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—Quise mantenerte fuera de esto, y aún así conseguiste involucrarte.

—Crecí viéndote luchar por la justicia. Papá, pasaste más de una década dedicándote a investigarlo, trataste de buscar algo que confirmara que él estuvo detrás de la muerte de su padre.

—Pero luego pasó ese accidente y todo mi trabajo se vino abajo. Connor no confiaba en mis métodos, me dijo incontables veces que era mejor que me diera por vencido, él perdió la memoria, olvidó lo que pasó con su padre, eso afectó la continuidad de la investigación.

—Aún así conseguiste estar cerca de él, hasta la fecha, y hemos conseguido algo después de mucho tiempo.

—Se suponía que no te ibas a involucrar, pero eres bastante testaruda como para obedecer a tu superior. Te involucraste con él fingiendo ser esa chica del refugio, vives en su casa, eres su pareja, ¿conoces los riesgos de esto, Ava?

—Lo sé... Pero si estoy en la fuerza es por ti, tú me inspiraste a serlo, no esperes a que me quede de brazos cruzados, soy igual que tú, estoy dedicada a descubrir la verdad, por eso diseñé una historia convincente, para que no sospeche de nuestra cercanía.

Steve y Ava nunca perdieron el contacto, él no la había abandonado como ella le había dicho a Petrus, esa solo fue una mentira bien elaborada para hacerle creer que ella realmente tuvo un pasado tormentoso como él, fue su manera de involucrarse con Petrus. Ava sabía todo de Petrus, al menos todo referente a su historia, su infancia, su adolescencia y su adultez, su padre, Steve, se había hecho pasar por un simple psiquiatra durante los últimos años, desde entonces había estudiado a Petrus. Steve le fue asignado como psiquiatra forense tras la muerte de Emeritus Stoddard, su padre.

Los principales sospechosos de su muerte eran su madre y él, aunque todo indicó que Emeritus se había suicidado al ingerir veneno, las condiciones que giraban en torno a su muerte le hicieron sospechar de un posible homicidio, Emeritus no presentó signos psicológicos que justificaran un suicidio. Emeritus era conocido por su personalidad agresiva, su alcoholismo y su conducta agreste contra su esposa y su hijo Petrus.

—Tu verdadera identidad fue revelada, no fuiste cuidadosa. Encontraron tu identificación, ¿qué habría pasado si hubieran encontrado tu placa?

Steve sabía manejar sus emociones cuando trabajaba, pero la situación de su hija lo mantenía intranquilo, al borde del estrés. Ella suspiró mientras tomaba su taza de leche con café. Se encontraban en una cafetería en los suburbios de New York.

—He sabido dónde ocultar mis cosas. Aun así, no tuve en cuenta ese accidente, sé que fui descuidada, pero que sucediera fue clave para esta investigación, desde entonces Petrus cambió su actitud. Hace unos días tuvo un colapso, lo encontré en el baño llorando, aproveché ese momento para tomar su diario y leerlo. La idea del diario fue efectiva, papá.

Al escuchar que el diario podría presentar una parte fundamental en su investigación le hizo saber que ese método había surtido efecto en Petrus, y que posiblemente de esa forma conseguiría lo que tanto había buscado. No aprobaba los métodos que ella había utilizado, pero si eso garantizaba el éxito en su misión, estaría de acuerdo, aunque ya lo estaba, ya que había decidido seguir el plan de Ava.

—¿Encontraste algo relevante?

—Nada sobre el padre, más que una mención sobre él en uno de sueños, sin embargo, confesó haber provocado la muerte de Samara Rebiart tras sufrir su rechazo.

—Sabía que algo había detrás de su obsesión por Samara, su comportamiento no era normal, ni siquiera lo fue en las últimas sesiones, su insistencia por tener sueños lúcidos fue una clara señal de que no quería afrontar la realidad, especialmente la realidad de sus actos. ¿Qué más obtuviste?

CABELLOS NEGROS. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora