Tyrrendor.
(Parte cuatro)El eco de la sangre...
La luna brillaba enorme y naranja sobre la colina que se encontraba a espaldas de esa nueva posada que me servía como un escondite , el tercero en menos de dos semanas. La palabra nómada parecía ser la más indicada para definir nuestra vida últimamente.
La cuestión era que no podía permanecer mucho tiempo en el mismo sitio, no luego de las travesuras que había estado haciendo...
En mi corazón se mezclaban dos sentimientos tan entrelazados el uno con el otro que definirlos parecía algo imposible... justicia y culpa.
Creí que la tierra que vio nacer a mi padre estaría libre de la maldad del ser humano , creí que la amabilidad mostrada por él era algo intrínseco en los Tyrrish pero me equivoqué, incluso en Tyrrendor existía la perversión, la maldad, el odio hacia las mujeres y los niños... probablemente todo Navarre estuviera manchado de esa suciedad inmunda...
Si Kalel supiera lo que estaba haciendo borraría su marca de mi pantorrilla y buscaría una jinete más obediente, una más inteligente, una más sensata... sabía lo grave de mi situación , sin embargo no pude evitar lo que sucedió.
Mi sed de justicia era más grande que todo aquel instinto de anonimato. Durante mis años de cautiverio y vejaciones cada noche sin falta les pedí a los dioses que enviaran a alguien y me salvaran , fueron cientos de noches las que mi fe se desgarraba en medio de llantos , dolor y humillación... yo no podía darles la espalda a aquellas niñas que como yo alguna vez, padecían el mismo infierno en vida.
Los dioses me habían enviado a Kalel, los dioses me habían convertido en lo que era... ellos me habían enviado a ellas para rescatarlas... de que me servía provocar una revolución para preservar la existencia de Navarre si uno de sus mayores enemigos eran los mismos habitantes del país, aquellos que consideraban a otros menos que nada, objetos de mero placer y satisfacción para perversiones inmundas, los dioses me habían otorgado el poder de manipular la voluntad de otros, yo lo usaría para purificar a los pecadores.
Desde Athebyne al sur de Tyrrendor y subiendo hacia el norte, de cada burdel en el que se abusara de victimas inocentes no quedaba nada más que cenizas, de vez en cuando cambiaba el método, algunas veces fuego, otras cuantas se mataban entre ellos, el final era el mismo. El mundo se estaba limpiando de aquellas bestias que lo ensuciaban y de la titiritera que orquestaba todo aquello no había rastro, me encargué personalmente de ocultar mi identidad de cada posible testigo. Ni siquiera las posaderas mucho menos los vendedores de boletos para el tren y el tranvía, nadie podía recordarme... me volví un fantasma.
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Corazón traidor. (Fourth Wing fanfic)
FanfictionDesde que tengo memoria he estado mirando al cielo buscando una respuesta a mis súplicas , alguien que me saque de este lugar. Una anciana me dijo que el universo obedece a quienes tienen una voluntad fuerte y desde entonces le he suplicado , le he...