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[31 de octubre, 1999. 10:30 pm. Había olvidado lo que era disfrutar de una noche de brujas en su máximo esplendor, la última vez que lo celebré junto a Katherina ella tenía catorce años. Con el paso de los años comencé a distanciarme de esa clase de celebraciones, Halloween, acción de gracias, navidad, 4 de julio, Todo eso me resultó tan insignificante, simple fechas, irrelevantes. Al involucrarme he vuelto a sentir esa emoción por celebrar junto a mi hermana, ahora en compañía de Ava y de Landon, él le ha otorgado una pizca de alegría a nuestras vidas, en especial a la de Katherina, quien no tiene ningún control al estar cerca de él, lo alistó para pedir dulces, lo peinó y vistió, realmente se miraba emocionada al compartir esos momentos con su sobrino.

Admito que el hecho de disfrazarme no me pareció tan alentador, pero fue la petición de mi hijo y tuve que ceder ante sus más profundos deseos, actualmente están de moda una serie de películas que le han fascinado, StarWars, está obsesionado con R2-D2, así que Katherina llamó al confeccionista de los trajes de nuestras giras pidiéndole un favor personal, mandó a confeccionar cuatro trajes, para Landon el de R2D2, para ella el de la princesa Leia, para Ava y para mí, el traje de Darth Vader y Padme, procuró que estuviéramos a juego con la temática familiar. No me sentí emocionado por hacerlo, pero de alguna manera debo involucrarme en los intereses de mi hijo, aunque, más allá de ser un interés suyo se volvió un interés reprimido de mi hermana.

Katherina y Ava decoraron el exterior de la casa, recibimos múltiples visitas de niños que con gran entusiasmo pidieron dulces, también nos visitaron algunos que otros adolescentes, y escasamente, algunos adultos aficionados. Todo el barrio se encontraba muy pintoresco, considero que ha sido la noche de brujas más alegre y concurrida que he visto en los últimos años, o quizás lo percibí así por haberlo compartido con mi hijo.

Cenamos y él nos obligó a ver esa película, no pude ignorar la curiosa elección de Katherina por caracterizarme como Darth Vader, me sorprendió un poco, como si ella me viera reflejado en él, o tal vez solo son sospechas mías. A las ocho de la noche salí junto con Ava y Landon para pedir algunos dulces, en el camino varios niños y adultos elogiaban nuestros disfraces, reconozco que nuestro confeccionista hizo una labor extraordinaria. Aunque pareció una noche esplendida la angustia me invadió, percibí que alguien nos perseguía y nos observaba, quizás fue un delirio o solo me sentí asfixiado por la presencia de tantas personas en las calles, pero esa conjetura se desvaneció cuando observé a un hombre parado en uno de los postes de luz, pese a que algunos faros eran capaces de alumbrar la calle me resultó difícil discernir quién era, y es que podría ser cualquier persona, pero que llevara una capucha similar a la de Vincent me hizo sospechar. No puedo asegurar que era él, no vi su rostro, estaba tan lejos que no pude siquiera analizar su altura o algún rasgo distintivo que lo delatara.

No he dejado de pensar en la posibilidad de que sea él. No deja de inquietarme la postura que tenía, como una estatua que nos veía fijamente, cuando tuve intenciones de acercarme se fue y no fui capaz de alcanzarlo, así que preferí volver a la mansión. Tal vez estoy exagerando y solo fue un paparazzi que quería capturar alguna fotografía mía junto a Ava y Landon.

Me siento más inquieto que otras veces. No me gusta sentirme así.

No me gusta.

1 de noviembre, 1999. 2:00 am. No puedo dormir, todos duermen, pero yo no, estoy en el sótano justo ahora, escondiéndome aquí mientras escribo, no confío en el sueño de Katherina y de Ava, podrían despertar y venir aquí, no me gustaría que me vieran escribiendo, sobre todo Ava, quien siempre tuvo un interés en este maldito diario. Mi mente no ha descansado ni un solo minuto, mis pensamientos se entrelazan como hilos que tejen una red caótica que no me deja tranquilo.

Cuando nos mudamos a la mansión busqué un sitio privado para ocultar ciertos objetos que considero de valor, hay una pared hueca al fondo del sótano, la primera noche aquí lo descubrí. El lugar perfecto para guardar esa caja. La tengo a mi vista en este momento, sobre la mesa de metal, había olvidado lo que contenía: Una fotografía de mis padres con el rostro de Emeritus tachado con tinta negra, un collar de perlas que era de mi madre, un mechón de cabello rosado (por muchos años creí que era de mi hermana ya que por unos meses mantuvo el cabello de ese color, pero ese mechón lo tomé de Samara una noche que entré a su casa sin que nadie lo supiera), un mechón de cabello de mi madre y de mi padre, también un mechón de cabello de Ava y de mi hijo. También olvidé que aquí oculté el bigote de mi gato, algunos pelajes sostenidos con una cinta amarillenta de aquella ardilla, y la cola disecada de la rata blanca que corté antes de enterrarla en ese jardín.

Hay tres cosas muy importantes que acabo de agregar en esta caja, la fotografía que Vincent me dio, la única foto que se pudo recuperar de Ava tras el accidente, en la que estamos juntos, y el mechón de cabello de Dagmar. (Siempre tuve una afición por coleccionar cabellos de aquellos que solo me servían como peones. Es curioso que no haya considerado tener algún mechón de James, Keanu, Vincent y de Katherina.)

Ahora todo está aquí dentro. Todo esto es mi pequeña colección, incluso hay un frasco de veneno para ratas, no es el mismo de la noche en que mi padre murió, es otro que conseguí, una réplica exacta.

He pensado que tal vez sueño con ellos y los mantengo en mi mente porque los conservo aquí, pero no he querido deshacerme de estos recuerdos. Haber recuperado mi memoria me devolvió todo esas emociones que antes no fui capaz de sentir, debo agradecerle a esa personalidad que adopté, sin ella no sería capaz de experimentar lo que he experimentado estos últimos años.

Aun así, al ver todo esto, no puedo dejar de sentir algo extraño, por un momento mis manos temblaron, luego se relajaron, tuve intenciones de llorar, pero a los segundos se disiparon. No sé qué me pasa, no puedo identificar lo que siento en este momento.

No puedo y me atormenta.

3:23 am. Un sobre rojo se deslizó por la puerta hace unos minutos, cuando lo abrí se reveló un papel, es el mismo dibujo con la tinta derramada del otro día. Salí de la mansión en tanto vi qué era, pero no había nadie afuera, ni siquiera había rastro de que alguien estuviera merodeando por la mansión, no sé quién pretende jugar con mi mente, no sé quién quiere atormentarme, ya tengo suficiente con Samara, con mi padre y con Dagmar.

Sea quien sea, no sé lo que pretenda, pero espero encontrar una repuesta a esto.

(No dejo de pensar en la posibilidad de que sea Vincent quien ahora quiere atormentarme como yo lo hice durante meses cuando estaba en prisión. Cada vez esa teoría se refuerza, pero no estoy seguro.) Esto no es algo que vaya a salirse de mis manos, puedo manejarlo, aunque me hace sentir expuesto.

No voy a permitir que mi mente me engañe. No me controla, yo la controlo a ella, aunque algunas veces gana las batallas y yo pierdo. Me acribilla sin piedad haciéndome recordar lo que en verdad soy y lo que pretendo ser.

Estuve a punto de fumar esa hierba... Pero me contuve, quiero estar lúcido por ahora.]

CABELLOS NEGROS. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora