Desde que tengo memoria he estado mirando al cielo buscando una respuesta a mis súplicas , alguien que me saque de este lugar.
Una anciana me dijo que el universo obedece a quienes tienen una voluntad fuerte y desde entonces le he suplicado , le he...
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Finales de diciembre , temporada invernal en Navarre.
Los pasos del jinete se escuchaban fuertes y seguros sobre el terreno pedregoso en su andar a la casa que no había visitado en los últimos años.
No podía evitar el deseo de ver la cara de sus hermanas cuando les entregara los regalos que había comprado para ellas , ¿Cuánto habrían crecido en su ausencia? ¿Violet habría tenido buena salud? ¿Mira habría mejorado en su entrenamiento? Las había extrañado infinitamente...
Los finos copos de nieve se acumulaban en su chaqueta de cuero con una armonía que le recordó a una pelirroja que había comenzado a extrañar desde que partió de esa montaña.
Ari, su dulce Ari... alejarse de ella le había abierto un hueco en el pecho que no parecía llenarse con nada .
Una idea repentina se cruzó por su cabeza pero la desechó pronto aunque la sonrisa que le causó lo acompañó por el resto del camino.
Debió raptarla, robarle al dragón su tesoro rojo. El rubí que tanto protegía de la humanidad.
Estaba seguro que sus hermanas la amarían. ¿Cómo no amar a ese ser tan especial?
Pudo imaginar a Violet enseñándole su amplia colección de libros, Ari estaría fascinada por nuevos conocimientos, amaba aprender cosas nuevas...
Mira querría entrenarla, pensó Brennan divertido. Y seguro la haría comer a montones, Ari era menudita, muy delgada y eso ante los ojos críticos de su hermana indicaría un punto débil para cualquier guerrero. La haría ganar músculos a base de entrenamiento y mucha comida.
Y sus padres... ellos la querrían como una más de la familia... Si , eso era una hermosa fantasía...
La verdad era que la extrañaba, como si ella siempre hubiera sido parte de él, como si al dejarla le hubieran arrancado una parte de sí mismo.
Dios, de verdad había perdido la cabeza por ella...
El recuerdo de sus labios sobre los suyos llenó su pecho de una calidez agradable en ese trayecto rodeado del frío invierno. Aún sentía el corazón agitado por ese evento, evento que deseaba repetir una y otra vez. Estaba muy tentado a darse la vuelta y regresar por donde había venido. Pero, la realidad era que también echaba de menos a los suyos... su corazón se encontraba dividido entre la chica de la montaña y su familia, si tan solo pudiera tenerlos a todos reunidos en el mismo sitio...
Una estela de viento gélido proveniente del sur le acarició la mejilla con una delicadeza casi mágica, el jinete siguió la dirección de donde había nacido aquella corriente de aire y suspiró con pesar al ser consciente de que incluso algo pequeño como una brisa de invierno lo llevaba a pensar en ella. ¿Cómo estarían pasando el invierno sin él? ¿ La temperatura habría descendido mucho? ¿ Tendrían alimento suficiente para pasar las peores noches? ¿Los niños se habrían enfermado? ¿Ari estaría resistiendo con entereza la soledad de la montaña? ¿Kalel los estaría cuidando mejor de lo que él lo haría?
