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[28 de octubre, 1999. Siento que vuelvo a tomar el control de todo. Hace tres días fue el funeral de Dagmar, su madre y su hermana asistieron, también asistimos Ava, Marta, Anthony y yo junto a Landon, y por supuesto, el sacerdote. Pero no solo fuimos nosotros, Stanley apareció, se dedicó a hablar con la madre de Dagmar, luego dejó una rosa sobre el ataúd y se fue.

Nicole, la madre de Dagmar, habló conmigo esa tarde, mencionó que no me culpaba de su muerte, pero sí de su reciente actitud, dijo que ella había tomado esa decisión por mi culpa, por mi indiferencia y por mi desprecio. Nunca me relacioné con la familia de Dagmar, pero ella se encargó de contarles casi todo sobre nosotros. Nicole me amenazó con quitarme la custodia de Landon, entendí en ese momento que ella y su hija no eran tan distintas. Ayer recibí la visita del trabajador social, por fortuna fui consecuente con mis declaraciones, además, se dio cuenta que el entorno en el que vivo es el adecuado para mi hijo.

No ha sido fácil manejar el tema de la muerte de Dagmar con Landon, su psicóloga me recomendó tratar la situación con cautela, le comenté que atravesé una situación similar y que no estoy en potestad de ayudar a mi hijo, ella lo comprendió mencionando que la terapia también iba dirigida a mí, tal vez me ve como un niño en el cuerpo de un hombre que aún no ha superado sus traumas. Quizás soy demasiado evidente.

Ese mismo día, 11:00 am. Los sueños lúcidos volvieron convertidos en pesadillas, ya no puedo controlarlos, no tengo el control de nada dentro de ellos, se manejan solos y me atormentan. Mi padre está ahí, así como mi madre y Samara, pero fue agregado un nuevo personaje: Dagmar. Se ha vuelto la protagonista de esas pesadillas, como si en mi mente tuviera una colección de aquellos a los que he perjudicado.

Pero, esas pesadillas se vuelven insignificantes si tengo a mi lado a mi hijo y a Ava quien no ha sido capaz de dejarme. Ella no ha sospechado nada, y es que, no he hecho nada que me haga parecer sospechoso. (Debo confesar que me colma una inquietud, algo que desconozco que no me deja tranquilo, una incertidumbre que no logro descifrar.)

Asesiné a Dagmar esa tarde, me sentí satisfecho y devastado justo después de lo que hice. Lloré, me sentí frustrado, aliviado, colapsado, vivo y muerto. Me sentí bien conmigo mismo y mal a la vez, pero no me arrepiento, tenía que sacarla de mi camino, como a un peón frente a una torre en la posición perfecta, listo para ser devorado en el trayecto, eso significaba Dagmar para mí, un simple peón. Samara era la reina que salió de juego, mi padre el rey derrotado por otro peón que evolucionó y se volvió rey. Todo ha sido un juego de ajedrez en el que he tenido que mover las piezas a mi favor.

3: 00 pm.  Recibí un sobre hace unos minutos, contenía un dibujo, como si alguien hubiera derramado toda la tinta de una pluma sobre el papel. Pude identificar una forma, como un hueco del que brota sangre... Seguramente es una broma de mal gusto, es anónimo, lo que no me brinda un buen augurio.

Me recuerda a los dibujos que le enviaba a Vincent mientras estaba en prisión...]

CABELLOS NEGROS. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora