32.

216 29 32
                                    

La inntinncista.
(Parte dos.)




Gente, resubi el capítulo ya que tuve problemas con la edición entre el teléfono y la computadora. En mi laptop aparecía la versión completa del capítulo pero en el teléfono me faltaba la parte más importante, perdón por los inconvenientes. Muchas gracias.

El cielo naranja que nos recibió al arribar a Tyrrendor  inevitablemente formó un sabor amargo en mi boca, de nueva cuenta estaba a la disposición de esas personas cuyo propósito era el mismo que el de Kalel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El cielo naranja que nos recibió al arribar a Tyrrendor  inevitablemente formó un sabor amargo en mi boca, de nueva cuenta estaba a la disposición de esas personas cuyo propósito era el mismo que el de Kalel. Propósito que también era el mío quise convencerme mentalmente, pero ya no estaba tan segura...

Creí que el estar de nueva cuenta en la tierra que vio nacer a mi padre sentiría algo de consuelo que disipara tan solo un poquito el inmenso dolor que me laceraba el pecho pero no fue así. Tenía dos días sintiendo como si tuviera una herida abierta en el corazón que no hacía mas que expandirse y sangrar...

Las montañas grisáceas que escondían el consejo de guerra del general Fen Riorson ocuparon mi campo de visión logrando distraer mi mente de algo que no fuera Brennan Sorrengail al menos por unos minutos.

Un escalofrío me recorrió la espalda cuando Kalel, Ris y Osla atravesaron el escudo protector creado para ocultar el cuartel. Cecilia que había estado durmiendo abrazada a mi espalda se enderezó abandonando mi cuerpo y estirándose perezosa me sonrió.

- Hemos llegado a casa , Ari. Ya puedes descansar...-

La cabeza que me había estado doliendo horrores desde hace  días sintió un alivio al eliminar la ilusión de protección que había creado para que ninguna criatura nos identificara en el cielo y tampoco sobre la tierra.

Mi cuerpo se sacudió fuertemente cuando las patas de Kalel se encontraron con el suelo de grava del cuartel general.

Cecilia saltó del lomo del dragón blanco y corrió a toda prisa para encontrarse de nueva cuenta con Ris que la recibió gustoso cuando la peli azul saltó encima de su hocico.

Damián hizo lo mismo bajando del lomo de Osla , la dragona escarlata que me seguía viendo como si fuera una enemiga. Ya me había resignado a que nunca terminaría de agradarles al cien por ciento, ni al jinete ni a la dragona. Y a esas alturas, con todo lo que había perdido, me importaba muy poco...

Vi al pelinegro desaparecer en busca de un reparador que pudiera arreglar las distintas lesiones que tanto el como su dragona tenían, así como Ris y Cecilia también .

Varias personas rodearon nuestro pequeño grupo haciendo que el dragón blanco camuflado en una piel grisácea y rojiza como los espesos bosques que rodeaban el cuartel se pusiera alerta.

- No temas... no quieren dañarte. Sienten curiosidad, admiración y ... esperanza...- le dije al dragón bajo mis piernas mientras le mostraba los distintos pensamientos de esos jinetes que nos veían con gusto por ser como Cecilia había dicho "el arma secreta de la revolución".

Corazón traidor. (Fourth Wing fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora