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—¿Podrías quitar esa maldita canción de la radio?

—¿Cuál es el problema? Fue nuestro mayor éxito, sabes perfectamente que a esta canción le debemos todo lo que Radical RIOT tiene. —Keanu iba al volante mientras que Petrus ocupaba el asiento del copiloto— No comprendo Petrus, ¿por qué odias tanto esta canción? Tú la compusiste sentado en esa silla, con esa página sobre la mesa dentro de ese apartamento que rentabas cerca de la academia. Los toques en esos bares nos dejaban dinero, es cierto, pero esta canción fue nuestra maldita salvación, ¿tienes idea de lo que habría sido de nosotros si esa letra no hubiera salido de tu cabeza? Estaríamos en la mierda, puedo apostarlo.

Petrus no dijo nada, solo suspiró inundado por el hastío. No había olvidado el momento en que la idea de esa canción surgió, pero no era la canción lo que lo hostigaba, sino el contexto detrás de esas letras, la idea de esa canción surgió una noche en la que había tomado junto a Keanu y James, lo consumía una angustia que él no fue capaz de explicar, ni siquiera pudo controlarla atragantándose de alcohol, así que lo hizo escribiendo, la letra simplemente fluyó, revelando una perspectiva abstracta y extraña del amor.

—No tengo ánimos para escucharla, es todo.

Keanu estuvo a punto de comenzar a cantar la canción, pero Petrus apagó la radio, empezaba a sentir un ruido molesto en su cabeza, percibía esa canción como algo chillante y ensordecedor, esa sensación estaba ligada a su estado de ánimo y su padecimiento emocional, ya que, lograba transmitirle una serie de sensaciones que no estaba dispuesto a experimentar en ese momento.

—Maldición Petrus...

—La gasolina está por acabarse, cerca de aquí hay una gasolinera. —trató de evadir el comentario de Keanu— Debo comprar algunas cosas en la tienda de la gasolinera, así que démonos prisa, son casi las seis, no quiero llegar tarde.

—Está bien, solo indícame el camino, nunca había estado en este lugar antes.

Lograron ver la gasolinera en tanto condujeron por una calle de un solo sentido, justo al frente estaba ese local, era pequeño comparado con las gasolineras que están en el centro de la ciudad de New York. Estar en ese lugar les hacía sentir en casa, pues ellos crecieron en los suburbios, pero de Detroit. Petrus, James y Keanu se conocieron en mil novecientos setenta y cuatro cuando trabajan para una compañía de sonido, los tres eran técnicos de sonido de una banda poco conocida, pero tras un altercado con su jefe se independizaron y crearon su propia banda en 1977: Radical RIOT. Los tres decidieron mudarse a New York, en la ciudad trabajaron como mensajeros, asistentes de construcción y fotógrafos en eventos. Fue hasta mil novecientos setenta y nueve cuando trabajaron como técnicos de sonido para un estudio de grabación que lograron estabilizarse. Gracias a su jefe de ese entonces, quien notó el potencial de Petrus, fue capaz de conseguir una oportunidad para optar a una beca en Juilliard. Tanto James como Keanu decidieron que Petrus debía especializarse en el campo, mientras ellos se dedicaban a trabajar en la banda y en esa empresa, convirtiendo a Petrus en su mentor, pues él les enseñaba lo que aprendía en la academia.

Hablar sobre esa canción provocó que Petrus recordara todo lo que había pasado junto a sus amigos desde que se conocieron, debía reconocer que sin esa canción no habrían llegado hasta donde están ahora. Keanu aparcó al lado del dispensador de gasolina mientras intentaba sacar la billetera para pagar el servicio.

—Tranquilo, yo lo pago. —Petrus le extendió un billete de diez dólares— Me acompañaste hoy, lo menos que puedo hacer es ayudarte con esto. Vuelvo enseguida, iré a la tienda.

Keanu tomó el dinero.

—¿Puedes traerme un chocolate? Empiezo a necesitar algo dulce.

—Claro. Por cierto, si ves a algún paparazzi cerca procura que no sepan que eres tu, no me gustaría que los medios sepan hacia donde vamos, no permitiré que esos idiotas se involucren en esto.

CABELLOS NEGROS. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora