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[12 de octubre, 1995. Tuve que decirle a Dagmar cuales eran mis intenciones y hasta donde estaría dispuesto a llegar, no creí que ella esperara eso de mí, fue demasiado ingenua como para creer que alguna vez podría tener una familia con ella, aunque, realmente logró su objetivo, tendremos una familia, pero no feliz.

Las cosas con Ava han seguido igual, admito que he percibido cierta distancia de su parte desde que le confesé lo de mi hijo, ella dijo que estaría a mi lado y que me apoyaría, pero comprendo que no fue una noticia fácil de digerir, ni siquiera ha sido fácil para mí. Supongo que, con el paso del tiempo me acostumbraré. Soñar con mi padre logró descomponerme, me hizo sentir de nuevo como aquel niño inseguro que buscaba su aprobación. Tuvo razón al decir que soy peor que él. Él deseó proyectarse en mi por tanto tiempo que al final lo consiguió, la única diferencia fue que yo me volví más despreciable y cruel que él, estoy consciente de eso, es como si hubiera dos Petrus dentro de mí, al que le resulta fácil ocultar sus emociones, y al otro que le resulta fácil expresarlas. Ni siquiera sé quién soy, pero puedo lidiar con esto, además, me funciona de maravilla para lograr lo que quiero, al menos hasta el momento todo lo que he anhelado ha salido a la perfección, Ava a mi lado, Vincent en la cárcel, mi fama y el concierto. Todo está en orden. Excepto la venida de ese hijo que nunca estuvo dentro de mis planes y mi adicción que no se disipa. Conseguí algunas pastillas con la ayuda de un contacto que había dejado de lado desde hace un tiempo.

Falta poco tiempo para que Radical RIOT salga al escenario después de un año, cuando llegamos al estadio nos recibió un tumulto de fans que no esperaron por vernos en el concierto, siempre hemos procurado tener una estrecha relación con nuestros fanáticos, tanto que, bajamos de la caravana y nos acercamos a ellos para sacarnos algunas fotografías, firmamos posters de la portada del álbum y algunos discos. La entrada del estadio era un caos, habían muchas personas ansiosas por vernos.]

—Volvemos a vernos después de meses, es una suerte que hayas recordado tu promesa, siempre quise peinar y maquillar ese cabello y rostro angelical.

Colombo arribó dentro de la caravana, encontrándose a Petrus sentado frente al tocador donde había un sin número de productos, alisadores, maquillajes, peines, gel para el cabello y fijadores, por suerte, había ignorado la pequeña bolsa con pastillas que se situaba junto al resto de cosas, Petrus la tomó con agilidad para guardarla, al menos tuvo la oportunidad de tomarse dos antes de recibir la visita del estilista.

Colombo ignoró los productos del tocador, siempre llevaba consigo su pequeño equipaje, acostumbraba a manejar sus propias herramientas de trabajo.

—Es un gusto verte, Colombo.

—Ni que lo digas, soñé mucho tiempo con este momento y no perderé la oportunidad de dejarte divino. Pero... —Su expresión cambió al acercarse a él, sus ojos prestaron suma atención al traje que llevaba puesto, pantalón de vestir y saco a rayas que le daban un aspecto extraño pero sofisticado— Vaya... Satín, por favor dime que fuiste tu quien eligió este vestuario, está increíble.

—Tengo buen gusto, que mi estilo habitual no te engañe, cuando me lo propongo sé vestir muy bien.

—Vi ese diseño en un modelo hace unos meses en una pasarela en Paris, confieso que a ti te queda mucho mejor, especialmente luciéndolo con ese cuerpo...

—Colombo...

No era un secreto que Colombo se sentía atraído por otros hombres, en especial por Petrus.

—Lo sé, ignórame, solo me limitaré a hacer mi trabajo.

—Gracias.

Colombo colocó su pequeña maleta sobre el tocador y empleó su misión, tomó sus herramientas y comenzó a hacer su magia. El cabello de Petrus estaba lo suficientemente largo como para hacerle un peinado, decidió dejarlo así, no había mucho que hacerle, solo utilizó sombra y lápiz negro para marcar la forma de sus ojos, consiguiendo que su mirada, que de por si ya era penetrante, se profundizara más.

—Fue lamentable lo que le sucedió a Vincent... —Colombo comentó de pronto, captando la atención de Petrus— Quiero decir, lo que te hizo fue nefasto, pero es lamentable que su carrera haya terminado de esa forma.

—Tu carrera hubiera terminado de la misma manera si hubieras seguido trabajando con él.

—¿Por qué lo dices? Sé que él era un poco difícil de tratar, además, su repugnancia podía llevarte al borde del desquicio, pero, no era tan malo.

—Siempre supo cómo actuar ante los demás, como si tuviera una personalidad distinta para dirigirse a otros, lo sé muy bien ya que lo conozco desde hace tanto tiempo.

Cualquiera diría que hablaba de Vincent, pero más parecía que se describía así mismo.

—Vi tu declaración a los medios, me tomó por sorpresa saber que antes eran muy unidos, él nunca lo mencionó.

—No le convenía hacerlo, siempre se encargó de decir que nuestra relación había comenzado desde nuestra fama, pero fue una vil mentira.

—Sabes Petrus, creo que las personas tarde o temprano obtienen su merecido, quizás es justicia divina o karma, pero al final todo se devuelve y con creces.

—¿Eso crees?

—Por supuesto. —Colombo dejó de peinar su cabello y rodeó con sutileza su silla, posicionándose frente a él, mientras se apoyaba del tocador— Cada persona recibe algo a cambio de sus acciones, muchos lo llaman milagro, otros le dicen desgracia, pero siempre dependerá de lo que hagas, es así de simple. Tuve la oportunidad de verlo con él, solo bastó con saber lo que te hizo, y mira, su precio a pagar fue la prisión.

Petrus escuchaba las palabras de Colombo atentamente, pensando en cuál sería su precio a pagar por sus pasados actos y los presentes, tenía una lista muy negra con la cuál debía ajustar cuentas.

—Creo que lo que dices no es tan descabellado.

—Claro que no lo es, puedes verlo en cada rincón de este país, en cada parte del mundo, a la vuelta de la esquina, si obras bien te irá bien, si obras mal, te irá mal, así de sencillo, recuerda mis palabras.

Petrus no dijo nada más, en realidad, las palabras de Colombo le habían calado hasta lo profundo.

—Bien. —mencionó él nuevamente— Ya estás listo.

Alguien tocó la puerta de la caravana por lo que Colombo se apresuró a abrirla, era Katherina quien se mostraba emocionada, llevaba puesta una camisa negra que tenía bordado el nombre de la banda por la parte de adelante dejando ver que de su cuello colgaba un gafete que decía: Fotógrafa oficial.

—Colombo, cuánto tiempo.

—¡Por Dios, Katherina!, solo así es que nos vemos.

Él prácticamente corrió hacia ella para abrazarla con efusividad. Ellos se conocían de hace algunos meses, se habían llevado muy bien desde entonces.

—Supongo que tuviste que realizar una enorme labor para dejar a mi hermano guapo, ¿no?

—Qué graciosa. —comentó Petrus.

—No bromees así, tu hermano no necesita ningún retoque, y tú mucho menos, habría querido tener padres como los suyos, tendría una genética envidiable. Una altura imponente y una belleza que no es de este mundo.

—Por favor, no exageres. —mencionó Katherina entre risas— Colombo, ¿podrías dejarme un momento a solas con mi hermano, por favor?

—Claro, iré a ver como está todo, no aguanto las ganas de ver a Keanu, tenemos muchos temas pendientes que tratar.

—Él está afuera con Markus.

Colombo se fue de inmediato, dejándolos solos. Katherina entró a la caravana y se aproximó a Petrus. De camino al estadio él habló con ella sobre Dagmar, tal vez no había sido el momento apropiado para decírselo, pero ella notó lo afectado que estaba y no pudo ocultárselo, así que se lo dijo, a diferencia de Ava, Katherina reaccionó con apacibilidad, ella comprendió la situación y entendió que su hermano también puede cometer errores, y que, en definitiva, no es perfecto.

—¿Cómo están las cosas allá afuera? 

—La banda que abrió el concierto está a punto de terminar, por cierto, Markus me recordó que solo faltan minutos para la entrada de Radical RIOT, recuerda que la primera canción es The incarnation of Milós y luego darán paso a los cantantes que colaboraron en el álbum, ellos ya están aquí.

—Lo sé, no debes decírmelo, yo hice el programa del concierto.

—No está de más recordarte, últimamente estás muy despistado.

—¿Dónde está Ava?

—Afuera, hablando con James y Bárbara.

Se instaló un efímero silencio después de que Katherina habló, pero hubo algo que Petrus quería saber.

—¿Qué tal todo con Keanu?

Katherina suspiró y se sentó en uno de los sofás que estaban ahí, Petrus manipuló la silla para darle vuelta y quedar frente a ella.

—Es complicado, cada vez está más distante, no hablamos tanto, es como si fuéramos los amigos de siempre, aquellos que se preocupaban por el otro pero a la vez les daba igual. Pero estoy bien, no te preocupes, quien me preocupa eres tú.

—No te preocupes por mí.

—No puedo evitarlo, aunque pretendas estar bien, sé que no lo estás.

—Es complicado acostumbrarme a lo que viene.

—No te lo tomes a la ligera, dale tiempo, la paternidad es un lazo sanguíneo, pero el sentimiento de amor hacia un hijo lleva tiempo, no he sido madre para decir esto, además, soy muy joven como para saberlo, pero, no es necesario haberlo experimentado para entender cómo es. Sé que podrás sobrellevarlo, has cometido muchos errores, pero no eres una mala persona, Petrus.

No era una mala persona...

No todos pensaban lo mismo.

—Solo temo que Ava se aleje por esto.

—Dale tiempo, no fue fácil para ella enterarse que la engañaste y que además, serás padre de un hijo con otra mujer. Eso no justifica que fuiste un completo patán al hacerlo. Pero, a veces las cosas pasan y aunque puedan evitarse no sucede así, ¿qué más puedes hacer? Solo aceptarlo.

—Y lo estoy haciendo.

—Por eso creo que serás un gran padre, aunque tu vida sea un completo caos, si pudiste cuidarme a mí, podrás cuidarlo a él.

Petrus había demostrado ser capaz de cuidar a Katherina, aunque el cuidado fue más monetario que emocional, así que su futuro hijo corría con la misma suerte que ella, nada le faltaría, educación, comida, un techo, lujos.

—Petrus. —James se asomó a la caravana, revelando su nuevo estilo, había pasado de usar su cabello largo castaño a uno más corto en color verde radioactivo. Estaba acompañado de Ava— Menos de tres minutos, debemos prepararnos, Keanu nos espera tras bambalinas.

—Está bien.

Se levantó de la silla y salió de la caravana tomando la mano de Ava. Fuera del estadio, tras la valla de metal, se encontraban varios paparazzi procurando captar a los miembros de la banda, uno de ellos capturó una fotografía de Petrus y Ava. Al entrar al estadio y dirigirse a la parte trasera del escenario se encontraron con Cynthia, cuya mujer tenía una imponente presencia pese a su delgada complexión, añadido a ello sus extraños ojos malva que le otorgaban una apariencia inusual, también estaba Spicy Queen con ese atuendo estrafalario digno de un cantante de country, y Deathcore, conocido por maquillar su rostro como un cuervo y sus distintivas chaquetas negras, permanecía apoyado en la pared, fumando un cigarrillo mientras leía la letra de su canción.

Cynthia se aproximó a Petrus en tanto lo vio atravesar la puerta.

—Petrus, ¿seré la primera en cantar, cierto?

Él estaba distraído, tanto que al escuchar su voz giró su cabeza de manera abrupta.

—Sí, luego de nuestra introducción entras en escena.

—Ok, solo quería estar segura.

Se alejó de él para continuar practicando antes de salir al escenario. Markus arribó sosteniendo con sus manos un paquete de botellas con agua, se apresuró a repartirlas a todos antes de que el concierto iniciara. Petrus comenzó a calentar su voz mientras que James afinaba su guitarra. Era imposible no prestarle atención a las personas del otro lado gritando el nombre de la banda al unísono, repetían una y otra vez: ¡Radical RIOT... Radical RIOT... Radical RIOT... Radical RIOT...!

Ava se aproximó al telón negro que dividía el escenario, corrió un poco la tela para ver al frente, encontrándose con una imagen impactante, el estadio estaba completamente lleno, más de un centenar de personas eufóricas a la espera de recibir a la banda que estuvo enclaustrada por un año sin dar algún concierto.

—Vaya... Son demasiadas personas...

Ella no podía creer lo que miraba, era una nueva experiencia, pese a que en su mente solo había cabida para su objetivo contra Petrus, no podía ignorar el hecho de que vivir esa experiencia en carne propia era algo completamente increíble, sabía que no todas las personas tenían la oportunidad de estar en su posición, muchas mujeres y hombres querrían ocupar su lugar en ese momento.

—¿De verdad? —preguntó Petrus, acercándose a ella.

—Mira... —él también se aproximó y miró hacia afuera, el estadio solo estaba iluminado por los faroles de luz mientras que las personas sostenían en sus manos pequeñas linternas que les fueron dadas al entrar— ¿Cómo es posible que solo tres hombres puedan manejar a toda esa multitud?

—Algunos lo llaman don o talento nato, yo lo llamo años de práctica y constante sufrimiento, estar aquí no es para todos, nosotros lo sufrimos juntos, aprendimos de la peor manera, pero eso nos hizo ser grandes, inteligentes y sabernos mover dentro de la industria.

A pesar de todo lo que sabía de Petrus, admitía que sentía una enorme admiración por él, era un gran influyente para muchas personas, y su notable inteligencia lo hacía tomar las decisiones correctas, al menos, musicalmente. En lo personal sus decisiones eran cuestionables.

Aunque Ava quisiera concentrarse plenamente en su misión, algunas de las actitudes de Petrus la inducían a desviarse de su propósito, por más que tratara de controlarlo, le resultaba complicado.

—Y todas esas personas, Ava, saben quién eres y lo que representas para mí. —se colocó detrás suyo y rodeó su cintura con sus brazos— La reencarnación del amor hecha mujer... —susurró por su oído, provocando que ella sintiera una corriente electrizante por su espalda— Milós...

Los integrantes de la banda que abrieron el concierto se aproximaron a ellos, por lo que Petrus se vio forzado a separarse de ella para saludarlos.

—Buen toque. —dijo Petrus— Sigan así, auguro un buen futuro para ustedes.

—Muchas gracias, señor, nosotros nos sentimos honrados de ser los que estemos aquí, crecimos escuchando su música, son un gran referente de nuestras canciones, ustedes nos inspiran.

—Nos complace saberlo. —mencionó Keanu— Felicidades, ahora todo Estados Unidos los conocerá, siéntanse dichosos.

La banda estaba conformada por chicos que tenían entre diecinueve y veintitrés años, eran demasiado jóvenes pero con futuros prometedores en la música.

—Petrus, James, Keanu. —habló Markus— Ya es hora, es momento de que vuelvan a los escenarios.

Petrus tenía una sola deficiencia como músico, y es que, a pesar de toda la experiencia y los conciertos que había dado, nunca había sido capaz de superar su miedo escénico, pese a que se mostraba como ese hombre imponente a la vista del resto, siempre sentía una aflicción cada vez que debía presentarse al público, al menos, a un público de tal magnitud.

—Markus, dime que trajiste lo que te pedí, sabes que no puedo tocar sin eso.

—Nunca estuve de acuerdo en eso, pero si debo dártelo para que puedas subirte al escenario, lo haré.

Markus se dirigió hacia la mesa que estaba cerca, ahí reposaba una botella de vino, ya estaba abierta, así que la tomó y se la extendió a Petrus.

—No te excedas.

—Si es necesario lo haré.

Las personas intensificaron sus gritos cuando las pantallas gigantes a los extremos del escenario comenzaron a proyectar un vídeo, era un fragmento de la canción principal del álbum, en ese mismo vídeo habían contratado al mejor actor que había en Estados Unidos, Vladimir Flamen, quién prestó su voz para la introducción de la canción:

—Solo aquellos que creyeron en la manifestación fueron capaces de ver al amor hecho mujer... —en las pantallas se proyectaba la imagen de Cindy Clayton, aunque su rostro y su cabello no eran expuestos, portaba un velo blanco de color sólido que cubría su cuerpo— Muchos dijeron que había caído del cielo, otros dijeron que había ascendido de los infiernos. Pero la verdad es que ella simplemente apareció. Su misión en la Tierra es conducir a los más fuertes a la unción y a los más débiles a la perdición... —las personas gritaban de emoción al escuchar esas palabras, ansiando ver a Radical RIOT en el escenario— Y es que así es el amor de Milós, la mujer que está en la Tierra, compartiendo y alterando con predilección...

Todos se volvieron locos al ver a Keanu hacer acto de presencia en el escenario que estaba estratégicamente estructurado en forma de "T", al final de este se situaba un pianoforte rojo, instrumento que Petrus utilizaría más adelante. Keanu fue capaz de ver a toda la multitud mientras caminaba al centro del escenario llevando en sus manos las baquetas, alzó sus brazos y las cruzó, luego se dio la vuelta y caminó hacia su instrumento, la batería estaba situada al centro, alzándose con la ayuda de una tarima adicional y cadenas en las esquinas que la hacían lucir más alta de lo que debería ser. Cuando se sentó en el taburete su mano izquierda condujo la baqueta hacia el tom de piso, se quedó estático, y luego fue la guitarra de James la que resonó en el ambiente, usando su púa mientras tocaba un arpegio que evocaba una atmosfera psicodélica.

James atravesó el telón y la multitud intensificó los gritos. Caminó lentamente hasta la punta del escenario sin dejar de tocar su guitarra, creando una introducción en lo que Petrus hacía aparición. Al momento en que él estuvo en el escenario se dirigió al micrófono, llevando la botella de vino en su mano, a su lado había una pequeña banca de metal donde podía dejar el vino.

—¡Washington D.C! —exclamó mientras extendía su brazo, mostrando la botella de vino al resto, como si hiciera un brindis al aire.

Todos gritaron.

—Estamos de vuelta para hacerlos enloquecer, ¡¿quieren conocer a Milós hoy?!

Y de nuevo todos hicieron ruido, respondiendo a su pregunta. Al escuchar la disposición del público comenzó a cantar con esa voz etérea que tanto lo caracteriza.

"Only those who believed in the demonstration...
Saw love made a woman, a wild sensation.
Many claimed she fell from the skies above..."

El público disfrutaba del ambiente que solo Radical RIOT era capaz de brindarles. El humo de las máquinas en el piso se dispersó sobre el escenario mientras que las luces se movieron en un vaivén por todos lados, se apresuró a dejar la botella sobre la banca para luego mover sus dedos instintivamente por sobre las cuerdas de su bajo, dejándose llevar por lo que tanto amaba hacer. Keanu comenzó a emplear su labor en la batería, homogenizando la relación entre los tres instrumentos principales de la banda.

"But the truth, oh the truth, she just appeared,
On thais Erarte, her mission so clear..."

Petrus terminó de cantar el coro, era momento del solo de guitarra de James, mientras tocaba con agilidad y técnica los acordes, Petrus tomó de nuevo la botella de vino y le dio un largo trago, al dejarla una vez más sobre la banca, sus ojos se dirigieron al público, su visión se tornó borrosa por breves instantes, cerró sus ojos repetidas veces, pero no logró ver bien, hasta que, tras segundos, su vista se esclareció de nuevo. Vio frente a él, entre la multitud, a dos personas a las que conocía muy bien. Al principio le resultó difícil identificarlas, ya que sus rostros se mostraron desfigurados, de ellos salían tentáculos semejantes a raíces de un árbol moviéndose, pero sabía que era la figura de Samara y de su padre quienes aparecieron entre el tumulto de personas, ambos alzaron su brazo derecho y sus manos adoptaron la figura de un arma que lo apuntaba directamente. Las palpitaciones de su corazón aumentaron, volviendo todo su entorno distorsionado como si estuviera en un sueño.

La música de fondo y los gritos del público se perdían y a la vez se intensificaban. Petrus miró hacia atrás, notando que Ava y Markus se percataron de que algo no andaba bien, aún así debía seguir, debía ignorar al menos por ese momento que los había visto, debía obligarse a estar centrado en el concierto. Volvió a beber del vino, creyendo que hacerlo provocaría que ellos desaparecieran de su vista. Sin embargo, aunque haya resultado, la sensación de angustia lo invadió como nunca antes lo había hecho.

Era su propio subconsciente aniquilándolo por dentro. Pese a que en su entorno todo parecía haber mejorado, su pasado y sus recuerdos estaban asediándolo con más agresividad. Acosándolo, hasta llevarlo al límite de sus propias emociones e instintos.

CABELLOS NEGROS. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora