza a manera de agradecimiento y antes de salir corriendo lamió la mano de Sienna y esta se quedó algo extrañada debido a que ese perro parecía ser más inteligente de lo que pensaba.

Sienna volvió a dirigirse a la torre de Ravenclaw, en pocas horas muchas emociones se hicieron presentes pero ahora solo su mente pensaba en como Snape pudo tocar su mano y ayudarla a conjugar el Patronum, no era algo normal o si? Sienna creía que tal vez su profesor en el fondo no era tan malo, solo era un escudo para imponer autoridad.



Hola Queridos lectores, les escribo para darles un pequeño aviso

Por cuestiones de política de la aplicación y con el desarrollo sano de la historia, eliminare la edad de la protagonista espero que logren entender y que les siga gustando.

Lxs quiero muchísimo, besosssss

Secrets under the moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora