—¿Qué significa todo esto? ¿Hay algún motivo en especial?
La figura de Petrus atravesó la puerta del comedor, encontrándose con su hermana y Ava, quienes habían preparado el almuerzo, la mesa que se situaba al centro estaba decorada con manteles y velas. Aún cargaba con una cara de sueño, no pudo dormir en toda la noche y se reflejó en su aspecto, en cambio Katherina lucía radiante, y Ava mucho más, incluso se percibió un brillo particular en su piel.
Tal como el brillo que Petrus había descrito.
El brillo del amor.
—Sé que Ava se irá mañana, —Katherina mencionó esto mientras comenzaba a servir el jugo— Hank dijo que ya estaba mejor, así que, pensé en hacer un almuerzo diferente, encontré una razón para hacer algo así.
Petrus observó a Ava quien permanecía sentada en una de las sillas, él se dispuso a acercarse a la mesa y se sentó. Katherina creía que Ava se iría, pero Petrus tomó una decisión al respecto, lo había hablado con Ava por la noche.
—Ava no se irá, Katherina.
—¿A qué te refieres con que no se irá? —ella también tomó asiento y sirvió su ensalada mientras fijaba toda su atención en su hermano.
—Ayer hablé con ella y le ofrecí quedarse, permanentemente.
Katherina no se lo esperó, aunque no parecía disgustarle del todo, no estaba preparada para oír una cosa de tal magnitud, al acabar de servir su ensalada colocó ambos brazos sobre la mesa, su expresión cambió y su mirada que se encontraba fija en su hermano expresaba completa seriedad.
—Pudiste haber hablado antes conmigo, ¿no te parece? También vivo aquí, no solo tú.
—No pretendo ser una molestia. —Ava comentó.
—No Ava, para nada. —dijo Katherina— Es solo que no esperaba esta decisión, espero que me entiendas, he estado acostumbrada a vivir solo con Petrus y realmente nunca consideré tener a otra persona aquí, sin embargo, si me hablas con esa franqueza, hermano. —ahora se dirigió a Petrus— Me gustaría saber qué papel juega Ava para ti, si tomaste la decisión de ofrecerle vivir aquí creo que tengo derecho a saber qué son ustedes, porque es evidente que son más que solo amigos.
—Yo...
Ava no sabía qué decir, ni siquiera sabía qué era para él, tenían una conexión indiscutible, habían estado juntos, pero aún no le quedaba claro qué significa para él.
—Es mi novia, Katherina. Espero que puedas respetar eso.
¿Novia? ¿En realidad había dicho la palabra novia? Ava se quedó en completo silencio.
—¿De verdad? —cuestionó su hermana. Petrus esperaba una reacción negativa de su parte, pero lo que recibió fue una amplia sonrisa— ¿Sabes lo orgullosa que eso me hace sentir? Es repentino e inesperado, debo confesar, pero es la primera vez que conozco a una novia formal, ¿puedes creerlo, Ava? —ella rio levemente— La verdad es que me alegra, en verdad, me alegro por ti, hermano. Ya era hora.
—Gracias, supongo. —él sonrió, como pocas veces suele sonreír, solo curvando sus labios.
—Petrus es importante para mí, Katherina. Tu hermano me ha dado esa seguridad y cariño que nunca nadie me había dado, me siento protegida y querida, ahora que te conocí a ti y sé lo importante que eres para él supe que puedo ser bien recibida. Como dije antes, no quisiera ser una molestia entre ustedes o para ti, pero realmente quiero estar con Petrus y ser parte de su vida.
Una escena totalmente familiar, al menos de esa forma es que lo percibía, ya que, Katherina desconocía las carencias de Petrus y sus intenciones para con Ava. Ante ella, eran dos personas que se gustaban y querían estar juntas.
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CABELLOS NEGROS. ©
Gizem / GerilimEsas pastillas podrían acabar con el vacío que ha sentido por los últimos años. Su cerebro está perdido, quiere algo diferente, venganza, odiar, ejecutar... Está cansado, triste, vacío, tal como un cadáver vivo que necesita soñar. No conoce el amor...